El 27 y las alianzas

He conocido artículos de cara a la situación que priva en los partidos políticos aguascalentenses, debido a los trabajos que hay para que sus precandidatos cuenten con posibilidades para alcanzar la candidatura a los puestos de elección popular que se disputaran para la gubernatura, presidencias municipales y diputaciones locales y federales.
Por supuesto que no es desacertado que quien pretenda encabezar alguna candidatura se balconee y trate de estar y construir un ánimo social a su favor. Hay, sin embargo, un problema circunstanciado a la calidad de la participación electoral de los ciudadanos y ciudadanas y las prácticas partidarias.
En razón de lo anterior, todos los precandidatos enfrentan escenarios menores o mayores de dificultad para alcanzar sus aspiraciones y en el partido gobernante, por tener esa condición, que quien resulte, en las circunstancias actuales, debe cubrir la espalda a quien está actualmente gobernando salvo que ocurra algo extraordinario.
Se puede pensar que los dos principales partidos y fuerzas sociales tienen una masa electoral resultado del trabajo que desde las instancias que dirigen han acumulado y les permite pensar que son susceptible de organizar y articular en el voto que los meterá en la competencia y les permitirá buscar alcanzar el triunfo.
En el caso del candidato del grupo gobernante, éste pone los votos y la estructura en manos del partido y para tal efecto, las alianzas construidas y mantenidas son otro factor que contribuye a la eficiencia y eficacia electoral. Así mismo, se puede decir que el grupo gobernante le apuesta al entramado político y social con que cuenta, está reforzando estructuras propias y aliadas, pues ante desgaste que pueda manifestarse, evitará que la pérdida de terreno entre algunos sectores no sea contraproducente en el propósito de mantenerse en el poder.
Por eso se puede sostener que entre el partido, precandidatos, grupo gobernante y militantes hay la consigna de que “no le muevan al gallinero” para que la anticipación no se convierta en un factor que produzca un ciclo adelantado que traiga como consecuencia la presencia de condiciones para que pierdan los puestos estratégicos.
Hay, independientemente, de la variable contienda, campaña y estrategia que los partidos contendientes establezcan, otra denominada formación política y social que establece condiciones para que el partido contendiente pueda considerarse con posibilidades de ganar y ésta se establece con alianzas y la principal alianza ocurre dentro del partido por lo que es necesario el establecimiento de reglas y controles que otorguen certidumbre.
Morena que es el partido que puede disputar el poder en la entidad debe atender el asunto de la formación política y social, por lo que debió identificar y atender las fortalezas y debilidades y aportar en la unicidad partidaria condiciones para atenderlas, como es el caso de la organicidad, estructura, elaboración de lo que, en términos de ejercer el poder se requiere para hacer política, una campaña electoral exitosa y gobernar a pie puntilla y sin ocurrencias.
Avanzar en las tareas descritas requiere partir de la unicidad que se entienda que el papel de dirección corresponde al partido, mismo que debe tener la obligación de no dejar ningún cabo suelto y otorgar, por lo tanto, al papel de dirección que se desempeñe, capacidad de análisis cuantitativo y cualitativo con el objeto de que haya rendición de cuentas y transparencia como el ejercicio previo, o sine qua non, de cara al propósito de gobernar.
Los precandidatos están en campaña y la mayoría de ellos no ven a la dirección del partido haciendo lo suyo y ni exigiendo o comprometiendo que lo hagan; por otra parte, las instancias institucionales que forman parte de la esfera de decisión e implementación de políticas públicas se observan desarticuladas, como islas y lejos de una concepción del arte de gobernar. Es más la precampaña interna no apunta a la unidad ni alianza, sino a la disputa al margen de los órganos internos.
Por supuesto que el problema radica en que cuando llega la hora cero y de arranque, solamente queda envalentonarse y no moverse, mientras que quienes gobiernan pueden seguir manteniendo la hegemonía porque no se ha tacado la formación política que incluye, fastuosamente, hasta alianza con algunos de casa.
Las alianzas, por supuesto deben realizarse con claridad y transparencia, también, se deben trabajar de cara a la sociedad y con base en un proyecto que despersonalice, en última instancia, a los candidatos y les otorgue autoridad, institucionalidad y capacidad de interlocución, construcción y consolidación de un ánimo social.
Por eso Morena, debe verse en el espejo, hacer un recorrido de lo que ha hecho, porque creo, no ¿debe? repetirlo si quiere ganar.