Luz – Dios(es): Dios Una Historia de la Humanidad y la eterna lucha entre el politeísmo y el monoteísmo.
En el principio los seres humanos crearon un Dios que era la causa primera de todas las cosas y el soberano de cielo y tierra. No estaba representado en imágenes y no tenía templo ni sacerdotes a su servicio. Era adorado por un culto humano inadecuado. Fue desvaneciéndose progresivamente de la conciencia de su pueblo. Llegó a estar tan lejos que ya no lo necesitaron. Finalmente se dijo que había desaparecido. Armstrong, Karen (1993)
Luz
Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió. Genesis.
La Torá será para los Iehudim, como una luz en la oscuridad. La Torá
Se parecen a quienes encienden un fuego y, cuando alumbra en torno a ellos, Dios se lleva la luz y los deja a oscuras, sin ver. El Corán
En estos tiempos del año: en el hemisferio norte convergen para los occidentales varias celebraciones religiosas de suma importancia simbólica fundacional; como lo es la conmemoración del nacimiento de Cristo para los cristianos, el Janucá para los Judíos, Dionisio para los que aún creen en los Dioses Griegos o en alguna transformación moderna de la deidad como las fiestas Saturnales que celebran los movimientos New Age y diferentes formas de manifestaciones religiosas basadas en el Naturalismo Religioso y la Diosa Madre. Solo por mencionar unas de tantas manifestaciones de celebración de culto religioso que subsisten en la vorágine de enfrentamiento en el choque de las civilizaciones occidentales, transformando, adaptando, produciendo, desechando y generando residuos culturales que a través del tiempo y el espacio se combinan y sincretizan por circunstancias culturales.
Las fiestas nombradas y otras que convergen en contenido y espacio son <<unidades culturales>> de celebraciones religiosas que se encuentran relacionadas por paradigmas y metonimias.
Parafraseando a Claude Leví-Strauss, estas <<unidades culturales>>, poseen mitos o relatos que al ser divididos en “mitemas”; adquieren una propiedad semiótica que les permite relacionarse entre los diferentes campos culturales. Explicando así las ausencias o presencia de contenido simbólico que por el desarrollo productivo de los significantes y significados en cada relato, mito o fiesta pudieran a simple vista no estar presentes, pero que se encuentran inmersos en relaciones paradigmáticas y metafóricas, por estas propiedades de los signos y los relatos por los que Claude Leví-Strauss afirma que “los mitos se explican entre sí”.
Al hablar de las fiestas antes mencionadas se observa la presencia en sus relatos, mitos y celebración del signo <<luz>>.
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La <<Luz>> como signo es asociado a significantes de existencia, sabiduría, conocimiento, vida, ser y por oposición binaria morir, ignorancia, inconsciencia, muerte, nada. Para todas estas manifestaciones religiosas es la <<luz>> el factor de unión y generación de solidaridad orgánica que permite a los diferentes grupos culturales agruparse en un “nosotros” ante una alteridad que por ignorancia y ausencia de luz suele desacreditar al otro, banalizar, menospreciar y caricaturizar al diferente para ser despreciado y colocado en el lugar de los enemigos potenciales en lugar de un posible aliado por el simple hecho de ser diferente o en este caso poseer significantes desemejantes al mismo signo de la <<luz>>.
La presencia de la <<luz>> como signo principal simplemente surge porque es un elemento natural el cual no es difícil de advertir que por la posición en el hemisferio norte las noches se alargan y los días se acortan. Es en el solsticio de invierno como fenómeno natural el que es dotado de diferentes significados y significantes religiosos que fungen para agrupar y amalgamar la solidaridad organica del grupo.
Hablar de temas religiosos sin importarnos el contenido de la existencia o no de Dios o Dioses, no es relevante para estos momentos del texto. Lo que interesa son esas relaciones paradigmáticas y de metonimia que permite emparentar estos relatos con un fenómeno natural y material. El cual los humanos en diferentes momentos han dotado de múltiples expresiones como lo relata Reza Aslan en su libro Dios Una Historia de la Humanidad.
Aslan, Reza, quien saltara a la fama de los “Bestseller” anteriormente con su libro Los Orígenes, Evolución y futuro del Islam. En esta oportunidad nos presenta el origen de la concepción del alma y la luz. Pasando por la transformación de la religión naturalista de concepción monoteísta dedicada a la Diosa Madre (ver también Dios Nació Mujer: El Desarrollo De Los Dioses En La Historia De La Humanidad y La Diosa blanca, de Robert Graves), que al ser dominada por los hombres sufre un proceso de antropomorfismo creando el politeísmo que genera panteones y didades donde la masculinidad es el ser de luz de razón dominante y reinante.
Representación en madera de la Diosa Madre, muestra del surgimiento del proceso de Antropomorfismo que sufren las deidades.
De la Diosa Madre se pasó al señor de las bestias “no es sólo uno de los dioses más antiguos de la historia religiosa; es también uno de los más ampliamente dispersado. Alguna versión de la deidad existe en casi todas las partes del mundo, desde Eurasia a América del Norte de Mesoamérica. Su imagen se puede encontrar en vasijas de piedra de Mesopotamia que datan de finales del BCE. Un cuchillo de marfil y sílex cuarto milenio realizado en Egipto en algún momento alrededor de 3450 ac, mucho antes de la subida de los faraones, ha grabado en el mango una figura que representa al Señor de bestias agarrar un león en cada mano.” Aslan, Reza (2017)
Incluso el dios hebreo Yahvé en ocasiones se presenta como el Señor de las Bestias en la Biblia. El libro de Job representa el Señor alarde de la potencia a dejar el culo salvajes en libertad, de obligar al avestruz dejar sus huevos en la tierra para que puedan ser recogidos por los hombres, y de ordenar el buey salvaje para dejarse ser aprovechado con cuerdas y establecer a agitar los valles por la palabra de hombre (Job 39).
Politeísmo
En diferentes momentos del proceso de la concepción de Dios o Dioses varios pueblos o culturas se enfrentaron a dos procesos que generaron politeísmo. El primero de ellos fue la división social del trabajo de la divinidad y con ello el surgimiento de los dioses. Al mismo tiempo con el contacto entre tribus diferentes e intercambios culturales, económicos y de mujeres los pueblos encontraron la solución económica que evitaba la guerra entre las tribus, que era incluir a todas esas deidades en un mismo sistema de <<rituales>> y reconocimiento mutuo generando panteones e intrincadas relaciones sociales y de familia entre los dioses, siendo estos relatos un referente cultural para los pueblos de cómo debía ser la moral y comportamiento deseado y esperado de ellos en la tierra, dando pie al origen de las organizaciones e instituciones religiosas.
Este proceso se acrecentó aún más la necesidad de dotar a los dioses de Antropomorfismo y situaciones que los dioses viven o vivieron semejantes a las que transitaban sus adoradores para poder convivir y encontrar consuelo mutuo.
Pero los dioses no solo se vieron dotados de esta división social. La influencia económica y política en diferentes momentos de pueblos y grupos de poder en búsqueda de legitimación en varias ocasiones modificaban el orden y poder de los dioses, incluso por la influencia económica y política de una tribu o nación la paz entre los dioses se veía quebrantada por la instauración o regreso de figuras que surgían o regresaban al poder principal.
Henoteísmo o monolatría
Por la misma lucha del poder e instauración de diferentes regímenes regresó a la concepción de cultos henoteístas, es decir religiones y dioses que aceptaban la existencia de otras formas religiosas pero que profesaban solo un dios de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel.
En el tercer milenio antes de Cristo los Sumerios desarrollaron el culto a Marduk o también llamado Bel-Marduk. Dios Sol, dios de la Luz, hijo de Anu dios del Cielo. Perteneciente a un panteón de dioses de Mesopotamia.
Marduk también representado junto a un halcón o con alas de halcón, muestra de su parentesco y transformación por proximidad con otro dios que apareció en Egipto de nombre Aten o Atón. Marduk se convirtió en el primer dios henoteista que dominó en los valles inferiores del Tigris y el Éufrates.
Bel-Marduk
Con el triunfo Canaán Marduk sufrió en el siglo XII antes de Cristo una transformación tanto en su concepción de divinidad que lo todo de nuevos atributos. Como Marduk era un dios de luz y vida que pertenecía a un panteón de dioses, pero es con el triunfo de Canaán que Marduk deja de tener parientes y se transforma en Moloch o Moloch Baal considerándose símbolo de fuerza purificante, que por medio de la luz creaba pero también destruia, siendo el origen y fin (Moloch Baal se encuentra mencionado en la Biblia). Con esta transformación de nombre y duplicando sus poderes Marduk ahora como Moloch se acercaba a la figura de un dios monoteísta, que no necesitaba de otros dioses o deidades menores, el culto de Moloch no toleraba la existencia de otras creencias, mucho menos reconocía la posibilidad de convivir con otras supuestas deidades ya que en su ritual no existía tal posibilidad. Por su concepción de principio y fin con esta transformación se acerca la posición del monoteísmo.
Moloch o Moloch Baal, estuvo presente incluso en Mesopotamia y Babilonia. Y aunque sus fieles no aceptaban otros dioses aprendieron a disimular su fe para sobrevivir. En el menor punto de su popularidad se encontraba aún presente en Persia a la llegada de Alejandro el conquistador. Con el arribo de los Griegos muchos de los mitos que dotaban a Marduk o Moloch de fuerza y simbolismo por semejanza fueron apropiados por sincretismo religioso con diferentes dioses del panteón Griego. En el caso de Moloch o Marduk principalmente Dioniso resulto ser el principal heredero de muchas de las funciones simbólicas del dios Mesopotamia. Proceso de sincretismo que no ha sido el único en la historia de los Dioses y Dios; ya que como lo afirma Reza Aslan hablar de la historia de Dios es hablar de la historia de los hombres, aunado a ello el proceso antropomórfico que sufre la concepción de dios en occidente y en el cercano oriente a las divinidades configuran una fuente casi inagotable de transformaciones y debates al respecto.
Otro culto henoteístas o transformación de Marduk como ya se mencionó fue el culto al dios Aten o Atón. Dios creado por el faraón Amenhotep IV que cambió su nombre por el de Akhenatón o Ajenatón. Su reinado se fecha en 1353-1336 a,c.. Cómo faraón buscando legitimación de su poder, se vio obligado para reafirmar su posición el de crear e instaurar una nueva concepción religiosa al rededor de la figura de si mismo como emperador. Una doble función del estado, representante del poder civil y poder religioso en la figura encarnada del faraón. Pero esto es otro proceso muy reiterado en diferentes momentos de la historia de las religiones que merece ser tratado en otra oportunidad. Atón se encuentra entre los dioses henoteístas por pertenecer a una familia de dioses, en la que él mismo encuentra el amor y matrimonio para procrear otros dioses.
Monoteísmo
La historia comienza con la creación de los mismos dioses —un tema que, como veremos, será muy importante en la mística judía e islámica—. En el principio, dice el Enuma Elish , los dioses surgieron de dos en dos de una materia acuosa, sin forma —una sustancia que era divina—. En el mito babilónico —como sucede después en la Biblia— no había creación de la nada; esta era una idea desconocida para el mundo antiguo. Aquella materia prima sagrada existió desde el principio, antes de que existieran los seres humanos o Mesopotamia, donde las inundaciones amenazan constantemente con destruir las frágiles construcciones humanas. Armstrong, Karen (1993).
El Dios que vendría a ser conocido como el Señor hizo su primera aparición en la forma de una zarza ardiente:
“Este es mi nombre para siempre,” el Señor le dice al profeta Moisés “y así es como me recordarán de generación en generación” (Éxodo 03:15).
Un hecho fundamental que determina que nos encontramos ante la presencia de un dios monoteísta es la creencia en el principio y el fin de la misma gracia en cuestión. El Dios no cuenta con parentela que lo engendrara y no la habrá luego de él. No requiere de intermediarios para realizar su voluntad, él la ejerce, menos una familia que pueda intervenir en sus designios. Como dios es único y aunque pueda “transformarse en diferentes personas se mantiene en unidad”.
En el cercano oriente y occidente dos principales fuentes de monoteísmo: las religiones abrahámicas y el concepto neoplatónico de Dios expresado por el Pseudo Dionisio Areopagita. Los sistemas religiosos del Henoteísmo como el de Marduk en Mesopotamia y Aten en Egipto son base en el desarrollo del pensamiento al regreso de una sola fuerza creadora y principio de la religión que inicia en la concepción de la fuerza de la Naturaleza.
Las principales religiones monoteístas por su número de seguidores en el cercano oriente y occidente serían el Islam, Bahaísmo, judaísmo, zoroastrismo y si se extiende un poco la zona geográfica se encontraría en la India el Sijismo.
Dentro de los estudiosos de los fenómenos de las religiones existe una tradición religiosa que requiere una mención especial: El Cristianismo.
Los Cristianos en concepción de sí mismos suelen definirse como monoteísta. Pero en función muchas de las formas del Cristianismo son sistemas que pueden considerarse dentro de las henoteístas y otras politeístas.
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En la tradición cristiana se observan tres corrientes principales: el trinitarismo, una versión de Dios que en psicología se le puede diagnosticar de psicosis. La de la unicidad de Dios también llamada pentecostalismo unicitario, no creer en la Santísima Trinidad y considerar al «Padre», «Hijo» y «Espíritu Santo» como manifestaciones del mismo YHVH. Y la tercera forma el unitarismo que es una corriente teológica de un sector del cristianismo protestante, que cree en un Dios unipersonal y sostiene que Jesús no es el mismo Dios. El Unitarismo es estrictamente monoteísta y cree que existe solo un único Dios, el Dios Padre, o Jehová, conformado por una sola entidad.
Los creyentes de la unicidad de Dios, al igual que los creyentes del unitarismo, consideran que el trinitarismo debilita el monoteísmo estricto enseñado por la Biblia e insisten en que la Deidad no puede dividirse en personas y que Dios es absolutamente uno. El Creador no tuvo principio, en tanto que su Hijo Jesucristo, fue creado y “el principio de la creación por Dios”, Colosenses 1:15.
En respuesta al problema trinitario El Corán cuenta con una mención directa a los Cristianos trinitarios en el aleya 171 de la Sura 42 al dirigirse a la gente de la Escritura, los cristianos, para que no digan ‘Tres’, pues el Islam establece que Dios es sólo un Dios Uno.
En todas las regiones principales del mundo civilizado se crearon ideologías nuevas que siguen siendo centrales y siguen ejerciendo su influjo. Los nuevos sistemas religiosos reflejaban las condiciones de razones que no comprendemos totalmente las civilizaciones principales se desarrollaron siguiendo líneas paralelas, incluso cuando no había contacto comercial entre ellas (como entre China y Europa). Se dio una situación próspera que condujo a la extensión de la clase de los comerciantes. El poder se trasladó de los reyes y sacerdotes, del palacio y del templo, a la plaza del mercado. La nueva riqueza contribuyó a que se produjera un crecimiento intelectual y cultural y al desarrollo de la conciencia individual. Armstrong, Karen (1993).
Bibliografía
Armstrong, Karen (1993). Una historia de Dios 4000 años de búsqueda en el judaismo, el cristianismo y el islam. Paidos. España.
Aslan, Reza (2017). Good A Human History (Dios Una Historia de la Humanidad): Estados Unidos. Random House.
Durkheim, Émile (2013). Las formas elementales de la vida religiosa: El sistema totémico en Australia (y otros escritos sobre religión y conocimiento). Fondo de Cultura Económica. México.
Graves, Robert (2017). La diosa blanca: Alianza Literaria. España.
Rodríguez, Pepe (1999). Dios nació mujer: Ediciones B. Barcelona, España.
Weber, Max (2000). Sociología De La Religión: Coyoacán. México.