Historias de amor para recordar
Nada que ver con el intenso sentimiento estudiantil del verano, pero como si lo fuera, aunque debe recordarse la sabiduría de Gabriel Quadri, aquel candidato del Panal a la Presidencia de la República: “El amor sin dinero no es funcional y el dinero sin amor es deprimente”.
El amore hace enmudecer. Impacta su presencia. Es el verso de los cinco sentidos. La unión de dos fantasías. La locura de la razón. El reencuentro con la existencia. La trasformación de los defectos a virtudes y las virtudes en perfecciones a la luz de la enmielada luna y del luminoso sol.
No hay medicina para el amor, pero el amor es la cura del desamor. La cantidad entregada, aunque sea mucha, siempre será poca, porque requiere demasiada.
Los vanidosos políticos se arrodillan a sus pies. Cambian de semblante. Les brillan los ojos. Los sentimientos disfrutan el presente, obligan a ordenar los hábitos con sus horarios. El amorío tiene su tiempo y su momento. Esos instantes sublimes les hacen perder el instinto de conservación, pero después lo recuperan para seguir mandando, a otros, claro.
El amor es el IVA del poder. Posee la varita mágica que todo lo transforma en oro. Recordemos historias idílicas ocurridas a principios de este siglo.
Los panistas Diego Fernández de Ceballos y Jorge Zermeño Infante rejuvenecieron al conquistar a damitas casi salidas del cascarón. El ‘olor a nuevo’ les subyugó. Estuvieron concientes que la inexperiencia enriquece el texto y la sabiduría entrega el epílogo.
Chayito Robles Berlanga, de incansable luchadora social pasó a célebre escritora de cartas de amor para Charly El Ahumado, que le hizo latir su doble corazón, el de la izquierda perredista y el de la derecha, confortado por el jet particular de Charly donde nunca se escuchó por el ruido de las turbinas la sensata opinión: “La nacha no se lleva con la nómina”.
Marta Sahagún cambió el modesto rol de comunicadora para encumbrarse hasta formar parte indispensable de la pareja presidencial, con Vicente Fox.
Shakespeare, en El mercader de Venecia, alertó los riesgos de la invidencia, siempre peligrosa: “El amor es ciego y los amantes no pueden ver las hermosas locuras que hacen…”. Ahí está el caso del defenestrado presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, arrollado por su amorosa mano, por su poderosa firma, que autorizó —en insana combinación de ternura y corrupción—, el sustancial aumento salarial a su compañera sentimental, Shaha Ali Riza, funcionaria del banco, en un acto no validado por la conseja casi siempre desoída: “El reino del trabajo no se pierde por un amor”.
O las complicaciones del expresidente francés, Jacques Chirac, que a pesar de cuarenta y tantos años de matrimonio con Bernardette, solía dormir fuera de su residencia para disponer de románticas veladas nocturnas donde, además de darle vuelo a la pasión, se daba tiempo para acordar generosos detalles, como el obsequio entregado a Margie Soudre, ascendida a ministra de Asuntos Francófonos, por obra y gracia de la regla aplicada, la número uno, del práctico escalafón: “Hormona mata neurona”.
Y a las suspirantes de Enrique Peña Nieto se les recordó el perfil del gobernador: le seduce “el servicio, la amistad, la lealtad”; de una mujer le gusta “su calidad humana”; el sexo le parece “rico”; le molesta “rasurarse”; su debilidad es “la belleza”; cuando le aborda una mujer, porque le gusta, “sonríe”; le da miedo “la perversión, la deshonestidad, la traición”, esta última, por cierto, le causa dolor de cabeza; su fortaleza la basa en el “carácter”; reconoce como defecto: “malhumorado en algunas ocasiones” (Yazmín Alessandrini: El Universal, “La política me da risa”. 23/01/05).
El otoño prepara su llegada. Las hojas de los árboles cubrirán los prados. Los amantes empezarán a marcharse. El verano se despedirá.
Porque alguien tiene que escribirlo: En la inauguración de los Encuentros Nacionales para la Armonización Legislativa y el Fortalecimiento del Sistema de Fiscalización en México, la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel afirmó que “la ciudadanía debe tener la certeza de que el dinero que se recauda regresa convertido en escuelas, hospitales, obras de infraestructura y servicios que eleven su calidad de vida”, pero no es así.
Mientras 868 mil personas carecen de salud y seguridad en el estado de Aguascalientes, según los datos de Pobreza Multidimensional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para 2024, el gobierno estatal del PAN gasta millones de pesos de manera impúdica, ofensiva al pudor, para promover la imagen de la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel en la frívola Casa de Los Famosos México, reality producido por Televisa.
El supuesto padre de la comunicación política posmoderna del mundo mundial, Enrique Kike de la Torre de la Paz, jefe de prensa y vocero, en sus afanes de construir la candidatura del PAN a la Presidencia de la República para la mexiquense, confunde la gimnasia con la magnesia, la popularidad representada por el Chapo Guzmán con fama ganada a pulso por Bill Gates.
Los sufridos contribuyentes y las 868 mil personas que carecen de salud y seguridad en el estado de Aguascalientes, coinciden en que el gobierno panista “no tiene madre”.
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