¡ESSSS LA BOA!

Nadie duda que en México de nuestros días no haya una oposición organizada, actuante y con distintos tentáculos. Otra cosa es que tenga la fuerza suficiente para hoy o el año entrante contraponerse efectivamente a la administración federal y particularmente a Andrés Manuel López Obrador, para conseguir su objetivo de quitarlo del camino para volver al pasado.

Y aunque no coincidamos en nada con ella ni con sus activos militantes en redes sociales, tengo que reconocer que hay ahí algunos cuadros pensantes, que bien pudiesen darle contenido real a sus propuestas, más allá de las frivolidades con que atacan al Presidente de la República, aún sus ínfulas de intelectuales como Enrique Krauze, Jorge Castañeda o Héctor Aguilar Camín.

[bctt tweet=»“el gobierno nacional (de López Obrador) habla de la “nueva normalidad” (new normal), pero sigue actuando con la rutina y los parámetros de la vieja normalidad. Desaparición de la especie por falta de adaptación será la consecuencia diría el gran Charles Darwin”.» username=»crisolhoy»]

Por ello no creo que hayan sido tan tontos para elaborar un documento sin diagnóstico ni propuesta real, como el que está circulando con el nombre de “Rescatemos a México”, suscrito por un supuesto Bloque Opositor Amplio, BOA. Pero más torpe me parece la respuesta del Presidente, al darle más importancia de la que tiene este líbelo, un muy deficitario documento, que fue dado a conocer, sólo con la argumentación de que “mi pecho no es bodega”, que ya viene convirtiéndose en una de las frases favoritas de López Obrador.

En el documento se manejan muchos nombres y agrupamientos, que sin duda se ubican en la oposición, para ello sólo habría que revisar sus dichos y hechos para confirmarlo, otra cosa es estar atrás de este documento, que en mucho también es ingenuo y mal hecho. No por nada la mayoría de los aludidos se han deslindado del mismo y no necesariamente de sus posturas políticas, que si son contrarias a la Cuarta Transformación.

Por ello incomoda más el tratamiento dado por el Presidente de la república, más cuando lo hace a pocos días de que lanzó su amenaza maniquea de que, si no estás conmigo estás contra mí. Así ni como ayudarle por parte de quienes estamos por el cambio y la Cuarta Transformación, con nuestros propios puntos de vista.

Al respecto y por el periodo que cursamos, correctamente afirma el investigador Heinz Dieterich que, “el gobierno nacional (de López Obrador) habla de la “nueva normalidad” (new normal), pero sigue actuando con la rutina y los parámetros de la vieja normalidad. Desaparición de la especie por falta de adaptación será la consecuencia diría el gran Charles Darwin”.

Efectivamente, el nuevo gobierno y particularmente el Presidente de la República, requiere adaptarse a las nuevas circunstancias. Que no lo hagan ni quieran hacerlo la derecha y el conservadurismo es su problema, además de que ni lo harán, de ahí su condición retardataria, pero otra cosa es López Obrador.

Éste les hizo un flaco favor a la oposición dando a conocer ese pobre documento. El asunto no era solo denunciar, sino actuar en consecuencia, no a partir de la tercera ley de Newton, sino más efectiva. No se diferenciará diciendo reiteradamente que no somos iguales, sino en los hechos demostrarlo, teniendo claro que cuando se tiene el poder, se ejerce.

Hasta el momento no he visto una respuesta contundente al grupo de gobernadores facciosos, que al parecer ha crecido ya a nueve; tampoco se ha debatido con suficiencia las propuestas de las cámaras patronales, que han divergido con el gobierno federal¸ no se ha actuado contra los expresidentes que siguen en una militancia activa para volver al neoliberalismo; contrarrestar a esfuerzos conservadores como FRENNA y el Consejo Nacional Ciudadano.

Sería muy soberbio que una estrategia de contrapeso a las intentonas políticas de la derecha y el conservadurismo, se soporte únicamente en la actuación del Presidente de la república, al contrario, este elemento es posible se convierta en una debilidad no en virtud. Se requiere acción en conjunto, que pase por la aceptación de errores cometidos y el reparo de los mismos; gobernar con todos (no sólo para todos); reencauzar caminos como la de la austeridad, que está vista, se encuentra prendida con alfileres; adelantarse a la derecha, que está activa pero no ha demostrado capacidad para armar una alternativa distinta a la vuelta al pasado.

Esperemos que el Proyecto BOA sólo sirvió para registrar un incidente en el tortuoso camino de la crisis pandémica y económica. Las reales batallas están por venir.