INTOLERANCIA, UNA ENFERMEDAD DEL ESPIRITU
Tal vez, innumerables amigos cercanos de ustedes y otros míos se encuentren hoy enfrentados como lo han estado por Siglos las magníficas tumbas de los invaluables pensadores ilustrados Juan Jacobo Rousseau y Francisco Voltaire. Posiblemente se encuentren desayunando frente a frente, e intentando justificar aquella necedad de lo injustificable, y de los evidente e intolerantes actos del gobierno que miramos y escuchamos hoy actualizando la condena social del caso de la familia Calas, de confesión Calvinista, condenada por la Intolerancia de una Turba Católica empoderada, y corriendo rumores malignos con argumentaciones infames de Intolerancia y prohibiciones para que los individuos libremente expresen sus convicciones reigiosas.
Escuchar en altavoz y desde la tribuna más alta del Poder del Pueblo, la estridente voz de un farsante e impostor que ha lucrado con la supuesta defensa de los pobres y que hoy justifica sus actos actuando cual todopoderoso dictadorpara acallar las creencias, convicciones y expresiones de libertad de los individuos consagradas en todo el texto constitucional vigente, nos ha invitado a releer el contenido del trascendente Tratado sobre la Tolerancia de Francisco Voltaire para rememorar aquella frase célebre: “es difícil liberar a los intolerantes de las cadenas que aman. Ellos son quienes te pueden convencer de absurdidades y te pueden convencer de hacer atrocidades”.
Cuando la necedad de un absurdo dictador, corrupto y empoderado de la tribuna legislativa intenta acallar el pensamiento de libertad de creencias y utiliza su propia interpretación del sagrado significado de “Laicidad del Estado” para imponer su impostura y falsedad, se confirma que un cáncer maligno ha enfermado el espíritu de nuestras leyes.
Voltaire, el ilustre francmasón y crítico religioso jesuita, conociendo la complejidad y las implicaciones sociales que provocaba la Intolerancia religiosa de su tiempo, expresaba que el peligro que representaba un Estado con una únicareligión. Un Estado que arrojaba al Pueblo a la hoguera y empoderaba al dictado en turno. Voltaire develó que la confrontación de creencias y convicciones sería eternacuando existieran sólo dos confesiones religiosas. Aquélilustre y libre pensador, viajante incansable y observador dela vida real, como solución democrática propuso a su mundouna medicina invaluable llamada: “Tolerancia” que ha sido la base espiritual del texto constitucional denominado “laicidad del Estado”. La Laicidad es sinónimo de derechos humanos y de Tolerancia a la libre expresión de las ideas y creencias para generar la Paz social.
El Congreso de la Unión en México, ha caído en la trampa ideológica de la Intolerancia que en su Tratado de la Tolerancia describe perfectamente Voltaire. No sólo ha pretendido transgredir las convicciones divinas y metafísicasde algunos de sus miembros.
Una ideología de la intolerancia se ha empoderado de la más alta tribuna Legislativa en México. Los enfermos de Poder han intentado imponer sus convicciones ideológicas a sangre y fuego. Han ignorado las voces y los argumentos racionales buscando sepultar la diversidad del pensamiento humano. La corrupción de sus empoderados dirigentes ha enfermado el espíritu de nuestras leyes de convivencia. En suma: han enfermado a la Nación. Han arrinconado el debate en un callejón sin salida y creado una confrontación absurda, falsa y manipuladora.
