1.2 ESTRUCTURA. DIACRONÍA Y SINCRONÍA EN EL FUTBOL.

1.2 ESTRUCTURA. DIACRONÍA Y SINCRONÍA EN EL FUTBOL.

Continuando con el análisis estructural, el lenguaje emotivo del fútbol se adapta también a los instrumentos analíticos ofrecidos por Lévi-Strauss en relación a la estructura, la sincronía y la diacronía.

Recuerdo que este trabajo se encuentra en el Capítulo VII de mi libro “Antrtopología Simbólica y Neurociencia” editado por Anthropos y la Universidad Autónoma Metropolitana (el libro se consigue por Amazon). Lo que presento en ésta y siguientes Reflexiones, son parte con algunas pequeñas adiciones y modificaciones para aclarar y facilitar la lectura.

Lo he dividido en 7 partes: 1) El lenguaje del futbol. 2) Estructura, diacronía y sincronía en el futbol. 3) Cadenas sintagmáticas y paradigmáticas. 4) El estilo de las formas, ritmos y valores en el futbol. 5) Valores sociales y valores futbolísticos. 6) El juego de futbol y el rito. 7) Futbol y cultura. Esta es la segunda parte.

Para poder continuar con esta parte del análisis estructural, se debe señalar que lo que sucede en el juego es un conjunto de valores que se viven en el público como emociones. Los valores son la expresión de ventaja o desventaja que surge de una determinada jugada. El valor de la jugada depende de la estructura de las posiciones de los dos equipos.

Cada equipo se ordena en el juego en determinada forma, de tal manera que se establece una estructura de defensa y de ataque. Se debe recordar que no es sino un conjunto de relaciones entre los elementos en un momento determinado. Hay dos tipos de relaciones: las básicas o estructurales, y las no básicas o coyunturales. El ejemplo clásico es el del edificio; la estructura básica está determinada por los cimientos, las columnas y las trabes. Cimientos, columnas y trabes, configuran un conjunto de relaciones claves para determinar lo que es el edificio. El valor de una columna no proviene de sí misma sino de su relación con otras columnas, con las trabes que soporta y de los cimentos en que se asienta. Las columnas son resistentes o no, de acuerdo a todas las relaciones que tiene cada una con el resto de los elementos estructurales. Nada de la estructura básica se puede cambiar sin que el edificio se caiga. Una vez establecida la estructura básica, las paredes pueden tener muchas maneras de acomodarse; ellas forman la estructura coyuntural y puede haber muchas coyunturas asociadas a una estructura básica; hay muchos modos de poner o cambiar paredes.

En el fútbol sucede lo mismo, hay una estructura básica que es la alineación: quién y cuántas defensas, medios, delanteros. Esta estructura básica hace frente a la estructura básica del otro equipo. Cuando el juego comienza, cada estructura básica hace movimientos coyunturales tratando de romper la estructura básica del otro equipo. Si el juego se parase en un momento determinado, se podría observar la posición de cada jugador en relación a la pelota; la relación que tienen en ese momento los jugadores entre sí y con la pelota se le denomina como relación sincrónica. En ese momento de la sincronía, se observan dos cosas: la estructura real y la estructura de lo posible.

Lévi-Strauss explica la sincronía usando el ejemplo de una orquesta. Si en un momento dado se tomase la fotografía de una orquesta se vería a los violines en una determinada posición, al piano en otra, a los chelos en otra y, así sucesivamente; la relación entre el sonido que cada uno de los instrumentos musicales produce en cada momento es la sincronía. La diacronía corresponde a la sinfonía que escuchamos y que no es otra cosa que la sucesión continua de diferentes sincronías. Así en el fútbol las relaciones de cada momento forman una sincronía y la evolución de las sincronías configura la diacronía que es el transcurso del juego.

En el fútbol es en la sincronía donde se observa el valor que tiene el juego en un momento dado. Del equipo que tiene la pelota se ve si la posición de cada uno de los jugadores es favorable o no, para poder romper la defensa del equipo enemigo y del lado del equipo que no tiene la pelota, manifiesta la posición que tienen y que deja o no huecos hacia el equipo atacante. Mucho del juego supone hacer jugadas (diacronía) para romper la estructura del equipo contrario (su sincronía) y aprovechar esta debilidad para meter gol.

La estructura de lo posible corresponde al análisis diacrónico, es decir, el proceso o la evolución del juego. La estructura del equipo que tiene la pelota en un momento dado, manifiesta la posible existencia de huecos en el equipo contrario; también puede ser que no haya huecos, por lo tanto, también expresa los posibles movimientos posibles para crear huecos o para aprovechar los existentes y así, romper la estructura adversaria. Del lado del equipo que no tiene la pelota, la estructura de lo posible en la diacronía, muestra la posible reestructuración necesaria para la defensa o para quitarle el balón al adversario y contraatacar.

Así, en cada momento hay una estructura del juego, sincrónica y diacrónica, estática y de proceso y, el valor existente en ese momento determinado (positivo para un equipo, negativo para otro o neutro), va a generar un estado de ánimo en el público. Si el valor es fuertemente positivo para un equipo y negativo para el otro, arranca gritos de alegría en unos y suspiros de angustia en los otros. El gol es la culminación suprema de este juego a la vez sincrónico y diacrónico.

Tanto la sincronía como la diacronía implican una interacción entre los jugadores, del mismo equipo y del equipo contrario

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

Juan Castaingts Teillery

Profesor Investigador UAM-I

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