El Comportamiento electoral III
La Escuela de Michigan es una tercera perspectiva teórica que analiza el comportamiento electoral. Es es un paradigma teórico que nace a mediados de los cincuentas.
Es una perspectiva más estructurada porque incorpora una mayor cantidad de variables y cuenta con herramientas técnicas y metodológicas más complejas. Para observar el comportamiento electoral levantaron datos de tres elecciones presidenciales, (1948, 1952 y 1956)
Privilegia un comportamiento del individuo de acuerdo a sus circunstancias. En estudios más recientes Montesinos (2007) incorpora variables como identificación partidaria, el comportamiento frente a los debates, y la simpatía por el candidato.
El comportamiento electoral lo derivan a una construcción conceptual que le llaman “el embudo de la causalidad” que serían los factores que determina el voto. Estas variables incluyen aspectos sociales y contextuales, (religión, educación, clase social) que pesan mucho en la identificación ideológica, la simpatía partidista, y por último la simpatía del candidato.
Me parece que, así como vimos que el voto duro de Morena la perspectiva racional iba a ser el comportamiento determinante entre sus electores, para el caso local, el comportamiento que describe la Escuela de Michigan, va a ser la que explique el voto duro del PAN en las elecciones locales.
Un electorado con una profunda influencia religiosa, con aspectos conservadores y donde pesa la clase social, son elementos que influyen en el electorado a la hora de elegir su voto.
Otro elemento que pesa en el ámbito local es quien detenta el Gobierno, que es quien maneja los presupuestos estatales y municipales para para asignar una parte de los programas sociales y presupuestos para proyectos e infraestructura.
El último aspecto que contempla esta escuela y que también interviene en la geografía local es el candidato. Este es un elemento que puede pesar sobre todo en las elecciones municipales.
Una variable más a considerar es el papel que juegan los partidos y fuerzas políticas en la oposición. Si su desempeño no plantea alternativas serias al desempeño del gobierno en turno, una oposición débil le da ventajas a quien tiene una estructura mejor organizada y por lo tanto el partido que gobierna no va a tener muchas dificultades para ganar elecciones en los ámbitos en que compite.
Las campañas de Aguascalientes en relación al posicionamiento que dan las encuestas al inicio de la contienda electoral es totalmente predecible, aunque puede haber sorpresas y cambios que modifiquen los esquemas planteados en la teoría. @normaglzz