El PRI y la crisis de los partidos
El PRI atraviesa una nueva crisis política. La ambición del actual dirigente nacional, Alejandro Moreno, es de tal magnitud, quien pretende reelegirse al frente de ese partido una vez más, para sumar 19 años contínuos como líder del tricolor. No es casual que, tras la debacle del 2 de junio pasado, cuando Morena pasó como una aplanadora sobre los partidos de oposición; Alito busque asirse nuevamente del poder. El PRI representa nada más y nada menos que mil millones de pesos anuales en presupuesto público y numerosos puestos de representación popular.
A pesar de ser el partido con la peor imagen entre los mexicanos, la dirigencia de Alejandro Moreno se empeña en enterrar al que un día fue el instituto político más poderoso en el país. Pero además del burdo interés por lo que, a simple vista parece un jugoso negocio, las intenciones del campechano reflejan la crisis que enfrentan los partidos políticos en México. Frente a ello surgen varias interrogantes: ¿coinciden los mexicanos de hoy con los planteamientos de Morena, del PRI, del PAN, del Verde Ecologista o de Movimiento Ciudadano, por citar algunos?, ¿los ciudadanos nos sentimos de verdad representados por nuestros regidores, alcaldes, diputados y senadores?
Un reciente estudio del INEGI señala que 8 de cada 10 mexicanos no confía en los partidos políticos. Mientras que otro, del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados señala que el 70% de los habitantes del país, actualmente, no se siente representado por estos organismos. Se trata, dice el CESOP, del porcentaje más alto de los últimos años. Por ello, quizá, el desdén con el cual actúa Alito Moreno, bajo la coyuntura actual, explica el rechazo de los ciudadanos hacia la clase política.
De hecho, si hablamos de participación política, la militancia se queda corta en término de población general. Morena cuenta actualmente con 2.3 millones de militantes. El PRI tiene 1.5 millones, seguido del Verde Ecologista con poco más de 590 mil militantes. Otros como Movimiento Ciudadano y el PAN, se encuentran por debajo de los 400 mil militantes. Todo lo anterior en un universo de 120 millones de habitantes, repartidos en 32 entidades federativas. La mayoría gobernadas por el partido fundado por López Obrador.
El PRI de Alito es la confirmación de lo añejo e inoperante del sistema político mexicano, que sigue haciendo a un lado a sus ciudadanos para dejarlos fuera de decisiones trascendentales en todos los planos. La conformación de la Guardia Nacional, la reforma al sistema de pensiones y la reforma al Poder Judicial, que muy seguramente impulsará el gobierno de Claudia Sheinbaum; son solo algunos de estos temas de grandes repercuciones económicas, políticas y de gobernabilidad.
Sí el PRI sobrevive a esta nueva crisis, se consolidará como un partido satélite que seguirá viviendo del erario, como lo han hecho por décadas del Verde Ecologista o el Partido del Trabajo, cuyos representantes han transitado en la historia de nuestro país, sin pena ni gloria.