Las antípodas de la política
Senadores y senadoras padecen desprecios y flamígeros señalamientos; sin embargo, los puentes dañados esperan, de entrada, el inicio de una buena relación, antesala de la cordial amistad, comoocurrió en diversas legislaturas del Congreso de la Unión, donde guindas, blanquiazules, tricolores amarillos, verdes y naranjas, discutían y debatían,chocaban y peleaban, para después reunirse a la hora de comer y recordar, entre risas y carcajadas, excesos y exabruptos escenificados en la escaramuza legislativa. Después, el sano ejercicio. Borrón y cuenta nueva. Listos para la siguiente puesta en escena.
Los tiempos cambian. Mayoriteo utilizado y minoriteodenegado, miden sus fuerzas para imponer caminos distantes y discordantes, como si la lúcidaconvivencia democrática fuera la influenza del quehacer parlamentario.
Algunos actores y actrices se resguardan en su porcino espacio. Hacen del chiquero el frente único de su trinchera para encender el ventilador y esparcir el excremento y la violencia que genera el irracional comportamiento humano, muy alejado del evangelio escuchado en la misa dominical, donde algunas militantes del PAN suelen confesarse y comulgar, recibir el cuerpo y la sangre de Cristo, con esa boquita necesitada de unas previas gárgaras de Listerine.
Revisemos dos ejemplos de las antípodas del comportamiento humano en la arena de la política.
La senadora del PAN que representa al estado de Aguascalientes, María de Jesús (alias La Chuya) Díaz Marmolejo —57 años, licenciada en Derecho, ex diputada local, pupila consentida de la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel—, propuso el linchamiento de sus pares por votar a favor de la reforma judicial.
«Es como para que al güey que no vote en contra lo linchen al pendejo. Es en serio. Así como es y así como soy yo, de mal hablada, que lo agarren a chingadazos y que le den con todo al güey que no vote en contra de esta reforma», sostuvo la panistaegresada de la reconocida Universidad de Vulgaria, en una conferencia de prensa encabezada porJavier Luévano Núñez, líder estatal del partido en Aguascalientes.
Otra forma de hacer política en la Cámara de Senadores quedó plasmada hace diez años. De ella da cuenta la espléndida crónica reproducidatextualmente en este espacio. Se publicó en MILENIO el 4 de febrero de 2014. Fue escrita por Angélica Mercado y Omar Brito. Se refiere al legislador Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, quien regresó al Senado mexicano, al que en aquel entonces se conocía ahora como el de los “sobrevivientes”: Miguel Barbosa, coordinador del PRD en el Senado, se levantó de su silla de ruedas y de pie, apoyado en sus muletas, entró al salón de plenos, meta que fijó desde que le amputaron un pie debido a una diabetes mal cuidada.
«Voy a entrar de pie, con dignidad», manifestó a MILENIO hace unas semanas, cuando dio detalles de la complicación de su enfermedad, que lo puso al borde de la muerte en noviembre pasado y le amputaron el pie derecho para salvarle la vida.
Acompañado en todo el trayecto por sus «amiguis», como llama desde hace mucho al coordinador priista Emilio Gamboa y el panista Ernesto Cordero, Barbosa ingresó al salón de plenos, donde se realiza la primera sesión del actual periodo de sesiones y en la que senadores de todas las bancadas le aplaudieron de pie, en señal de afecto.
En la puerta del salón, personal de Protección Civil lo recibió con su silla de ruedas y lo condujo hasta su escaño.
En el breve recorrido de apenas 40 metros lo interceptó la priista Marcela Guerra, quien le plantó un tronado beso en la mejilla, mientras tomaba el rostro del perredista entre sus manos.
Cuando alcanzó la fila donde se colocan los priistas Joel Ayala, Hilda Escalera, Arely Gómez e Itzel Ríos -también convaleciente de un grave accidente automovilístico- entre otros, un nuevo aplauso arrancó la sonrisa del líder perredista, que no terminaba de llegar a su escaño porque era nuevamente atajado en el pasillo, ahora por la neoleonesa Ivonne Álvarez, quien se fundió en un cálido abrazo con él.
Barbosa se colocó a un lado de ese escaño desde donde dirige la estrategia del PRD. Tomó con firmeza los antebrazos de la silla, colocó en el piso su único pie y solo, sin pretender la ayuda del personal de Protección Civil, tomó su lugar en el pleno, junto a la vicecoordinadora Dolores Padierna, a quien confió el liderazgo en el último tramo del pasado periodo de sesiones, al que ya no pudo asistir.
Y nuevamente los aplausos invadieron el recinto de Reforma e Insurgentes.
El panista Javier Corral acudió a abrazarlo, al igual que los priistas Raúl Pozos Lanz, Ricardo Barroso, quienes se acercaron a abrazarlo y hasta en ese momento el presidente de la Mesa Directiva, Raúl Cervantes, tocó la campanilla para iniciar la sesión.
Barbosa quiso agradecer el gesto de la plenaria y pidió se le abriera el micrófono.
«Yo quiero agradecer, dar un saludo a la Mesa Directiva, a todas y todos los integrantes de este Senado de la República por sus muestras de cariño, por su solidaridad en el padecimiento que fui objeto.
«Lo he dicho con absoluta franqueza, de manera profusa en las entrevistas que me han hecho. Sufrí las consecuencias de un descuido propio, el descuido de mi salud contra mi salud, pero me siento muy honrado, muy lleno de emoción estar esta mañana acá con ustedes y decirles que el Senado de la República no solamente es una institución política, legislativa, que discute, que debate, que se diferencia entre las diferentes posiciones ideológicas que se tienen acá».
Dijo que estas muestras de afecto lo que han creado es una institución humana, capaz de conmoverse con el dolor «que cualquiera que nosotros puede tener o con el dolor de la gente. Hemos creado una institución humana. Y de verdad, cuando está uno al borde de la muerte es cuando más lo comprende uno».
En nombre de su grupo parlamentario pidió a todos elevar un pensamiento «muy arriba» por la salud de la senadora panista Maki Ortiz, para que pronto se recupere (de la embolia sufrida hace dos semanas) y alcance la plenitud de salud, «y porque todos estemos bien; las familias de ustedes y el cariño mío para todos».
«No sé si es un término político pero ¡los quiero mucho!», manifestó emocionado entre nuevos aplausos.
La columnista de 24 horas, Martha Anaya, agregaría al día siguiente: “Gemas: Regalito del senador Miguel Barbosa, camino al pleno, en compañía de Emilio Gamboa (PRI) y Ernesto Cordero (PAN): ‘Todos son mis amigos, pero vengo acompañado de mis hermanos’”.
Años más tarde, Luis Miguel Barbosa Huerta falleció en la Ciudad de México el 13 de diciembre de 2022, a la edad de 63 años, durante el cuarto año de su gestión como Gobernador de Puebla.
Porque alguien tiene que escribirlo: Hasta la próxima.
marigra1954@gmail.com