Libertad de expresión

Libertad de expresión

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores expresamente fijadas por la ley. CNDH

[bctt tweet=»La libertad de prensa y libertad de expresión no la otorga el poder, se conquista y construye a diario desde las trincheras de productores y consumidores. Requiriendo una solidaridad orgánica de la sociedad con sus industrias culturales.» username=»crisolhoy»]

Mientras que el mundo se celebra el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa[1]; en México es el 7 de junio (ver: 7 de junio Día de la Libertad de Expresión en México), día que se utiliza dentro del calendario de la religión laica del estado, como fecha para conmemorar la Libertad de Prensa. Una fiesta súbita y repentina, construida alrededor del poder para conmemorar el ideal de la Libertad de Prensa.

Fue en 1951 que por primera vez se realizó por parte del estado mexicano una fiesta que ensalza la figura presidencial de Miguel Alemán Valdés, iniciador simbólico de los «cachorros de la revolución», en torno a su figura, la “prensa de masa” (cine, radio), y algunos diarios se reunieron elocuentemente para celebrar el privilegio de poder decirle al presidente “que bueno era”. Realmente no era toda la prensa, la prensa escrita en su mayoría hostil a la figura presidencial y crítica del estado simplemente no era convocada. Se podría decir en términos paradigmáticos de hoy que los convocados eran la prensa “fifi” palera del régimen, excluyendo y desconociendo a los detractores del sistema, condenados al ostracismo de sus medios.

La idea original de la celebración dice el mito fue autoría de periodistas hijos de su tiempo, que supieron llenar con risueñas y finas alabanzas los oídos inmaculados del líder revolucionario, personas como el general José García Valseca, fundador de la cadena García Valseca, editora de «Los soles», como El Sol del Centro», aquí en Aguascalientes.

Mucha libertad de prensa en México se puede decir si existía, pero no en los medios oficiosos de los noticieros transmitidos en las salas del Cine o en las estaciones de Radio. No así la prensa escrita, que siempre se ha caracterizado por una libertad mayor en sus contenidos y crítica, aunque no falta el político de turno que quiere presumir que gracias a él se ha logrado dicha libertad.

La libertad de prensa no se otorga, la libertad de prensa se gana. Se llega a ella desde las industrias culturales productoras de contenido, con públicos que consumen y comparten. Se requiere una simbiosis entre productores y público receptor del mensaje, que participe no solo en una vía, si no que se involucre en la construcción de los contenidos participando con comentarios, críticas, sugerencias, a sus productores (también con algo de paciencia, no podemos atender todos los temas de una vez), protección y respeto a la profesión de opinador, investigador, reportero, fotógrafo, caricaturista, editor, repartidor, columnista, difusor, promotor, anunciante, vendedor y sobre todo consumidor.

México según cifras de la ONU 2012, es considerado como el país más peligroso para ejercer la profesión de periodista. Reporteros Sin Fronteras (RSF) (ver: Aunque México subió tres puestos es el lugar 144 de 180 en libertad de prensa en el mundo), organización global reportó que de 180 naciones México ocupó en el 2019 el lugar 144 comó nación que crea condiciones de respeto y tolerancia para los que ejercen la libertad de expresión.

La situación es alarmante, ya que además la libertad de expresión es la base que construye las instituciones que nos gobierna, de no crear las condiciones para una reproducción sana de la libertad de expresión y prensa, se atenta contra instituciones relacionadas con la educación, investigación, ciencia y de forma inmediata con la democracia.

Reiterando: La libertad de prensa y libertad de expresión no la otorga el poder, se conquista y construye a diario desde las trincheras de productores y consumidores. Requiriendo una solidaridad orgánica de la sociedad con sus industrias culturales.

  1. (n.d.). Día Mundial de la Libertad de Prensa, 3 de mayo. Recuperado el junio 7, 2019, de https://www.un.org/es/events/pressfreedomday/

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

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