Los salarios para el 2019
El tema de los salarios será uno de los que se ubique en la agenda de debate público para el siguiente año. No dependerá sólo de las reformas y disposiciones que adopte el Poder Legislativo o de las políticas impulsadas por el gobierno federal, en tanto hay enorme reacción de la derecha para que cambien las condiciones habidas hasta hora.
Es complejo el punto, pero también puede ser uno de los ejes diferenciadores entre lo que fueron los gobiernos neoliberales del PRIAN y el nuevo gobierno encabezado por López Obrador. Ya alguna vez señalé que correspondería a un rasgo de izquierda en tanto lo podríamos ubicar como expresión práctica del reparto equitativo de la riqueza.
No es casual el encono en las consideraciones que defienden los desproporcionados salarios que devengan altos funcionarios públicos, no sólo del Poder Judicial, sino también de organismos desconcentrados y para estatales, alentando un falso debate de presunta defensa de la independencia de las instituciones que representan, cuando precisamente el naciente gobierno no postula ni defiende la supeditación de un poder sobre otro y si una visión austera en un país rico, pero donde la mayoría de sus habitantes son pobres y reciben míseros salarios.
Y no es una frase decir que México es rico. Somos la economía número quince de todo el mundo, pero prevalece en el país la desigualdad, la inequidad y la pobreza. Ahora se quiere revertir esa situación. Quién podría oponerse a ello. Nadie en lo declarativo, algunos si cuando ven puestos en riesgo sus altas ganancias o sus desorbitantes salarios. Entonces si defienden lo que no defendieron para el bien de la colectividad.
También hay quienes abusan y aprovechan el desconocimiento de la gente. Un caso del cual fui testigo recientemente en el nuevo trabajo que tengo ahora. La señora del aseo me preguntaba que si era cierto que le iban a bajar el salario, pues así se lo había dicho su coordinador, a decir de éste, por disposición de la
Cámara de Diputados. Poco antes me había señalado que trabajaba todo el día, dos turnos, para poder percibir un poco más del salario que de por si recibe.
Le respondí que era falso lo que le manifestaba su coordinador, que se quería de pasar de listo e incrementar sus niveles de ganancia a costa de los trabajadores. Que era al contrario, la política del nuevo gobierno consistía en bajarle el salario a los altos funcionarios que más ganaban, para poder subirle a los de abajo, a quienes menos percibían. Pero además de que había la intención de erradicar la forma de contratación en la que estaba ella, la de la tercerización, de subcontratación u outsourcing, donde no hay seguridad social y otros beneficios.
Por otra parte, otro aspecto que tendríamos que considerar sobre este punto es el nuevo sesgo que pudiese tomar la Comisión Nacional de salarios Mínimos, CONASAMI, una institución convertida en elefante blanco, al servicio del gobierno neoliberal y los patrones y en la cual, se ha nombrado como titular al compañero Andrés Peñaloza (colaborador editorial de Tribuna Comunista). Este era un organismo que siempre dijimos no servía de nada para la mayoría de los mexicanos y por lo mismo mejor debía de desaparecer. En la nueva circunstancia tendríamos que darle el derecho de la duda, convirtiéndolo en una institución al servicio de los trabajadores.
Se podría inaugurar la nueva etapa de la CONASAMI con la definición del salario mínimo trasponiendo significativamente el horizonte del crecimiento inflacionario, en la perspectiva de ir compensando las décadas en las cuales se ha ido perdiendo el poder adquisitivo de los ingresos de las familias mexicanas.
Un rasgo más, saludable, que también debemos de subrayar. Me refiero a la propuesta de presupuesto de egresos presentada recientemente a la Cámara de Diputados por Carlos Urzúa, Secretario de Hacienda, en la cual se registra un incremento (a diferencia de casi todas las dependencias federales) en la partida que recibiría la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El incremento corresponde a 39 232 millones de pesos, que se enfocarían a apoyar el Programa “Jóvenes construyendo el futuro”, consistente en becas laborales donde se otorgarían 3 600 pesos mensuales
Un punto necesario por debatir y dilucidar, que por lo menos en lo personal no he visto ni siquiera comentado, es la necesidad de revisar la situación del régimen de honorarios y eventuales, que al igual que los de la figura de la tercerización, carecen de toda seguridad laboral, de la fuente de trabajo,
antigüedad y otros derechos que si poseen los trabajadores de base y de estructura.
Habría que marchar hacia la revisión de la ley correspondiente y revertir otra de las llamadas reformas estructurales del peñismo, pero que venía desde los sexenios del PAN, para volver al espíritu originario del artículo 123 Constitucional.