En que consiste el Neoliberalismo
[bctt tweet=»Hay que aclarar que hay muchos tipos de liberalismo y otros tantos de neoliberalismo. Antes de hablar sobre el neoliberalismo, hay que distinguir al menos tres clases de liberalismo. » username=»crisolhoy»]
No uno, sino varios neoliberalismos
Se habla mucho sobre el neoliberalismo y el papel que juega en la economía actual. Sin embargo, desde mi punto de vista, esta palabra está siendo usada con ligereza y con borrosidad.
Me propongo escribir un conjunto de REFLEXIONES, para dar mi punto de vista sobre el concepto de neoliberalismo que considero vital para comprender a la sociedad actual.
Lo primero que debe decirse es que la palabra neoliberal tiene significaciones distintas según la cultura en que uno se encuentre. Los europeos usan la palabra “liberal”, para significar algo muy parecido a lo que en México y América Latina denominamos como “neoliberal”. En los EUA, la situación es muy distinta, ya que ahí, la palabra “liberal” es opuesta a la de conservador y, lo liberal, puede implicar un pensamiento que acepta la intervención del Estado, la regulación de los mercados, etc., es decir, algo distinto y contrario a lo que significa neoliberalismo para nosotros y liberalismo para los europeos. Por ejemplo, a los presidentes Trump y Bush en los EUA, jamás les dirían “liberales” sino conservadores.
Regresando al concepto de neoliberalismo de México y América Latina, el segundo punto que hay que aclarar es que no hay que confundir corrupción con neoliberalismo. En prácticamente todas las sociedades existentes ha subsistido algún tipo de corrupción, es decir, conductas que buscan su beneficio lo que trastorna la capacidad de la reproducción social existente, que la debilita y desvía y que además, se realizan en contra de las normas éticas prevalecientes en dichas sociedades. En México la corrupción ha sido muy grande desde la colonia y, con modificaciones, continuó en la independencia y el porfiriato, y persistió después de la revolución con el partido gubernamental que dominó todo el proceso.
Desde las reflexiones de mi análisis, el neoliberalismo en México comienza en los años setenta. Hoy vivimos en un neoliberalismo en el cual se encuentra inmerso un tipo de corrupción profundamente dañina, pero esa corrupción corresponde a una de las características del neoliberalismo que padecemos, aunque esa corrupción no define al neoliberalismo actual.
La sociedad occidental, ha concebido la determinación de lo social en forma muy diferente a través de su historia. Hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII, se pensaba que el poder y la sociedad emanaban de Dios. Los reyes lo eran por derecho divino; la iglesia (católica o protestante), era el centro de lo social y junto con el rey, determinaban los procesos sociales.
Todo cambió a partir de dos elementos: 1) la revolución inglesa de Tomas Cromwell, quien le cortó la cabeza al rey y puso al parlamento como el centro de todo lo legal y 2) el advenimiento del siglo de las luces.
El libro del inglés Thomas Hobbes «El Leviatán» que aparece en 1651, es reconocido como uno de los primeros y más importantes trabajos que fundamentan el liberalismo. Para Hobbes, el hombre es esencialmente violento y por eso, sólo puede vivir en sociedad si existe un ente diferente y superior a él: el Estado, que monopolice la violencia e imponga la armonía en los procesos sociales.
Hobbes fincaba el poder en la necesidad de una armonía social, por lo tanto, se desprendía de la ideología dominante del «derecho divino de los reyes». Sin embargo, otorgaba un poder muy fuerte al Estado, ya que hacía de éste el centro de lo social. Esta última idea fue discutida por muchos filósofos políticos; los dos más destacados fueron David Hume y John Locke; para ellos, la condición de convivencia entre los hombres podía lograrse por la sociedad civil y no necesariamente tenía que recaer en el Estado; fueron filósofos políticos que intentaron reducir el Estado a su mínima expresión.
Así, el derecho divino y las iglesias dejaron el lugar al Estado y a los parlamentos que, al establecer la ley, orientaban y ordenaban el proceso social.
La revolución industrial que se inició en el siglo XVIII, comenzó a cambiar todo. Surgieron grandes empresas productoras de bienes y servicios, la máquina de vapor no sólo revolucionó los procesos productivos sino también todos los medios de transporte. Los mercados comenzaron a adquirir fuerza creciente y con ellos la teoría de Adam Smith. En efecto, Smith en su famoso libro «La Riqueza de las Naciones», hace del mercado el centro generativo de la sociedad civil y presenta un mercado regido por la «mano invisible», la cual operaría no solamente sin la necesidad del Estado, sino que lo haría mejor a medida que el Estado se mantuviese más al margen del mercado.
De esta forma Smith es uno de los autores que da nacimiento a la economía y, al mismo tiempo, culmina el proceso ideológico iniciado por los filósofos políticos ingleses.
Luego vinieron los utilitaristas y los economistas neoliberales cuyas teorías se basan en dos puntos de vista clave. Primero, los seres humanos somos individuos con plena capacidad de razonamiento y decisión y la sociedad sólo es la suma de los individuos. Segundo, los individuos se relacionan entre sí por medio de los mercados y estas relaciones son las fundamentales que determinan todo el proceso social y su evolución. En esta visión el Estado únicamente debe ser un complemento que se dedique a la vigilancia legal, es decir, un Estado policía. De ahí la famosa frase de “dejar hacer, dejar pasar”.
Para esa visión del mundo, tanto lo económico como lo social se forman independientemente de la acción del Estado; por esta razón el Estado debe ser un mero complemento que se ajusta a los dictados de las normas mercantiles y financieras y así, entre menos Estado, mejor pueden actuar los mercados para configurar lo social. Además, en esta concepción, cuando se les deja a los mercados actuar por sí solos, éstos llegan a lo que denominan “equilibrio general” en el cual, tanto la generación de bienes y servicios, los precios y la distribución de este ingreso entre los “agentes económicos” se realiza en términos “óptimos”.
Hasta aquí sólo he hablado de liberalismo. Hay que aclarar que hay muchos tipos de liberalismo y otros tantos de neoliberalismo. Antes de hablar sobre el neoliberalismo, hay que distinguir al menos tres clases de liberalismo.
1.- Liberalismo basado en la ley. Que es el generado por Hobbes, Locke, Montesquieu, Voltaire, etcétera. Ellos ponen como centro de la sociedad a un Estado fundamentado en la ley y el parlamentarismo como reacción contra el poder absoluto de los reyes y su denominado derecho divino. Con la idea además, por la búsqueda de una sociedad que se fincara en el estado de derecho y la soberanía del pueblo.
2.- Liberalismo basado en el mercado de bienes y servicios. Esta ideología tiene su principal antecedente en Adam Smith. Para los pensadores arriba mencionados, el mercado es esencial en la formación y reproducción de la sociedad; pero se trata del mercado donde se comercializan bienes y servicios y no el mercado donde se comercializan títulos de propiedad, de deuda y dinero como es el mercado financiero. Esta visión tiene varias versiones que van desde la propuesta por Adam Smith hasta la neoclásica que hace de los individuos perfectamente informados y dotados de una racionalidad que busca y logra maximizar sus utilidades por medio del mercado. En este mercado participan empresas que buscan maximizar sus ganancias al vender sus productos. En el mercado interactúan individuos y empresas y su interacción conduce a un “equilibrio general”. Todo se logra a condición de que el Estado no intervenga. Esta visión que tiene grandes diferencias con Adam Smith, es la que configura la base estructural en la que se finca la ideología dominante actual. La falsedad científica de esta teoría está demostrada, pues hoy día se sabe que ningún ser humano piensa en la manera que estipulan los neoclásicos y que la sociedad económica es un sistema complejo adaptativo que funciona fuera del equilibrio. El análisis científico es muy diferente
3.- Liberalismo basado en la relación Estado-mercado. Aquí entran algunos tipos de neoclásicos como Samuelson que ya casi nadie sigue. Se encuentran aquí también muchos tipos de keynesianismo que buscan la intervención del Estado y la regulación de los mercados. Esta visión fue la que prevaleció en la postguerra y fincó el denominado “siglo de oro” del capitalismo o como dicen los franceses “la treintena gloriosa”. Es una visión que también tiene muchas variantes.
También está el neoliberalismo que analizaremos con más detenimiento en la próxima entrega de “Reflexiones”. Sólo adelanto que el neoliberalismo tiene las mismas bases teóricas del liberalismo basado en el mercado pero que, si éste tenía como fundamento el dominio del mercado de bienes y servicios, el neoliberalismo actual se basa en el dominio de los mercados financieros.
Podemos dar como antecedente tres características del neoliberalismo.
1.- Se basa en el dominio de la economía, de la sociedad y casi del poder político de los mercados financieros.
2.- Busca que el Estado participe lo menos posible en los mercados financieros ya que afirman que ellos tienden al “equilibrio” por sí mismos y que este “equilibrio” es óptimo y por tanto hay que eliminar las regulaciones y dejarlos en libertad de poner las tasas de interés que quieran y cobrar las comisiones que deseen.
3.- Debe mantenerse el movimiento de capitales a nivel mundial sin ningún control y sin cobrar impuestos por las transacciones financieras.
Con diferencias y semejanzas, en todos los tipos de sociedad presentados hay corrupción y siempre es necesario combatirla sobre todo cuando llega a excesos destructivos de la sociedad como es el caso de México.
Juan Castaingts Teillery. Profesor-Investigador UAM-I