La izquierda hoy
Hay dos hechos esta semana, particularmente en Aguascalientes, que me preocupan sobre manera. El primero corresponde a Morena, donde un grupo interno de ese partido ha solicitado la remoción de su dirigente estatal, Gilberto Gutiérrez, electo en agosto del 2022. Otro asunto de esta agrupación en la división de su grupo parlamentario en el Congreso del Estado, al no aceptar los legisladores ligados al Diputado federal Arturo Ávila, que Fernando Alférez sea su líder del Grupo Parlamentario. Es segundo tema corresponde al PRD, que este jueves 19 de septiembre perdió definitivamente su registro legal, después de que así lo resolviera el Consejo General del INE.
Ambos partidos (por lo menos en Aguascalientes), están perdiendo de vista su situación real y qué debieran hacer para superar su situación. Ninguno de ellos debiera considerar como letra enteramente válida lo que sucede a nivel nacional, y si considerar el escenario político que se presenta en esta entidad. Tampoco encontramos en ellos el menor viso autocrítico y así no se avanza.
Morena hidrocálida no puede hacer cuentas alegres por lo exitoso de su participación electoral en el país y particularmente en el cumplimiento del llamado Plan C, pues no puede olvidar el prietito en el arroz que fue su participación y resultados en esta entidad. Su votación fue importante, pero no obtuvo federalmente ningún triunfo de mayoría y siete legisladores locales no llegan a hacer contrapeso a la mayoría de la derecha, que por cierto, a toro pasado, se apresta a votar en contra de la reforma al Poder Judicial, aunque ya se haya aprobado en las dos Cámaras, en 21 congresos estatales y publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Morena no puede repicar triunfalistamente las campanas, pues es una piedra en el zapato que, Aguascalientes haya sido el único estado que no tuvo los mismos resultados que en el resto del país. Es un reto entonces, hacer lo propio para avanzar, crecer, convencer, ganarse a la gente, sobre todo ligándose al movimiento de masas, Requieren unidad interna y no división. Esto se procesa, no se impone, como pareciera que ocurrió con la designación de Fernando Alférez en el liderazgo del grupo parlamentario. Lo que vino no fue el diálogo sino la coerción y la amenaza.
En cuanto al PRD, aunque en la entidad haya mantenido su registro, al igual que lo que pasó en otros doce estados. no deben perder de vista que el electorado los castigó. Aún así, su único diputado local, Emmanuel Sánchez Nájera, habla de la reforma judicial, pero no de lo que hará su partido para recuperar terreno en la entidad. No se da cuenta que posturas socialdemócratas ya las tiene el PRI o el MC y su corrimiento al centro los ha llevado a donde están. Podrán autodenominarse como izquierda moderna y verdadera, pero la mayoría de los mexicanos no coincidimos con esa apreciación.
Reconozco que en ambos partidos hay sectores que se reivindican de izquierda, incluso socialista, pero ninguno de los dos, están haciendo lo necesario para ocupar ese espacio. Tarde o temprano vendrá alguno que lo ocupe.