El conflicto, una parte muy humana en una organización empresarial.
En la organización debiera existir una serie de competencias emocionales en el personal para así acarrear beneficios para el desarrollo del individuo en su puesto de trabajo, brindando herramientas necesarias para la resolución de los conflictos que se puedan presentar como parte de una condición humana.
Las competencias emocionales son un aspecto que no solo tiene que ver con el control del carácter, sino que tiene mucho que ver con el trato de las personas y las maneras de demostrar y controlar los sentimientos. En la medida que una persona se conozca, puede aprender a controlarse, y a su vez, tener una manera adecuada de resolver diferencias, que son inevitables que se presenten en el día a día en una organización.
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El conflicto puede ser un problema serio para cualquier organización, pero también la oportunidad de afinar las interacciones y de generar una dinámica más creativa productiva en ella. Básicamente es un problema de percepción porque las partes involucradas deben darse cuenta de que éste existe, si nadie es consciente del conflicto, entonces no existe, pero en el momento que una parte percibe que la otra a afectado negativamente, o está a punto de perjudicarla, en ese momento se inicia el proceso de conflicto.
La primera tarea de los líderes responsables de cada área de la empresa es no obviarlo. Los conflictos no deben ser olvidados sino resueltos ya que, un conflicto no resuelto llevará al fraccionamiento y disolución del equipo de trabajo tarde o temprano.
Un conflicto es:
- Una situación de antagonismo u oposición que resulta problemática y de difícil gestión.
- Aquel estado de tensión, que surge entre dos o más partes, porque tienen intereses iguales, diferentes u opuestos sobre alguien o sobre algo, a lo que ven difícilmente compatible con equidad entre ellos.
El conflicto surge divido a una serie de circunstancias dentro de la vida de los equipos y de la vida de las organizaciones:
- Por las diferencias en necesidades, valores y deseos
- Por las diferencias al percibir a los demás
- Por las suposiciones de posibles ganancia o pérdidas
- Por la falta de habilidad para integrar diferencias y falta de habilidad para dar y recibir retroalimentación constructiva
La forma de resolución de cada conflicto debe atender a:
1. La voluntad de resolverlo
2. Los valores compartidos en la organización
3. La capacidad de negociar (ceder y conceder ante una situación)
4. Colaborar para una solución perfectible, NO PERFECTA.
Si al final del día no se logra una respuesta, cambio o solución en un conflicto, es necesario pedir consejo y/o colaboración de un mediador para resolverlo, o bien, en el caso de no avance, de un abogado corporativo con miras a poner en la mesa argumentos legales para destrabar la situación.
