En torno a la crisis migratoria
Uno de los grandes pendientes de lo que va de la actual administración es la relacionada con la migración, que en las últimas semanas registró una crisis que concitó la reacción furibunda del gobierno norteamericano, amenazando con la imposición de aranceles a nuestras exportaciones, como si México fuera el responsable de la situación.
Afortunadamente se reaccionó a tiempo y bien, lo que no evitó distintas lecturas, como la señalada por el Diputado Porfirio Muñoz Ledo. Sin embargo, conforme ha pasado el tiempo se ha empezado a ver los resultados de las medidas implementadas, las cuales podrían abonar en mejores cifras, cuando opere efectivamente el apoyo al desarrollo regional y así evitar desde los lugares de origen la emigración.
Más allá de los resultados ante la estrategia implementada, los medios de comunicación se han encargado más en subrayar los aspectos negativos, como la intervención de las fuerzas armadas en el norte del país; el hacinamiento en los pocos albergues de norte y sur del país; la presunta violación a los derechos humanos o el lamentable fallecimiento de padre e hija salvadoreños, muertos ahogados al intentar pasar el Río Bravo.
Eso sí, han minimizado las acciones de fomento a la migración, donde a cada persona le cobran en promedio cinco mil dólares, lo que nos muestra de que tamaño es la acción y quienes son los beneficiados; la inducción de que se viaje con menores, bajo el argumento de que así han menos posibilidades de repatriación y detención, lo cual evidentemente no es cierto, pero que por lo pronto ha incrementado el número de menores en los movimientos migratorios.
No es entonces una situación sencilla, al contrario, infiere una complejidad que hasta ahora ha podido ser manejada con efectividad por las distintas dependencias federales involucradas en el programa que coordina el canciller Marcelo Ebrard. Al respecto, el día de hoy, el periódico La Jornada inicia su nota afirmando que:
“En el primer semestre del año agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron (presentaron) a 104 mil 439 migrantes irregulares en todo el país, de los cuales 21.44 por ciento (más de 22 mil) fueron aprehendidos en los 23 días de vigencia del acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos del pasado 7 de junio”.
Señala además la misma nota que, “cifras del INM revelan que del primero de enero al 7 de junio de 2019 se presentó ante las autoridades migratorias mexicanas a 82 mil 46 extranjeros que ingresaron al país en forma irregular, mientras del 8 al 30 de junio (a partir del acuerdo) se detuvo a 22 mil 393 personas”.
Desde la crisis migratoria y de relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, no habíamos tenido cifras precisas que, nos explicaran la magnitud del problema. Los logros alcanzados en las últimas poco más de tres semanas justifican además el cambio de postura de Donald Trump, declarado en el marco de la reunión del G-20.
Tampoco podemos soslayar que una situación tan compleja, imbricada y de protagonistas tan desesperados como son los migrantes, no sea campo fértil para la acción de polleros, traficantes de personas, explotadores laborales o de plano la incidencia en él del crimen organizado. Estos son elementos adicionales que también se deben atender y combatir. No es fácil hacerlo entonces.
Al respecto, el subsecretario Alejandro Encinas Rodríguez ha señalado que, incluso organizaciones delictivas han sido las generadoras de acciones de presión en albergues. Asimismo, planteó que, las peticiones de asilo en México han crecido de manera exponencial y alcanzarán quizá, la cifra de 80 mil personas solicitantes.
Precisamente mañana cuatro de julio se prevé la instalación de una mesa interinstitucional, la cual tendría como objeto “garantizar el desarrollo de una política y de mecanismos específicos que garanticen el acceso pleno de los derechos de migrantes y solicitantes de refugio para su integración al país.”
Falta al gobierno federal, a la nueva administración “cacarear el huevo”, insistir como lo hace López Obrador casi todos los días en las mañaneras, que no son lo mismo en relación con las anteriores administraciones y que en el caso de la política migratoria y su regulación y contención, pasa necesariamente por el respeto a los derechos humanos; a la colaboración con gobierno hermanos de Centroamérica para su desarrollo económico a partir de un política de integración regional, pero también, para aquellos migrantes que decidan quedarse en el país de manera legal, se acepte su integración a nuestra vida.
Tengo la confianza que cuando se cumpla un año de la gestión, este problema esté por lo menos esté encaminado.
Imagen en portada de Terrible que México ceda a que migrantes sean moneda de cambio: FM4