México lugar 99 en índice de Generosidad
Si bien el Word Giving Índex 2023 nos da razones para un optimismo esperanzador frente a un contexto de inestabilidad global, porque muestra un sostenido aumento de la generosidad como resultado de la pandemia, que se mantuvo en términos generales a nivel mundial; lo que significa que casi las tres cuartas partes de la humanidad hizo algo para ayudar a otros en el transcurso del último año analizado; no todos los países han mejorado y México es un ejemplo de ello.
Indonesia ocupa el puesto número UNO en el índice por sexto año consecutivo (aunque ya no ostenta el primer puesto para los tres comportamientos de donación individuales) Ucrania, es el dos y mayor escalador de este año, con Kenia completan los 3 primeros.
Los inmigrantes tienen más probabilidades de dar que los nacionales. En promedio en todo el mundo, quienes dicen haber nacido en otro país tiene una puntuación del índice general más alta que los nacionales. Esto es más pronunciado en Medio Oriente y África del Norte (41 vs.33) y Europa (44 vs. 37).
Un promedio de lo positivo lo ofrecen las respuestas de cada país, dando un índice de puntuación y un ranking global. Una calificación más alta indica que en general la población se encuentra comprometida a dar. La puntuación más baja posible es cero y la puntuación más alta es 100.
Los países se dividen en quintiles, los países de habla inglesa en general se encuentran en el quintil más alto en generosidad, contra los países de América Latina, Rusia y otros países de Europa del Este ubicados en el 4° o 5° quintil en la materia.
“Es una verdad desafortunada que los desastres naturales y Los conflictos perjudican desproporcionadamente a los más pobres y a los países más vulnerables del mundo. Para los donantes, responder eficazmente a un desastre no sólo requiere ayudar a las comunidades a recuperarse y a reconstruirse, sino también para mejorar su resiliencia y reducir los riesgos en el largo plazo”. Una combinación de apoyo, tanto inmediato como a largo plazo, para organizaciones benéficas internacionales y organizaciones benéficas locales, es la clave para una respuesta eficaz a los desastres, como los sufridos en Acapulco México.
Es notable constatar que las personas con mayor inspiración religiosa tienen un mayor índice de generosidad en todo el mundo. Las instituciones y organizaciones religiosas desempeñan un papel crucial en la caridad y la ayuda a los demás, ofreciendo oportunidades para donar dinero o ser voluntario.
Las personas que dicen que la religión es una parte importante de su vida, tienen un índice general de donación más alto que los que dicen que no es importante. La mayor brecha se encuentra en África subsahariana (41 frente a 35), mientras que en Europa no hay diferencia entre los grupos dando puntuaciones de índice (cada 38)
Nuestra generosidad también está ligado a nuestra satisfacción con la vida. La forma en que un individuo percibe su situación de vida actual es vinculada a su probabilidad de donar dinero. Las personas que calificaron su vida actual en términos positivos fueron más propensas a ofrecer una donación a una organización benéfica durante el último mes, particularmente entre los países más felices del mundo: Suecia, Dinamarca, Países Bajos e Islandia, se encuentran entre las primeras diez naciones por donar dinero. Siete de los 10 países más generosos han presentado niveles de felicidad superiores a la media según la ONU.
El índice de generosidad se calcula bajo tres tercios: primero en donaciones de dinero; segundo por obsequiar tiempo como voluntario y tercero por haber ayudado a un extraño. A lo largo de la década, un total de 46 países han podido mejorar su clasificación, incluidos otros países europeos como Francia (subió 2 puestos), Dinamarca (subió 5 puestos), Hungría (subió 13 puestos), Suecia (subió 15 puestos) Estonia (subió 54 puestos) y la República Checa (71 puestos más).
México es una excepción; en lugar de incrementar, redujo su generosidad. En el 2013 el país se encontraba en el lugar 76, después de 10 años se encuentra renqueado en el lugar 99 de 142 países analizados, con una calificación de 34/100, lo que permitiría afirmar que la cuarta transformación no nos ha hecho más generosos.