Un porquero que huele a 88 y que se escucha como Elección de Estado.
El pasado 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones generales en México para elegir entre diversos cargos públicos del orden federal, estatal y municipal; siendo la más importante, la elección de presidente de la república, que dio hasta el momento, el triunfo virtual a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, candidata de la coalición electoral “Sigamos Haciendo Historia” (izquierda a centroizquierda) formada por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT), y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Adicionalmente, las 2 cámaras federales, parecen haber obtenido, de acuerdo a los resultados preliminares emitidos por el Instituto Nacional Electoral, una preferencia que también favorece a dicha coalición; de tal suerte que, tanto en la cámara de diputados, como en la de senadores, los coaligados bajo dichas siglas obtendrían mayoría calificada; la cual, permitiría establecer una clara posibilidad para cambios de alta envergadura, principalmente, aquellos del orden constitucional. Consecuentemente, el gobierno federal encabezado por la candidata de morena, se visualiza desde ya, cómodo y relativamente sin tropiezos para los aliados.
En ese contexto, analizando la distribución de las preferencias electorales en los diferentes Estados de la república y, dado que, en algunos de ellos, también se llevó a cabo la elección de Gobernador Constitucional del Estado, sobresalen las preferencias emitidas en el Estado de Aguascalientes; único de la República en el que el resultado general, al parecer, no favorece a la doctora Sheinbaum. Con una participación de casi el 61%, a la candidata científica, según el INE, le faltan poco más de 24 mil votos para rebasar a la candidata conocida por vender gelatinas, de la coalición del PRIANRD. La diferencia sobresale, aún más, si pensamos que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador ganó en la entidad, en el 2018, con poco más de 222 mil votos y, en la elección de este domingo, la candidata guinda obtuvo un poco más de 270 mil, contra los 294 mil de su adversaria de extracción panista. Esto contabiliza, un acumulado de casi 638 mil votos con 14 mil nulos, Adjuntando los resultados obtenidos por el candidato de Movimiento Ciudadano.
Con este resultado, además, llama poderosamente la atención el llamado “carro completo” que obtiene Acción Nacional, de acuerdo a los resultados preliminares que ofrece el Instituto Estatal Electoral, en las diputaciones locales, ganando los 18 distritos uninominales con sus candidatos por el principio de mayoría relativa, hecho inédito para cualquier partido político en el Estado.
Sin embargo, el conjunto de detalles derivado de los resultados, así como las acciones nada transparentes que se apreciaron en campaña, a lo largo de la jornada electoral y posterior a ella, se han constituido como un andamiaje que, sólo es posible, cuando se piensa y opera en la lógica de una antidemocrática ELECCIÓN DE ESTADO; la cual, en lo general, puede tener innumerables configuraciones, pero principalmente, incorpora al contexto electoral, asesinatos, agresiones, la manipulación del proceso electoral para favorecer a ciertos candidatos o partidos, la intimidación y la coacción, la limitación de la libertad de expresión y compra de los medios masivos de comunicación, que impide a los ciudadanos recibir información veraz sobre los hechos, así como, el conjunto de la propaganda y la manipulación de la información que contiene, para influir en las decisiones de los ciudadanos, distorsionando la percepción que pueden tener de candidatos o partidos.
No voy a profundizar en el por qué, el día de la jornada electoral, abundó la presencia tan significativa de vehículos con placas del Estado de Zacatecas o de Guanajuato, ascendiendo y descendiendo personas en las inmediaciones de las casillas, ni en las camionetas sin placas que prácticamente patrullaron en forma de convoy la ciudad y, ha dicho de varios, el Estado; tampoco en el cúmulo de mensajes SMS de WhatsApp que durante la campaña electoral constituyeron la llamada guerra sucia y que recibí en mi teléfono celular, al igual que muchas personas de mi círculo cercano y otras, incluyendo noticias falsas, infamias, infundios y una serie de desinformación que pretendían, desde luego, denostar a los candidatos de la coalición Sigamos Haciendo Historia. Y ni qué decir de las expectativas ciudadanas y los 18 millones de pesos tirados a la basura, luego de que el programa de resultados preliminares, conocido como PREP, que sería utilizado por el Instituto Estatal Electoral del Estado quedó literalmente “hackeado” y no se pudo usar, hasta prácticamente, 14 horas después de lo que había señalado el Consejo Electoral (20 hrs. Del día domingo).
Lejos de caer en la provocación especulativa y confiando en el excelentísimo, profesionalísimo, inmaculado y casi sublime, trabajo de la Fiscalía del Estado, que estoy seguro habrá de estar realizando una labor exhaustiva, casi sobrehumana, para lograr establecer las causas y sancionar a los culpables de todas aquellas quejas y señalamientos de índole electoral que se han acumulado; sólo procuraré exponer algunos de los casos más estridentes que reflejan el análisis de la base de datos de los resultados preliminares, ofrecidos por el Instituto Nacional Electoral, así como, por el Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes, obtenidas de sus respectivas páginas oficiales.
Lo anterior utilizando un conjunto de 9305 claves de casilla, que corresponden a las elecciones de Presidente de la República, Senadores, Diputados Federales, Diputados Locales y Ayuntamientos.
Casos de participación ciudadana desorbitada (>75%).
Casos de sumas incorrectas
Casos de diferencias menores al 1% respecto del primero y segundo lugar
Casos de diferencias con respecto de la cantidad de electores de la lista nominal
Casos de diferencias con respecto de los votos “sacados” de los votos “asentados”
Casos en los que el programa de resultados preliminares no ofrece datos por diferentes circunstancias
Casos en los que el número de boletas no coincide con los límites de su distribución por casilla, ni tampoco con respecto del número de votos emitidos.
En resumen, la elección pareciera tener un comportamiento atípico que pudiera pasar inadvertido. Sin embargo, identificando a profundidad las particularidades que dejan ver los resultados preliminares emitidos por las autoridades electorales, se puede apreciar, claramente, aquellas casillas en las que existen excedentes de boletas, los cuales van desde 1 hasta 1964, dependiendo del dato que usemos de referencia para calcular las boletas que inicialmente se presentaron en la casilla y, por otro lado, resulta completamente escandaloso el número de boletas sobrantes registrado, ya que rebasa, incluso, las 750 que son el límite de votantes considerados para una casilla electoral.
¿Por qué el instituto estatal electoral pondría en una casilla el doble de boletas que se requieren para la elección? ¿Por qué ese mismo instituto permitió que los funcionarios de casilla atendieran con tantas dudas a la jornada electoral? ¿Por qué a pesar del funcionamiento tardío del PREP persistieron las inconsistencias en el registro de los resultados capturados, toda vez que hubo el suficiente tiempo para recoger los datos con detenimiento para evitar presentar errores de captura que generarán mayor incertidumbre luego de la caída del sistema?
No sé cuánto tiempo vaya a durar la sesión en los consejos distritales para determinar la validez de la elección; sin embargo, con los resultados preliminares se genera una enorme expectativa y una profunda necesidad de clarificar todos los vacíos y las inconsistencias que dejó el hackeo del sistema, así como, las múltiples apariciones de boletas en las casillas contabilizadas.
La democracia en Aguascalientes no solamente necesita ser un canal para que los ciudadanos puedan escoger a sus representantes. Es necesario que tenga la confiabilidad que sólo la eficiencia puede propiciar, luego de observar las innumerables imprecisiones que deslizan a la vista de las agudas mentes, la enorme posibilidad de que quien detenta el poder, haya conducido la elección a su favor, convirtiendo esto en la reedición de aquel 1988 y, emporcando para siempre la única posibilidad que tenemos los ciudadanos de manifestar nuestro derecho a la libertad.
Haga sus cuentas revise los datos y establezca sus propias conclusiones.