Los profetas de la red
Zygmunt Bauman; sociólogo de origen polaco y judío no practicante, describe el estadio de la cultura occidental de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, dentro de su propia visión de «tiempos líquidos»; como el producto de las relaciones interpersonales de individuos sobre estimulados por las tecnologías de la información, que al mismo tiempo que las acercan los alejan; estos individuos occidentales son motivados por los miedos, que al mismo tiempo que los hace agruparse los hace rechazar de manera generalmente violenta lo que no conocen, lo que no controlan, lo que extrañan y han anhelado de manera inconsciente pero no encuentran y bloquean como posibilidad propia por sus mismos miedos y contradicciones internas originadas en la racionalidad subjetiva de individuos solitarios pero globalizados. Llamaremos a estos sujetos «profetas de la red».
Una de las formas de encontrar individuos moldeados dentro de la cultura de los tiempos líquidos es abriendo las redes sociales.
En las redes sociales, se puede encontrar y sin mucha dificultad individuos altamente populares con miles de amigos y seguidores; pero igualmente son almas solitarias sin mucho o realmente, casi nulo contacto físico con otro ser humano. Estos sujetos construyen realidad alternas dentro de la carretera de la información, donde manifiestan continuamente sin muchos filtros emocionales o racionales sus puntos de vista, juicios morales, ya que ante ellos mismos y por convicción propia son poseedores de una superioridad racional frente a sus seguidores, permitiéndose decir cualquier cosa sin detenerse a razonar realmente sus afirmaciones ni las contradicciones de sus actos.
Estos individuos aunque compartan características de los llamados Troll, no hay que confundirlos con ellos; un Troll busca molestar a otros en la red, los profetas de los tiempos líquidos y culturas híbridas tratan de generar opinión utilizando las mismas técnicas que el Troll, con supuestos destellos de racionalidad y simpatía sarcástica, pero mientras el Troll gusta de su anonimato y su hacer es lúdico, los profetas desean la popularidad y el reconocimiento público que por sus capitales que en el sentido de Pierre Boudieu no posen y por ello desean fervientemente perseguir aunque sea por medio de relaciones virtuales lo que físicamente no pueden obtener.
Respetuosamente sin animo de ofender, ante este «hecho social» el ejemplo de un individuo moldeado por estos tiempos líquidos, en Aguascalientes lo encontramos rápidamente caracterizado por sus opiniones públicas constantes sobre política, lucha partidista y sueños propios en el aspirante, suspirante, deseoso y acechante de candidaturas publicas a puestos de elección. Sin decir nombre usted amable lector ya pudo dar con el sujeto o varios sujetos ya que existen muchos, y ahí el éxito de la campañas y este tipo de estrategias para popularizar y socializar, pero al mismo tiempo el éxito de estas estrategias por los efectos de la socialización virtual genera su alejamiento sistemático de las relaciones interpersonales físicas, ya que ante tal popularidad virtual los demás se alejan y rechazan al profeta, marginándolo a su mundo virtual.
