La nueva derecha Mexicana
No es una cuestión singular en nuestro país, sino que la derecha radical empieza a tener un reverdecer a nivel internacional, incluso convirtiéndose en opción en algunos países, donde el nazismo y fascismo italiano y franquista ha quedado muy atrás, en la desmemoria de muchos y, para otros, convirtiéndose incluso en una alternativa política, ante el fracaso y errores del progresismo y la izquierda.
Bolsonaro en su momento en Brasil, Meloni en Italia, Netanyahu en Israel, Milei en Argentina, Noboa en Ecuador, Bukele en El Salvador y Trump en Estados Unidos, son algunos ejemplos de quieren están en la extrema derecha, identificados con posturas fascistas, enemigos de la democracia, aunque en el discurso se dicen defenderla.
Todos ellos tienen entrelazamiento y coordinación, en afán de defenderse y protegerse de la escalada progresista, para mantener su permanencia, bajo la égida del imperialismo norteamericano, que como ya lo hemos dicho antes, no defiende principios sino intereses, no le interesa la soberanía de los pueblos ni el respeto a sus gobiernos, sino apoderarse de sus riquezas.
En México están afortunadamente lejos de esta situación y escenarios, dando pasos para sur surgimiento, rebasando por la derecha al PAN, al cual consideran tibio e inefectivo en su afán de oponerse y derrotar al proyecto que representa la 4T, que para ellos es la izquierda maléfica (rojos de mierda, les llama Salinas Pliego).
Una cuestión real es que Acción Nacional, con su reciente show de relanzamiento, más mercadotécnico que de transformación política, aunque se mantenga en la derecha, no deja vislumbrar una oferta hacia los ciudadanos, congruente y efectiva, así no tendría posibilidades de recuperarse y convertirse en opción, de tal manera que sectores más radicales en su seno, como son el antiguo Yunque, están volteando la vista a otros lados.
Puede haber más, pero hasta hora percibo tres intentonas de derecha fascista en el país. Primero, son las dos agrupaciones que intentan conseguir el registro legal como partido político. Me refiero al Partido Republicano y el que encabeza el actor Eduardo Verástegui. Ambos ligados a Donald Trump, sintiéndose protegidos de éste.
Segundo, la sucesión de grupos que fomenta el junior sesentón, Claudio X González, entre ellos lo que fue la Marea Rosa y ahora el agrupamiento que aspira también al registro como partido, Somos México, que encabezan los experredistas Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belauzarán, además de otros viejos militantes de izquierda, como Cecilia Soto y Ramón Sosamontes. Es por cierto, uno de los tres que avanzan a conseguir el registro legal.
Tercero, Lo que está empujando el empresario Ricardo Salinas Pliego, que al parecer pretende lanzarse como candidato presidencial en 2030, con un discurso similar al de Javier Milei y desplegando toda una campaña ideológica contra la izquierda. Solo así podemos ver y entender su reciente documental “La revolución de la libertad”, que es una verdadera apología de la burguesía y el capitalismo.
Su lucha están haciendo, sin duda y sus posibilidades de tener éxito en sus pretensiones, están enfrente, en el bloque antagónico y en los errores que pueda cometer éste. Por ahora, ¡no pasarán!

