El bloqueo a Cuba
En días pasados, la Asamblea General de las Naciones aprobó por abrumadora mayoría, 165 votos a favor, con solo 7 en contra y 12 abstenciones, el retiro definitivo del inhumano bloqueo que desde hace 65 años sufre Cuba por parte del gobierno de los Estados Unidos. Correspondía a la ocasión número 33, que el organismo resolvía en ese sentido.
El año pasado casi fue absoluta la decisión de la ONU, solo Estados Unidos e Israel (obviamente) votaron en contra y se registro una sola abstención: Moldavia. Este año el gobierno trumpista se encargó de hacer presión con algunos países, para cambiar el sentido de sus votos. Era esperado entonces como votaría Argentina o Ecuador, solo por señalar a algunos.
Lo indignante es que pasen los años, haya resoluciones como las señaladas y el gobierno siga haciendo oídos sordos a la ONU retirando el bloqueo. No solo eso, ahora resulta que haya funcionarios norteamericanos que cínicamente afirmen que ese estatus impuesto a la Isla no existe, es una ficción. Es una clara manifestación esquizoide del gobierno de Donald Trump.
Cuando hace más de medio siglo Estados Unidos quiso ahorcar económicamente a la naciente revolución, presionó y amenazó a todos los países a que se sumarán a sus medidas, con la amenaza de sufrir las consecuencias, como ahora algunos pasan con la fijación unilateral de aranceles. Por entonces usaron a la OEA como instrumentos para esos fines. En el continente solo México no se plegó y siempre se ha manifestado en contra del bloqueo.
El gobierno de Washington no soporta que apenas a noventa millas de sus costas de Florida, haya un país que se reivindique como socialista, de tal manera que se ha mantenido hostigándolo, financiando a la disidencia cubana y haciendo todo lo posible para acabar con el régimen hoy encabezado por Díaz Canel. Es el mismo camino que ahora ha emprendido contra Venezuela y Colombia, pero en estos casos incluso con amenazas de intervención, como lo hicieron hace años en Panamá, donde impusieron un gobernante a modo.
Recordemos que en Cuba, en abril de 1961, Estados Unidos financió la invasión en Bahía de Cochinos (Playa Girón) de un grupo de contra revolucionarios cubanos, los cuales fueron derrotados en pocas horas después de su intentona. Después vinieron otras intentonas, entre ellos frustrados atentados contra Fidel Castro.
Tampoco podemos olvidar que desde 1903, a partir de un abusivo acuerdo de arrendamiento a perpetuidad, Estados Unidos instaló en suelo cubano la Base Naval de Guantánamo, donde mantiene desde hace años a árabes acusados de terrorismo, sin juicio ni sentencia. Es una de las decenas de bases distribuidas en todo el mundo. Punto que debieran ser un tema para tratar en otra ocasión.
Donald Trump pretende ahora intensificar la Doctrina Monroe, que en pocas palabras quiere decir: “América para los americanos”, ellos, nadie más. Así han actuado y quieren seguir actuando ahora. En contra partida hay que retomar la idea bolivariana y martiana de panamericanismo e integración latinoamericana. La unidad desde el sur del río Bravo es fundamental.
Un paso es la denuncia del inhumano bloqueo a Cuba.

