AGUASCALIENTES. DEMOCRACIA EN LITIGIO. 

AGUASCALIENTES. DEMOCRACIA EN LITIGIO. 

En Aguascalientes estamos ante un problema que no es de una sola persona, sino de todos los que queremos elecciones verdaderamente democráticas y no solo simulaciones cómodas para el poder. No es el Instituto Estatal Electoral (IEE) el principal responsable, sino un grupo de políticos corruptos que están detrás, convirtiendo la elección en una farsa. El Tribunal Electoral del Estado tiene que decidir si esto se queda así o si se hace justicia, y lo que resuelva va a mostrar si aquí la democracia importa en algo o si solo importa lo que diga el poder.

El pleito empezó el 20 de febrero, cuando los poderes del Estado dejaron fuera a decenas de aspirantes a candidatos a jueces y magistrados sin explicar por qué, mientras postulaban incluso a los peores resultados y pasaban por alto a quienes han dedicado toda su vida a la impartición de justicia. No fue algo aislado, sino un patrón sistemático, todos los poderes actuaron igual. Al mismo tiempo, incluyeron a otro que no debería estar (Salvador Hernández). Quien, con independencia de estar moralmente impedido por ser corrupto, fue magistrado electoral hasta septiembre pasado, y la Constitución dice que no puede buscar un puesto como este hasta 2026 porque estuvo en un cargo electoral local. La constitución dice que no, pero los que tienen poder dicen que sí. 

El 28 de febrero, el IEE aprobó una lista con candidatos para los 11 lugares en el Supremo Tribunal de Justicia. Parece normal, pero no lo es: para los 5 puestos de hombres, solo pusieron 5 candidatos escogidos por el gobierno y el Congreso. Por tanto, no hay competencia; está todo arreglado desde antes y cada uno de los candidatos a magistrados solamente necesita su propio voto -o el de su mama- para poder ganar. De hecho, los propios consejeros del IEE lo reconocieron: “No hay competencia de verdad”. 

Esto nos afecta a todos. En 2024 se cambió la ley para que la gente elija a todos los jueces, y no para que nos los impongan desde arriba. Era una promesa de democracia, de darle poder a los ciudadanos. Pero los papeles del caso muestran que no se está respetando: hay un candidato que no debería estar por las reglas claras de la Constitución, y otros que merecen participar son sacados sin razón. Los políticos corruptos están haciendo un fraude disfrazado de elección. Si el Tribunal lo permite, será únicamente para declarar que en Aguascalientes no importan las leyes ni el mérito ni la democracia, sino únicamente lo que quieran los que tienen poder.

Lo que se debate en estos momentos en el Tribunal es tan es sencillo como importante. Primero, si alguien que no cumple las reglas puede quedarse en la lista solo porque así lo quieren los que mandan. Segundo, si está bien sacar a candidatos sin explicar por qué y dejar solo a los que ellos quieren, aunque sean menos aptos. Y tercero, si una elección sin competencia, donde todo está decidido de antemano, puede llamarse democracia. Los ciudadanos decimos que no, el avelardismo de los que mandan dicen que sí y el tribunal tiene que decidir.

Si el Tribunal dice que no a este engaño, saca al candidato que no debería estar y asegura un proceso democrático, será una victoria para todos los que queremos elecciones de verdad. Pero si lo deja pasar, será como darles permiso a los corruptos para seguir con este patrón sistemático, sin importar nunca lo que diga la ley. Esto no es solo sobre unos lugares en el STJ; es sobre si Aguascalientes va a respetar la democracia o va a seguir siendo solo una pantalla para el poder. El Tribunal tiene una decisión grande por delante, y todos la estamos esperando.

Alan D Capetillo
Alan D Capetillo

Alan D Capetillo

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