LA CAMPAÑA CONTRA LÓPEZ-GATELL

Nadie es perfecto ni infalible en cien por ciento, el Doctor Hugo López-Gatell no es la excepción. Otra cosa es para dónde se inclina la balanza y en este caso no es para el lado negativo, al contrario, el ochentero dirigente del CEU en la Facultad de Medicina de la UNAM, ha resultado una muy buena adquisición del proyecto de la Cuarta Transformación. De ahí que se haya convertido en polo de ataque para la derecha y la reacción.
Más allá de las aparentes contradicciones en las que ha caído el funcionario, el tener foro diario en cadena nacional, lo ha puesto por encima de los gobernadores mismos, con quienes si ha chocado, sobre todo en el caso de aquellos que han tratado de darle salidas políticas a la pandemia, no obstante que requiere alternativas sanitarias.
Pongo como ejemplo el caso del gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, a partir de un comentario publicado en Frentes Políticos de Excélsior y que ahora circula profusamente por las redes sociales, con el título de Incongruencias. Dice: “el gobernador de Aguascalientes se negó, a principios de la pandemia, a dar atención a enfermos que no fueran de su Estado. En días recientes, desde la primera semana de la Nueva Normalidad, autorizó la apertura de los antros y centros cerveceros, en donde se reúnen multitud de jóvenes, y por ello su entidad sigue acumulando positivos de covid-19. En una entrevista dijo, salgan para que todos nos contagiemos y esto se acabe de una vez. Ahora pide, junto con otros ocho mandatarios estatales, la renuncia de Hugo López-Gatell, el subsecretario de Salud y el funcionario que le ha puesto nombre y apellido a cada parte de esta etapa que nos tocó vivir. Esto no es más que cinismo puro.”
Vale la pena incluir esta cita tan larga, pues dibuja un caso específico, que bien se puede ejemplificar con actuaciones similares de sus homólogos que despotrican de las cifras y de las medidas, pero no consideran el menor rasgo de autocrítica para valorar hasta dónde ellos son responsables de lo que pasa en su entidad.
Sin embargo, los reclamos de este grupo de gobernadores y la exigencia para que renuncie López-Gatell, también tienen otras motivaciones y son más mezquinas que el manejo adecuado de la pandemia. Me refiero al proceso electoral del año entrante, donde los ejecutivos estatales y sus partidos no sólo están siendo cuestionados, sino no crecen ni influyen en un electorado cada vez con más dudas que certezas.
Es cosa de ver y analizar la situación particular de cada una de las entidades gobernadas por estos nueve rijosos, para darnos cuenta que se cuecen en su propio jugo y no sólo por la pandemia, sino por el clima de violencia que toleran. Ese es el caso de Guanajuato, Jalisco o Colima. Con qué cara exigen entonces.
Otro elemento que hay que considerar en esta campaña contra López-Gatell está en los intereses tocados de la industria refresquera y de las frituras o comida chatarra, la cual ha señalado críticamente, pues son parte fundamental de que México sea un país de obesos, diabéticos e hipertensos, enfermedades que son características de la población vulnerable en el Covid-19.
La fricción entre el gobierno federal y la industria refresquera no es cuestión menor, pues en México tiene un mercado de 52.600 millones de dólares. De ese tamaños son los intereses que no quieren ser afectados, aun su responsabilidad en los problemas de Salud en nuestro país. Para ellos no ayuda en nada que haya un propagandista con tribuna diaria donde los ataca y señala con toda claridad.
La Alianza por la Salud Alimentaria ha publicado que sólo el año pasado, en México han muerto por consumo de bebidas azucaradas 40 mil personas, es decir, una cantidad similar a los decesos que hasta ahora ya de Covid-19 (48 mil al 3 de agosto).
La disputa en este sector no es su involucramiento en el sesgo negativo de la pandemia, sino la disputa en torno a los impuestos interpuestos a las bebidas azucaradas y el cambio de la etiquetación a partir de octubre. Los empresarios del ramo no quieren que se les agite la gallera, sino al contrario, que se de marcha atrás. Y en esa querencia estorba el Dr. López-Gatell.