EL FANTASMA DEL PURISMO
Muchas veces nosotros mismos nos damos el tiro en el pie. No alcanzamos a vislumbrar el alcance de nuestras acciones y consideraciones. Aunque supuestamente postulemos la práctica del pensamiento crítico, no lo hacemos congruentemente. Siempre pensamos y creemos que la razón está en nosotros., no en los demás. No nos equivocamos, unimos la teoría con la práctica. No hay el menor viso de autocrítica.
En el fondo y en la superficie es un mero soliloquio, ni siquiera es platicar con el espejo, pues no hay interlocutor, sino es hablar, incluso con exceso de teoricismo, con la idea de que así vamos a convencer a los demás, que con sólo nuestra palabra lograremos sumar a otros. Permear e influir pero sin contraparte. Así no podremos llegar a ninguna parte, salvo el aislamiento y la marginalidad.
En la izquierda mexicana hay infinidad de grupos que así opera y funciona. Se creen la vanguardia del proletariado porque siguen al pie de la letra lo que dijo al respecto Lenin. Son más papistas que el Papa. Creen en el partido único, porque así lo dictó hace un siglo la metrópoli ideológica, los demás son desviados, reformistas o de plano burgueses vergonzantes. Es decir, trasladan mecánicamente a nuestros tiempos lo definido hace un siglo, como si las condiciones fueran las mismas.
Así pueden pasar decenas de años, medio siglo, hasta que por vía natural acaban extinguiéndose, sin que al final hayan dado el salto y significado efectivamente en el cambio revolucionarios que siempre quisieron impulsar, pero por su ostracismo político e ideológico nunca lo pudieron lograr, siempre echándole la culpa a los demás, no a ellos que eran mantenedores de la verdad absoluta.
[bctt tweet=»Si son partidarios de la unidad, la pregonan todos los días, pero nunca llegan a ella,» username=»crisolhoy»]
Si son partidarios de la unidad, la pregonan todos los días, pero nunca llegan a ella, porque tiene que hacerse de acuerdo a sus planteamientos, sin ceder nada, aunque declarativamente hayan dicho que si. Y eso es así porque nunca se movieron de posturas intocadas, lo cual evidencia que siempre fueron partidarios del monolitismo y de una visión de la vida y del proyecto socialista.
Repiten las cosas, una y otra vez, siempre acaban en el fracaso, alejándose de lo que muchas veces ellos mismos impulsaron, responsabilizando a quien tuvieron enfrente. Así, corresponden a pequeños grupos o cofradías, casi siempre dependiente de un ayatola, que cuando fenece, también pasa lo mismo con su agrupación.
A estos grupos hay que decirles no, por ahí no, no son necesarios hoy para lo que requiere la izquierda socialista mexicana de nuestros días, en la cual debe prevalecer la voluntad política no declarativa, si real en todo lo que ello significa, receptividad, empatía, tolerancia, que busque los consensos y la priorización de las coincidencias, para que los disensos puedan ir dirimiéndose poco a poco, en el afán de no perder de vista que es lo fundamental.
No es entonces unidad a toda costa, menos alrededor de nuestra fuerza para mantenerla intocada en lo político y lo orgánico, pues así caeríamos en la situación de las agrupaciones que criticamos. Es difícil el camino, lo sabemos y aceptamos, pero es posible, además de necesario para poder combatir realmente al enemigo principal, que por lo menos para mi no es el actual gobierno, aún sus rasgos capitalistas, pues hay una clara diferenciación con respecto a sus antecesores.
Autocríticamente hay que decir que la izquierda socialista no está a la altura hoy de lo que requiere el país, como fuerza cuantitativa y cualitativa, se requiere mucho más para contrapesar a la parte conservadora del actual gobierno, pero en general, a la derecha y oligarquía financiera, que está haciendo lo suyo para mantener la supremacía.
No es sólo las elecciones y de nueva cuenta que como tal, no hay un referente partidario, lo que nos conduce a inclinarnos por el menos malo, no por el mejor. Lo mismo sucede con los candidatos, muchos de ellos que quieren repetir, aunque su funcionamiento en las distintas cámaras deja mucho que desear.
Sumar, sumar, sumar, sería la acción y reto que tenemos por delante, pero con propuesta política mínima, congruente con lo que el país necesita, teniendo claro que no nos interesa dotar de un rostro humano al capitalismo sino desfondarlo, como lo ha propuesto Gerardo de la Fuente Lora.
Algo de mayor envergadura tendremos que hacer este año, para salir de ese escollo, hay mucho por hacer. Por ello el comentario anterior muestra mi preocupación por lo que estamos haciendo y por lo que pasa a nuestro alrededor, particularmente lo que ha sucedido en el seno de la Cumbre Comunista.