TRANSFORMERS: EL DESPERTAR DE LAS BESTIAS
“TRANSFORMERS: EL DESPERTAR DE LAS BESTIAS” (“TRANSFORMERS: RISE OF THE BEASTS”)
Después de los aparatosos descalabros que las películas previas tanto por la crítica como en taquilla, la franquicia ha decidido expandir su catálogo de personajes y acciones con la inserción de nuevos robots procedentes de una serie posterior a la producción animada de los ochentas y que llevó por título “Guerra de Bestias”, ya generada por computadora y que encontró un generoso séquito de fans allá a mediados de los 90’s. Y por ello ésta nueva cinta se ubica en ése período temporal para desarrollar una trama idéntica al de las otras cintas nada más que ahora la dirige Steven Caple Jr. y no el bruto de Michael Bay, aunque el resultado sigue siendo dramáticamente estéril.
Las películas de “Transformers” no han logrado desarrollar nada más que personajes masculinos de condición plana, personajes femeninos sexualizados a grados ofensivos y tramas babiecas que van por inercia a los puntos ya designados por la ley del mínimo esfuerzo narrativo, pero he de admitir que de todas las aparatosas y ensordecedoras barrabasadas confeccionadas por Bay y compañía, ésta nueva entrega cumple con los aspectos mínimos de entretenimiento.
La trama sigue siendo una simplonería: En el año 1994 un joven ex soldado latino (Anthony Ramos) recurre al crimen para caros tratamientos médicos de su hermano menor, y es cuando pretende robar un automóvil que termina involucrado en u conflicto entre los Autobots y unos emisarios robóticos de un ser mecánico colosal llamado Unicron capaz de consumir planetas.
Para detenerlo se requiere una llave alojada en nuestro planeta hace siglos descubierta por una empleada de museo (Dominique Fishback) quien se suma a la aventura así como otra raza de Transformers conocida como los Maximals (aquellos de “Guerra de Bestias”).
Los pormenores de la trama salen sobrando porque todo se da como cuando unimos puntos en un dibujo para realizar una figura sin que se nos exija mesadiada materia gris al respecto. Y así como no se nos solicita aquello, ésta película tampoco la otorga ya que el personaje latino principal es otro compendio de clichés melodramáticos que prevalecerá sólo por ser buen chico mientras que los mastodónticos androides no pasan de ser aburridos arquetipos dignos de la caricatura que dio origen a éste despilfarro de celuloide (bueno, debo admitir que la serie animada tenía mucha más tela dramática y emocional de donde cortar) que se regodea en un orgasmo de imágenes generadas por computadora.
Con todo, “Transformers: El Despertar de las Bestias” pasa de panzazo porque la dirección es obsoleta pero normalita y el reparto sí le echa ganas a pesar de los pedazos de cartón que les tocó como personajes.
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