LAS ELECCIONES NORTEAMERICANAS SEGÚN BERNIE SANDERS
Bernie Sanders, anterior demócrata que ahora ganó la Senaduría por Vermont como candidato independiente y caracterizado por muchos como un personaje progresista, para algunos incluso de izquierda, fue muy duro al criticar a su antiguo partido por la derrota sufrida el martes cinco contra Donald Trump. En mucho tiene razón en sus dichos.
En un comunicado mencionó lo siguiente: “Hoy, mientras que a los muy ricos les va extraordinariamente bien, el 60% de los estadounidenses vive de sueldo a sueldo y tenemos más desigualdad de ingresos y riqueza que nunca. Increíblemente, los salarios semanales reales, calculados teniendo en cuenta la inflación, del trabajador estadounidense medio son en realidad más bajos ahora que hace 50 años”.
No se quedó con lo anterior, precisó que, “no debería ser una gran sorpresa que un partido demócrata que ha abandonado a la gente de la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora le ha abandonado”. Por algo será y ello explicaría la derrota, con una diferencia de cinco millones de votos y más de cincuenta puntos en el Colegio Electoral.
Sanders también señaló con razón, como respuesta de muchos norteamericanos ante el apoyo millonario y de complicidad con Israel y particularmente a su primer ministro Benjamín Netanyahu por la guerra contra Palestina, que en esos términos se refiere el senador independiente, no señalando el genocidio de la población de Gaza. Sin embargo, está claro que muchos antiguos votantes castigaron a los demócratas, entre ellos a la comunidad árabe.
En punto no era solamente reconocer la derrota, como lo hizo la vicepresidenta Kamala Harris en la Universidad donde estudió: la Howard, sino haber empezado a plantear una postura autocrítica por hechos y políticas que afectaron a los norteamericanos, que no fueron pocos, permitiéndole a Trump aprovechar la situación y ganar, aún su carácter racista y misógino.
Como queda implícito en lo manifestado por BernieSanders, los electores norteamericanos reaccionaron al fracaso de la política económica implementada por Joe Biden, que no dio pasos a propuestas diferenciadoras de la candidata demócrata, al contrario, lo que permitió que prendiera de mejor manera y atrajera actitudes esperanzadoras para un sector del electorado, las propuestas proteccionistas de Donald Trump.
Y efectivamente, el rechazo al apoyo en todos los órdenes al gobierno de Israel, se evidenció en el cambio de votación para sectores liberales norteamericanos y sobre todo entre los jóvenes. Al respecto no podemos olvidar que una población, hasta hace poco demócrata, como Dearborn Michigan, cambiaría su voto por esa circunstancia.
Precisamente en este estado norteamericano, analistas políticos coinciden que los árabes, trabajadores y jóvenes, cambiaron su forma de votar, los primeros, de alguna manera otorgándole su apoyo a la candidata presidencial del Partido Verde, Jill Steiny los otros votando por el candidato republicano. Hay que recordar que aparte de Donald Trump y Kamala Harris, hubo otros cuatro candidatos ubicados en el progresismo (la ya señalada Stein, Cornel West, Chase Oliver y Claudia de la Cruz, esta última del Partido Socialismo y Liberación).
Como bien dice Bernie Sanders, el Partido Demócrata debe hacer un balance autocrítico.