LA DOBLE LECTURA DE LA GENERACIÓN Z
Se ha anunciado para el 15 de noviembre una movilización de jóvenes, al amparo de lo que ellos mismos llaman Generación Z, con presunto objetivo de expresar su presunto descontento con la situación actual del país, su régimen y la lucha contra la corrupción. Para mi ello huele a ultraderecha, en una nueva intentona desestabilizadora.
También se les conoce como zoomers, y corresponde a personas nacidas aproximadamente entre mediados o finales de la década de 1990[5][6][7][8] y finales de la década de 2000 o principios de la de 2010. Preludian a la generación denominada como Alfa.
Son jóvenes entonces que nacieron en pleno neoliberalismo, no conocieron las anteriores etapas, nada del denominado socialismo real, la bipolaridad mundial, la lucha contra la guerra y el armamentismo ni perspectivas que hoy podemos identificar dentro del progresismo, ya no hablemos de la izquierda.
Lo anterior explica su cultura apolítica que hoy aparentemente tratan de revertir con plataformas programáticas. De ahí la pertinencia de la consideración del periodista y escritor Fabricio Mejía, que afirma que, “el grupo se asume como “cívico, realista y apartidista, nacido del hartazgo colectivo de la juventud mexicana”. Sin embargo, es visto que detrás de muchos boths que circulan e redes sociales promoviendo la marcha, están connotados panistas y ultraderechistas, lo que rompe con la presunta espontaneidad de la iniciativa.
En toda su “originalidad”, los promotores del llamado a la movilización, siguen el esquema de actos como el realizado en Nepal recientemente, además de otros lugares como Indonesia, Tailandia, Bangladés y Perú, Todos ellos antisistémicos, ayunos de propuestas programáticas congruentes con las necesidades reales de sus pueblos, pero sobre todo fomentadores de la violencia.
Por algo, personajes tan cuestionables como el diputado priista Carlos Mancilla, golpeador de su dirigente Alito Moreno, ha hecho en plena Cámara de Diputados una apología de esta iniciativa, de paso, politizándola, dándole un contenidos que sus mismos promotores quieren esconder, a partir de su autocslificación de apartidistas.
Tengo francas dudas de la validez de la iniciativa de la llamada Generación Z, que ha convocado a una manifestación el 15 de noviembre próximo, El PRI y el PAN aseveran en la Cámara de Diputados que “refleja el descontento social”. Lo dudo, más cuando la última encuesta plantea que el gobierno de Claudia Sheinbaum tiene más del sesenta por cierto de aceptación. Huele entonces a politización y un recurso más de la ultraderecha.
Tienden entonces a alentar la ingobernabilidad y a falsas afirmaciones de un “estado fallido”, como lo ha señalado el dirigente nacional del PRI. NO dan cuenta que en otros países puede prender esta iniciativa, en México, por lo menos ahora, están alejados de cumplir con ese objetivo. Ya lo veremos al tiempo. Y porqué no esperar expresiones de jóvenes de la misma generación que se manifiesten en contra partida de quienes lo harán este mediados de mes.
Lo que si, es la confrontación de dos concepciones antípodas de país. Para los marxistas, expresión de la lucha de clases.

