LA LUCHA CONTRA LA DERECHA II

Para ser franco, el artículo anterior era el único que iba a escribir sobre el tema por lo pronto. Sin embargo, un comentario que me hizo llegar mi buen amigo Saúl Torres, obligó a que hiciera una segunda entrega. Me pregunta que a cuál derecha me refiero, para señalar sobre lo que él considera la derecha de Morena.

[bctt tweet=»Me refiero a toda la derecha, sin matices ni tendencias, la que actúa furibundamente contra el actual gobierno, la que lo hace desde el púlpito, desde las cámaras patronales, asociaciones religiosas, desde el interior del gobierno, incluido un sector de Morena.» username=»crisolhoy»]

También hace otras dos consideraciones que ameritan un comentario. Primero, a cuál tendencia de derecha “le tiro” o si voy a caer en el simplismo “de decir que los que están en contra del presidente son de derecha y los que lo apoyan son de izquierda. No creo que llegue a tanto el fanatismo…” Sólo por el último dicho vale la respuesta, pero es mejor ir desde el principio.

Tiene razón Saúl en preguntar a cuál derecha me refiero. Doy por salvado que especificado esta cuestión en otras colaboraciones, aunque no es obligado que les de seguimiento, ni que fuera yo quién. Lo real es que en esta ocasión no fui muy preciso. Sólo mencionaba que había que, “combatir sin cuartel ni miramientos a la derecha y burguesía oligopólica”. Después aludo a Frena. Ahora lo hago y lo digo, para que no quede duda.

Me refiero a toda la derecha, sin matices ni tendencias, la que actúa furibundamente contra el actual gobierno, la que lo hace desde el púlpito, desde las cámaras patronales, asociaciones religiosas, desde el interior del gobierno, incluido un sector de Morena. Ninguna de ella coincide con el proyecto socialista en el cual yo si creo.

Incluso en colaboraciones anteriores he escrito sobre lo que representa en el gabinete de López Obrador como Alfonso Romo, Esteban Moctezuma o el secretario de Agricultura, los cuales podrían imprimir un preocupante sesgo a la llamada Cuarta Transformación que, en lo personal he considerado hasta ahora una hoja en blanco.

La derecha es como la medusa, un siniestro monstruo de varias cabezas que aparentemente empujan y actúan de manera separada, pero realmente no es así, tienen un fin común. Sólo hay que encontrar su punto vulnerable para poder destruirlo donde esté y se manifieste.

Y aquí me voy al último comentario de Saúl, que me parece igual a lo que critica: simplista, pero sobre todo irrespetuoso, pues en lo personal lejos estaría de caer en posturas maniqueas y practicar la lógica formal. Y él lo sabe. Quién en su sano juicio podría estar de acuerdo con la aseveración de que es derecha los que critican y no apoyan a López Obrador y de izquierda los que hacen lo contrario. Efectivamente simplista, así como aquellos que señalan que es un enemigo y el principal, en función de que no es de izquierda.

Aunque AMLO sea el presidente de la República e impulse un proyecto propio, aunque vaya como el caballo lechero y no escuche a nadie, aunque el si considere que, “si no estás conmigo estás contra mi” y aunque efectivamente no sea de izquierda, sino un keynesiano que en lo político ha vulnerado al laicismo, tampoco podemos olvidar las condiciones políticas en las cuales ganó y llegó a la Primera Magistratura, el peso diverso y nada monolítico de los treinta millones de electores que lo apoyaron y las evidentes diferencias con respecto a sus antecesores, aunque todos, incluyéndolo, sean capitalistas.

Vivimos tiempos singulares y no por lo registrado en este año atípico, sobre todo por la pandemia del coronavirus, sino además por todo lo que hemos venido sumando desde julio del 2018. Transcurrimos por una intensificada lucha de clases.

Para mi gusto estamos como en febrero de 1917 en la Rusia de Kerenski, el cual no era igual que el Zar, pero tampoco era un revolucionario bolchevique. Por ello en varias ocasiones he mencionado que en México ahora nos hace falta nuestras Cartas desde Lejos y las Tesis de Abril, previas a la toma del Palacio de Invierno. Válgase de las analogías.

Claro está, aquí quizá no sea una cuestión de meses sino de años, cuánto, no tengo la menor idea. Pero si se requeriría actuar ya, unida la izquierda y combatiendo frontalmente a la derecha, sin distingos del apellido que pueda tener ésta.