Realidad híbrida: de lo físico a lo digital
Realidad híbrida: de lo físico a lo digital
El contexto mundial ha cambiado, y la manera en la que nos estamos adaptando también es muy diferente, inesperada y apabullante. Nos encontramos en tiempos sin precedentes con el distanciamiento social, pero la «cuarentena» o aislamiento no significa que estemos incomunicados de todo contacto con los demás. El avance de la tecnología nos permite seguir conectados en nuestras áreas de trabajo y en la vida, familiares, amigos, vecinos (aunque parezca extraño) y toda organización comercial organizada en línea.
[bctt tweet=»Ahora, el mundo híbrido está tomando fuerza, relevancia y potencia para alejar o acercar relaciones de una forma sagaz» username=»crisolhoy»]
También representa nuevas oportunidades y compromiso para empresas, organizaciones civiles se comprometan con su público y los consumidores, clientes y toda parte interesada.
Me recuerda algo lo dicho. Hoy es el día de la conexión. Si, esa que está a distancia todo el tiempo, a esa a la que no se pude fallar debido a que es parte del trabajo, de la escuela, del negocio y de la reunión social, no habría que esperar más; simplemente el poder de ejercer el tiempo real para estar allí. Las ventajas son: hacerlo de manera remota en cualquier parte del mundo vía internet inalámbrico.
También ha generado menos gastos por los traslados no hechos, el tiempo perdido en las avenidas o transporte público. Las afectaciones han sido desde la forma de alejarse de los primeros círculos sociales como los son los compañeros de equipo, de esas pequeñas conexiones que había al iniciar una charla o resolver un problema dentro de una actividad o proyecto. Eso que parece tan lejano y anhelado por muchos y que otro tiempo era lo convencional, rutinario y favorable al aburrimiento.
Ahora, el mundo híbrido está tomando fuerza, relevancia y potencia para alejar o acercar relaciones de una forma sagaz. A falta de contacto físico, se manifiestan personalidades, emociones, sentimientos y nuevas búsquedas. Lo poquito que se puede manifestar en la calle, supermercado o reunión familiar nuclear es ya un escape a los meses que han pasado en el exilio de cuatro paredes.
Las nuevas creencias, serán no limitarse en realizar otras actividades, en atraverse a soltar la poca seguridad que había en no sé dónde. El retroceder no es ni siquiera una alternativa. La suerte del futuro es el ahora. Lo incierto es mañana y todo puede pasar, desde vender ese gran proyecto desde casa, hasta una mudanza a un lugar “más seguro”.
En conclusión, podemos asegurar que tener un pie dentro de la virtualidad y otro fuera en cualquier circunstancia nos dota de la cualidad número uno saber actuar en un nuevo escenario aunque no sepamos el guion.
