No estoy de acuerdo con el perdón
[bctt tweet=»La lucha y combate contra la corrupción no puede tener un borrón y cuenta nueva. Esta fue una de las premisas por las cuales se apostó por el cambio» username=»crisolhoy»]
AMLO debe actuar con mesura como Presidente
No es argumento que se diga que no alcanzarían las cárceles que hay en el país, para recluir y castigar a los corruptos y con ello manifestar que, López Obrador otorgará el perdón a todos aquellos que hayan recurrido a este lastre social antes del primero de diciembre. Espero que lo que haya querido decir es que por lo menos él personalmente no se dedicará a desplegar acciones de venganza.
En lo personal no creo en el perdón cristiano, al que me parece se refiere el presidente electo. Se le olvidan algunas de las razones por las cuales la mayoría de los mexicanos llegaron al hartazgo y acabaron sufragando por una opción que les garantizase algo distinto a lo vivido hasta ese momento. Son partidarios de la paz y las no represalias, pero si exigen justicia y aplicación de la ley para aquellos que la infringieron.
Fue tal el escándalo por la corrupción desplegada desde las altas esferas, que la gente con su voto dijo ¡basta! y le entregó al gobierno entrante la facultad para aplicar la ley sobre aquellos que esquilmaron al país y se enriquecieron a su costa, a través del amiguismo y el tráfico de influencias.
Un valor de la democracia y de la izquierda es aceptar la pluralidad, ser tolerante e inclusivo, de tal manera que se fomenta la no persecución política contra adversarios y opositores, pero no se olvida el pasado ni a los responsables de la debacle. El combate con ellos es en el campo de las ideas y en lo político, sin miramientos ni contemplaciones, ellos no la tienen ni tendrían con nosotros. Pero la particularidad señalada de la izquierda, hay que mantenerla por siempre y sería uno de los elementos diferenciales con respecto a los gobiernos neoliberales salientes y sus partidos políticos que los apoyaron en su momento.
Pero la tolerancia y mesura (que debe ser característica del nuevo gobierno), no está divorciada con el respeto a la ley, pues en caso contrario haría traspasar, el umbral de un horizonte convertido en virtual y endeble hacia lo que sería la impunidad, que también es un rasgo manifiesto de la corrupción y un lastre por liquidar.
AMLO no se confunde cuando menciona que ahora su papel tiene que ser más mesurado, pues ahora tiene otra investidura y que a partir del mes entrante gobernará para todos, incluso por aquellos que no votaron por él. En eso tiene razón, donde no la tiene es cuando abre demasiado el abanico, hasta posibilitar el perdón para quienes han infringido la ley, y aunque no lo quiera, fomentado la impunidad en quienes se convirtieron en corruptos de altos vuelos.
Y en este sentido es preferible que se caracterice a AMLO como un hombre/mandatario justo y firme, que como bueno pero blandengue. No es entonces cuestión de bondad y misericordia. Esto me hizo recordar aquel excelente libro-historieta de Eduardo del Río, Rius: El Manuel del perfecto ateo, donde en la página 73 señala que, “¡vaya con el Dios de bondad! ‘bueno es Jehová para con todos, clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en el perdón” (salmos:45.8.9)
En contrapartida un elemento saludable es que, quien alguna vez mandó al diablo las instituciones (las mismas que vilipendió con sus acciones el PRIAN), ahora está demostrando actitudes para rescatar las mismas, con otro contenido, lo cual sin duda está bien.
Yo no dudo que hay timón y proyecto en la nueva administración, se ha venido dibujando esto desde hace varios años, donde la base la dejó ver AMLO cuando gobernó la Ciudad de México del 2000 al 2006. Pero también debemos tener claro que hay veces que sigue caminos que no confluyen con lo que pensamos e impulsamos desde la izquierda. Tarea nuestra es que eso no ocurra.
La lucha y combate contra la corrupción no puede tener un borrón y cuenta nueva. Esta fue una de las premisas por las cuales se apostó por el cambio. No se puede quedar sólo en la historia o para el anecdotario asuntos como el de Odebrecht y la Casa Blanca, sólo por señalar algunos ejemplos de una larga lista.
Espero que esta actitud condescendiente con los que se van, no esté relacionada tampoco a la integración del cuestionado cuerpo de asesores empresariales, donde hay destacados directivos de las principales empresas de comunicación electrónica, dígase Televisa y TV Azteca. Concluyamos que lo hace López Obrador para seguir la consideración de Maquiavelo de que a los enemigos hay que tenerlos cerca.
Para los mexicanos no sólo fue la desigualdad y la miseria, la violencia y la inseguridad, en que hicieron caer al país los gobiernos del PRIAN y sus aliados, también fue la corrupción y la impunidad. No tienen entonces por qué olvidar esos agravios ni dejarlos a un lado a través del perdón. No hay infierno donde serán castigados, es aquí en la Tierra, ahora, con la aplicación de la ley.
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