2023: pensar, comprender y atender a nuestros adolescentes

Los adolescentes parecen los más difíciles de educar, pero si lo consigues, tus enseñanzas durarán para toda la vida.

Preámbulo

En el año 1868 nació en Aguascalientes Ezequiel A. Chávez, una hombre poco conocido y valorado en su tierra natal. Fue profesor, jurista, y escritor; también fue director de la Escuela Nacional de Altos Estudios y rector de la entonces Universidad Nacional de México, actualmente UNAM. Su padre fue un médico importante en Aguascalientes, Ignacio Toribio Chávez, quien además dirigió la escuela preparatoria de la entidad y llegó a ser gobernador del estado.

Pocos saben que Ezequiel A. Chávez pudo haber sido el primer titular de la Secretaría de Educación Pública, en lugar de José Vasconcelos. De hecho, él tenía propuestas importantes que luego éste retomó. Su visión era la de un educador, incluso la de un psicólogo, pues, a finales del siglo XIX e inicios del XX fueron introducidas en México, a partir del sistema educativo, nuevas concepciones sobre la adolescencia, desde la perspectiva de la naciente psicología experimental y de la medicina, y Ezequiel A. Chávez se sumó a dicha corriente científica.

En 1928 escribió el libro Ensayo de psicología de la adolescencia, en el que compiló los trabajos de sus cursos de Psicología de la adolescencia, impartidos en la Escuela Normal Superior desde 1922. El libro ha sido considerado por muchos como “el primer texto elaborado en México que recopiló los estudios y preocupaciones que internacionalmente se debatían sobre esa edad”.

A finales del siglo XX, en muchas partes del mundo, ya se hacía referencia a la adolescencia como una etapa de la vida que se distinguía de la infancia y de la edad adulta por los “cambios fisiológicos, el desarrollo de caracteres sexuales y psicológicos; la rebeldía y la ensoñación; la tendencia a congregarse en grupos; a enamorarse fácilmente, entre otras particularidades”. La maleabilidad y susceptibilidad que se les atribuía a los adolescentes, como rasgos centrales, atrajo la atención de educadores y psicólogos, y algunos vieron en estos comportamientos un factor de alarma social, escolar y familiar. “Algo tenía que hacerse con ellos”, decían preocupados.

Las aportaciones de la psicología experimental en las políticas públicas ya habían tenido lugar a finales del siglo XIX en países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Francia, y llegaron décadas después a México. Ezequiel A. Chávez fue, precisamente uno de los que pusieron atención en ello, de manera que quiso que los futuros profesores, formados en la Escuela Normal Superior, estuvieran preparados para contribuir a la mejor educación de sus alumnos.

Los problemas crecen

Desde hace ya más de un siglo, entonces, la preocupación por comprender y atender a los adolescentes en México ha sido permanente, con diferentes resultados. En la familia y en la escuela se tiene el compromiso de acompañar y beneficiar su formación integral, pero el mundo exterior, ese que algunos llaman “neoliberal” y “capitalismo salvaje”, va contracorriente, por lo que todo esfuerzo positivo se descarrila dentro de esa cultura del mundo del mercado: el individualismo, la competencia, el consumismo, la banalidad…

En Aguascalientes los problemas de adolescente y jóvenes han sido detectados y no son poco ni sencillos de atender, sobre todo si se dan en situaciones de pobreza e inseguridad. Ahora sabemos que ellos viven una realidad de violencia que no se tenía en muchos años; además, visualizan que las dificultades de empleo son cada vez mayores y las instituciones, incluyendo las escuelas, no responden a sus necesidades, intereses y preferencias.

En este escenario, se observa una problemática importante: las personas de 12 a 18 años, que están o tendrían que estar estudiando en una secundaria o en un bachillerato, son “blanco idóneo” de los grupos delictivos. El reclutamiento de menores de edad se debe -dicen algunos- porque presentan una necesidad de afecto y pertenencia, además de que, si se comete un delito, la sentencia que reciben es mínima. En las zonas rurales de Aguascalientes ya se han detectado casos alarmantes de involucramiento de adolescentes en este mundo de peligro Al interior de las escuelas rurales estos problemas se han detectado entre las y los alumnos, y los maestros porque conviven cotidianamente con ellos.

Esta problemática tiene que ver con el alto consumo de drogas ilícitas y alcohol. En Aguascalientes, el Centro Integral Juvenil, por ejemplo, señaló que la demanda de atención especializada por consumo de drogas iba en ascenso en el estado y que los estimulantes, como “piedra” u otras drogas sintéticas también se habían incrementado. Además, como se sabe, el problema de drogadicción está asociado al consumo de alcohol, que en Aguascalientes es muy alto entre adolescentes y jóvenes, hasta llegar a ser un estado que ocupa uno de los primeros lugares en el país.

En un listado de problemas sociales, familiares y educativos, podemos agregar el tema de una pésima educación sexual, que trae consigo una práctica irresponsable. En Aguascalientes, por ejemplo, la Secretaría de Salud reportó que a principios del año 2022 se registraron 1,799 embarazos de niñas entre 10 y 17 años. De estas mujeres que se embarazaron, el 87.9% señaló que se trataba de su primer embarazo, el 10.8% del segundo y el resto de su tercer o cuarto embarazo. En un estado con un arraigado conservadurismo religioso, la educación sexual sigue siendo un tema tabú que impide un desarrollo psicológico y social sano y armonioso entre este grupo de edad.

También las y los adolescentes son blanco fácil para el mundo del consumismo y la cultura de la superficialidad, la cual se convierte en un obstáculo serio para su formación madura y responsable. Dentro de su concepción de que la sociedad actual es una “sociedad líquida”, Zygmunt Bauman, dijo atinadamente: “Además, de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía del engaño”.

Coda: la educación es una puerta

Para una mejor atención de los jóvenes y resolución de su problemática se precisa de esfuerzos sociales y gubernamentales diversos. Sus problemas son también sociales, son de todos. No puede haber una sola respuesta a una realidad multifacética y compleja; incluso, lo que puede llamarse problemática no lo es o es la expresión y consecuencia de problemas de los adultos. Por lo mismo, debe instrumentarse una serie de medidas que contemple la participación de diversos actores e instituciones.

Concretamente, para los adolescentes se precisa de líneas claras y efectivas de política pública en educación. Además, hace falta involucrar a directivos y maestros. La pregunta es ¿qué se está haciendo en las escuelas secundaria y bachillerato? Poco sabemos al respecto, lo que sí sabemos es que podemos hacer más. Que el 2023 sea un año en el que todos los adultos seamos sensibles y nos comprometamos a comprender y, sobre todo, a favorecer mejores condiciones para nuestros adolescentes.

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* Las citas se retoman del artículo: Meza Ivonne (2017). Ezequiel A. Chávez y la secularización del adolescente mexicano: Ensayo de psicología de la adolescencia (1928). Relaciones Estudios de Historia y Sociedad 150, pp. 247-279.