Muerte morena en Asientos
¡Fueron los de la presidencia, todos lo sabemos! fue lo que me comentó mi compañera normalista, radicada a unas cuadras de la placita principal en la cabecera de Asientos, municipio.
A mi compañera Delia (nombre ficticio, en protección de la fuente), le mataron a Kaiser, un perro negro mestizo que mi condiscípula tenía en casa por necesidad; los hijos crecieron y sólo uno se quedó en Aguascalientes, pero vive en la capital. Los otros están en California, EUA. La soledad de Delia, tanto como su seguridad obligaban a Kaiser a ser el héroe de casa y como héroe murió, martirizado al ingerir croquetas y carne con vidrio molido. El vidrió destrozó los órganos internos de Kaiser que agonizó arrojando sangre por hocico y ano, en medio de intenso dolor.
¡Otros perros echaban espuma por la boca! Me dijo Delia entre lágrimas. -Algunos quedaron muertos junto a sus compañeros de manada o encima de otros-. Tratando de paliar su dolor, los animales “buscan tablas”, refugio, cueva, lugar donde se sienten seguros. –A mi vecino le mataron a su perro de raza pug, que nunca sale. No saben cómo es que alcanzó la carne o las croquetas envenenadas-. Los infortunados perros domésticos que siempre permanecían en casa, no se salvaron, pues, los ejecutores del exterminio también arrojaron el veneno DENTRO de los domicilios. No respetaron, cobijados en las sombras, actuaron como sicarios a la orden de sus perversos jefes.
¿Fue sólo en la cabecera, Delia? Pregunté a mi amiga de la juventud temprana. –No, fueron varias comunidades de aquí de asientos. No sabemos a qué hora pusieron el veneno, sólo amanecieron agonizando los animales, perros en su mayoría y algunos gatos. -Alcanzamos a recoger algunas croquetas envenenadas, pero de la carne sólo quedó el rastro y trozos de vidrio muy molido, casi como arena-, me dijo Delia, quien es una ciudadana de arraigo en ese municipio, pues desciende de familia asentada ahí desde siempre. -¡En mala hora llegaron esos prepotentes a la presidencia de aquí! No vayas a publicar mi nombre porque todos aquí le tenemos miedo a esos achichincles-.
“Delia, voy a ir a Asientos para que me des el cadáver de Kaiser; le mandaré hacer la necropsia para poner una denuncia contra quien resulte responsable”, solicité a la profesora Delia. –No tengo el cuerpo. Sólo me dijeron mis vecinos que a él y los que quedaron tirados en la calle, se los llevó la camioneta del municipio-. ¿Y si vas a reclamar Delia? ¿O a pedir el cuerpo de tu perro para sepultarlo? Sugerí. –No, amiga, de veras discúlpame. Me da miedo. Ellos son capaces de quién sabe qué cosas, y de todas maneras, ya andan diciendo que ellos no fueron, que no saben quién fue y que para qué los metemos en chismes-.
Delia ¿Cómo sabes entonces que mataron a Kaiser? Pregunté. –Porque el Kaiser salió a dar su vuelta y ya no regresó. El siempre regresaba en una o dos horas, y se sentaba aquí en la entrada de mi casa hasta que yo le abría la puerta. Ese día no volvió ni para dormir. Como a la una del día siguiente, andaba yo preguntado aquí en la cuadra y la señora de la tienda me dijo que ya se lo habían llevado; que ahí a media cuadra se había muerto con otros dos en plena banqueta, que chillaban bien feo y se retorcían. Ella fue la que me comentó que de los tres que se murieron ahí, sólo mi Kaiser sangraba de todo su cuerpo, los otros echaban espuma por el hocico-.
Delia me platicó que se acercó al lugar donde murió Kaiser y otros dos perros, y que en efecto había sangre y desechos de la salvaje agonía de los animales. En el sitio había algunas croquetas que Delia levantó con una bolsa que le proporcionaron en la tienda. -¿Qué vas a hacer con esas croquetas, Delia?- pregunté a mi amiga. –No voy a hacer nada, Socorro, sólo las tengo porque es lo único que quedó de mi compañero Kaiser; cada que las veo me entra la lloradera ¡No es justo que me lo mataran! ¿A quién le estorbaba mi compañero? ¿Por qué me lo mataron así? ¿Quién se ensaña de esa manera con un animal indefenso?
No supe que responder a los cuestionamientos de mi compañera normalista Delia, a quien le arrebataron a su vigilante y amigo, su consuelo en la ausencia de los hijos. Kaiser y medio centenar de animales de compañía, fueron ultimados de forma cruel e inhumana en la cabecera de Asientos y varias comunidades cercanas.
El pasado sábado trece de mayo, en Aguascalientes capital, se llevó a cabo una marcha, en protesta ciudadana ante la delictiva acción de exterminio que acabó con la vida de decenas de animalitos. El próximo viernes 26 de este mismo mes, en punto de las 18:00 horas, se ofrecerá una misa en el conocido templo de Guadalupe, en la ciudad de Aguascalientes, para orar por los animales maltratados y la conversión de sus verdugos.
Ánima Naturalis y Un millón de Esperanzas, asociaciones internacionales defensoras de animales, y varias locales entre las que se encuentran Fortaleza Animal, Mundo Siempre Vivo, Movimiento Ambiental y Abogados en Defensa Eco-animalista presentarán esta misma semana, la denuncia de hechos correspondiente, ante la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes, que encabezada por Jesús Figueroa Ortega, se muestra siempre muy receptiva en la atención e investigación de este tipo de delitos que son atentados contra el equilibrio ecológico, específicamente maltrato animal.
Aguascalientes no debe ser una entidad en la que mueran impunemente y sin sentido, seres vivos. En Asientos, muchos de sus habitantes están convencidos que hubo mano MORENA en la comisión del masivo delito. Estaremos al esclarecimiento de los hechos y el castigo a los culpables, sean quienes sean.