Créditos a las pequeñas empresas, condición necesaria para el desarrollo

La falta de créditos accesibles a las pequeñas y medianas empresas se ha convertido en el principal obstáculo al crecimiento económico de México. En el modelo actual, la precariedad de los pequeños negocios empleadores es el síntoma principal de un obstáculo en cadena que alimenta el sendero a la crisis económica global.
En las condiciones actuales es absurdo no contar con una política de fomento económico, que cuente entre sus metas el promover al crédito para los productores.
La Banca de Desarrollo fue un factor clave para el crecimiento económico de México durante la etapa del exitoso modelo nacionalista de los años sesenta. Con la llegada del modelo neoliberal ( aquel en el que el gobierno no ayuda al desarrollo económico, sino que lo deja en las decisiones de los más grandes empresarios), evidentemente abandonaron a las pequeñas empresas mexicanas y por ende, declararon inútil y bloquearon a la Banca de Desarrollo existente.
Hoy sólo quedaron los cascarones de lo que anteriormente fue Nacional Financiera, porque ahora funciona con los mismos criterios de los bancos comerciales, que son inalcanzables para las PYMES (pequeñas y medianas empresas) y para las diferentes unidades del sector social de la economía.
Y cómo no funcionó la amable solicitud de la Presidenta en la última Convención Bancaria, para que los bancos prestaran dinero a las PYMES. Los banqueros no hicieron caso alguno, y de hecho, se ignoraron la solicitud gubernamental.
En México no habrá nuevamente crecimiento económico mientras que la banca comercial no apoye a las PYMES, y mientras que el gobierno federal no asuma esta responsabilidad, como rector del desarrollo de la economía, como se señala en el artículo 25 de la Constitución.
Sería necesario, primero: Contar con la voluntad política del actual gobierno para recuperar el concepto de apoyo a estos sectores económicos que lo necesitan. Segundo: Crear un fondo especial revolvente, destinado a dinamizar a las pequeñas y medianas empresas empleadoras, y tercero: agregar además al sector de la producción de alimentos.
Los obstáculos al desarrollo son diversos: La falta de capacitación y de infraestructura; las trabas burocráticas; la inseguridad; y destaca por sobre todos éstos, la falta de capital para consolidar o crear pequeños negocios. Estos obstáculos han sido mortales para las PYMES. Sin capital de trabajo, el resultado ha sido la mortandad generalizada de las empobrecidas PYMES mexicanas.
Y para iniciar cualquier nuevo negocio se necesita del capital semilla, pero también de planificación y consultoría gubernamental, como se acostumbraba con éxito en nuestro país conforme a la célebre Ley de Industrias Nuevas y Necesarias.
Es urgente una solución responsable al abandono de las PYMES mexicanas, particularmente en esta etapa de contracción económica. Al no haber respuestas del gobierno, solo contamos con formas alternativas dentro de la economía social y solidaria, sector de las cooperativas y los ejidos, pero que en las grandes potencias capitalistas disfrutan de incentivos y de subsidios, y aquí casi no ¿Por qué en México no? ¿Acaso nos volvimos más conservadores, y más neoliberales que EUA y Reino Unido?
velagj@economia.unam.mx