¿Hasta dónde va YOVOY? Percepción ciudadana sobre el transporte público en Aguascalientes
Tomar una ruta, subirse al camión, no es solamente un acto repetido infinidad de veces por miles de personas en nuestra ciudad. Constituye la principal forma que tienen los aguascalentenses de unir sus orígenes y destinos, es la forma en la cual llegan a trabajar y regresan a casa. Sectores completos de la economía local, sobre todo el terciario y secundario, dependen directamente de un buen sistema de transporte colectivo. En un entorno donde el principal medio de transporte público son los autobuses de ruta, entender la percepción de la comunidad es esencial para mejorar la calidad de vida y la accesibilidad.
En este contexto, Zepeda-Galván Demoscopia realizó una encuesta en el municipio de Aguascalientes para capturar las opiniones y experiencias de los habitantes con respecto al servicio de autobuses de ruta. Sus percepciones serán valiosas para orientar iniciativas que fortalezcan y mejoren la infraestructura del transporte público, asegurando que este servicio satisfaga las necesidades de la comunidad de manera eficiente y efectiva.
La encuesta es de tipo descriptivo y transversal, se realizó a través de redes sociales, los criterios de inclusión fueron que las personas vivieran en el municipio de Aguascalientes y fueran mayores de edad, se levantó durante los meses de enero y febrero del 2024, con una muestra de 400 personas, tomando como marco muestral el padrón electoral del INE actualizado al 2022. Se estratificaron las respuestas de acuerdo a la zona en la que habitaban los encuestados, para asegurar la mayor representatividad posible en los resultados.
A continuación, se presentan los resultados generales obtenidos:
I: Características del uso del transporte público
De las personas encuestadas, el uso diario del transporte público tuvo la mayor frecuencia entre las opciones, con más del 38%, en tanto que quienes lo usan una vez por semana representó un 25% de la muestra. En general, poco más del 50% de las personas encuestadas se mueven entre dos veces por semana y diariamente, lo que da cuenta de un uso bastante frecuente de este servicio y si le sumamos las personas que lo usan una vez por semana, se alcanza la cifra de aproximadamente un 75%, lo que es consistente con la mayoría de las mediciones sobre uso de transporte en entornos urbanos.
Cuando se les preguntó por la principal razón que tienen para usar el transporte público, las personas encuestadas refirieron en primer lugar el uso para el trabajo, con un 50% de frecuencias, mientras que las compras fueron el segundo lugar, con un 16%.
II. Equipamiento en paradas de transporte público
Se le preguntó las personas encuestadas por diversos equipamientos básicos que deben tener las paradas de autobús: se tomaron en cuenta cuatro equipamientos, a saber, si existe un señalamiento para la parada, si en la parada hay espacio para sentarse, indicaciones para las rutas que se detienen en la parada y, finalmente, si en la parada hay un mapa de la red de autobuses.
En el desglose de resultados, los encuestados comentaron con mayor frecuencia que en la mitad de las paradas sí hay señalamiento para denotar su existencia, con un 43%, mientras que solo un 3% consideró que había señalamientos en todas las paradas que utiliza a diario.
En lo que respecta a espacios para sentarse lo que respondieron con mayor frecuencia las personas encuestadas es que en la mitad de las paradas que usan de manera cotidiana si hay espacio para sentarse, con un 38%, seguido muy de cerca en frecuencia por las personas que contestaron que en casi en ninguna de las paradas que utilizan hay donde poder sentarse, con un 35%.
Otro elemento importante para una parada de autobús son las indicaciones para saber qué rutas se detienen ahí. Al respecto, 38% de las personas encuestadas comentaron que casi en ninguna de las paradas que usan se encuentra dicha información, mientras que 332% consideró que sí la había en la mitad. Si se juntan los porcentajes de ninguna y casi ninguna, tenemos que más del 60% de las personas encuestadas notaron la ausencia de información sobre rutas en la mayoría de las paradas.
Finalmente, se preguntó por la existencia de un mapa de la red o de las rutas específicas que circulan por esa parada, a lo que 36% de las personas encuestadas contestaron que en ninguna de las paradas existe ese señalamiento, mientras que 33% consideraron que casi en ninguna lo había.
III. Comportamiento de los choferes urbanos
Se le preguntó a las personas encuestadas por cinco diferentes acciones en relación al comportamiento de los choferes de las unidades, preguntándoles qué tan seguido las realizaban los conductores, con los siguientes resultados:
Ante la pregunta de si los choferes respetaban a los demás conductores en las calles, la mayoría de las personas encuestadas, casi el 55%, declaró que lo hacían a veces, en tanto que más del 35% dijo que lo hacían casi siempre.
Las opiniones fueron ligeramente más favorables cuando se preguntó sobre el trato a pasajeros, ya que la opinión de que casi siempre se les trataba bien fue del 41%, con todo, más del 50% coincidieron en que solo a veces se trataba bien a los pasajeros.
Más del 56 % de las personas encuestadas consideraron que solo a veces, los choferes se detienen en las paradas que corresponden, esto aunado al 13 % que dijo que casi nunca lo hacen, da una visión negativa a la frecuencia con la que los choferes se detienen en sus espacios designados de casi el 70%.
Asimismo, más de la mitad de las personas encuestadas respondieron que los choferes a veces conducen con precaución, con un 25% considerando que casi nunca lo hacen, frente a un 22% que consideran que lo hacen casi siempre.
Aunada a la pregunta anterior, cuando se preguntó específicamente por el respeto a los límites de velocidad, cerca del 60% de las personas encuestadas consideraron que los choferes a veces los respetan, frente a solo un 16% que considera que lo hacen casi siempre.
IV. Estado de las unidades
Sobre el estado de las unidades, en término de su funcionamiento y apariencia, un 20% de las personas encuestadas opinaron que se encuentran en buen estado, lo que deja a un 80% de opiniones que consideran que tienen algo de deterioro (56%) o mucho deterioro (23%)
V. Tiempos de espera del transporte público
El tiempo de espera es una variable muy importante para la eficiencia del transporte público, tiempos de espera cortos y frecuencias altas de paso de los autobuses le dan a los usuarios la confianza de utilizar el transporte con la seguridad de que van a poder llegar a tiempo a su casa o trabajo (y de hecho, uno de los slogans del gobierno sobre el sistema YOVOY es precisamente YOVOY a tiempo). Por lo que es importante saber qué opinan en Aguascalientes al respecto.
El 52% de las personas encuestadas opinaron que el tiempo de espera promedio para una ruta de transporte público es de 15 a 30 minutos, casi con el mismo porcentaje, 48%, dijo que más de 30 minutos era el tiempo promedio para esperar un autobús. Vale la pena anotar que las opciones de menos de 5 minutos de espera y de 5 a 15 minutos (el promedio ideal de espera en un transporte público eficiente) no tuvieron ninguna respuesta de parte de los encuestados.
VI. Frecuencia de conductas de riesgo en el transporte público
Durante los viajes en transporte público, debido al exceso de personas, a las malas condiciones la unidades o a otros factores, los pasajeros pueden verse implicado en conductas y situaciones que los pone en riesgos graves, se les preguntó a las personas encuestadas sobre la frecuencia con la que han visto que ocurren algunas de estas conductas.
Sobre la frecuencia con la que han podido ver a personas viajando en el estribo, colgadas prácticamente en las puertas del camión debido a la cantidad de personas que van adentro, 38% consideraron que esto ocurre con mucha frecuencia y 32% que pasa en algunas ocasiones. Un porcentaje notable,22, refirió que esto es algo que ocurre casi a diario.
51% de las personas encuestadas opinaron que en algunas ocasiones el camión no se detiene cuando le hacen la señal en la parada, mientras que 38% consideró que esto ocurre con mucha frecuencia.
Otra conducta que puede poner en riesgo tanto a los pasajeros en la unidad, como a las personas que están la parada e incluso a otros conductores, es que el autobús no frene por completo al llegar a la parada, lo que, a juicio del 45% de las personas encueradas ocurre en algunas ocasiones, y el 32% considera que pasa con mucha frecuencia.
Similar a la pregunta anterior, en ocasiones los camiones no se orillan por completo al llegar a la parada,lo que de nuevo pone en riesgo a las personas que están esperando el camión, obligándolas a bajar al arroyo vehicular para poder abordar la unidad. Al respecto, 41% de las personas encuestadas consideró que esto ocurre con mucha frecuencia y 35% que ocurre algunas veces.
El exceso de velocidad es uande las conductas de riesgo más graves para los pasajeros dentro de las unidades, además de poner en riesgo al resto de los conductores en el tránsito. Sobre esta conducta, más del 41% de las personas encuestadas consideraron que ocurre con mucha frecuencia, en tanto que el 35% comentó que ocurre en algunas ocasiones.
VII. Evaluación de la estrategia YOVOY
Al preguntarles por la valoración general de la estrategia de movilidad YOVOY, aplicada al transporte público, la opinión con más frecuencia fue optimista, 51% de las personas encuestadas consideran que han habido avances, aunque todavía hay cosas por mejorar. En contraste, las opiniones negativas, ya sea de estancamiento o de empeoramiento de la situación constituyeron poco más del 45% de las opiniones registradas.
La tarjeta de prepago para el abordaje de las unidades, que es exclusiva en algunas rutas de la ciudad fue considerada de manera negativa por la mayoría de las personas encuestadas, 51% consideró que su implementación perjudica más de lo que ayuda y 29% considera que es buena idea, pero no mejora de manera importante la experiencia en el transporte público.
También de manera casi unánime, la mayoría de las personas encuestadas consideran que aún no se ha justificado el último aumento al precio del transporte público, tomando en cuenta que la principal razón que se usó para justificar este aumento fue precisamente que habría una mejora en el servicio. 93% de las personas encuestadas coincidieron en que eso no ha ocurrido.
Finalmente, al preguntarles por su evaluación genera en una escala del 5 al 10, donde 10 sería un servicio excelente, 5 un servicio pésimo y un servicio regular quedaría aproximadamente en 7.5, 32% de las personas encuestadas ubicaron el servicio en 7, mientras que 29% lo consideraron como pésimo, con calificación de 5. El promedio general de los usuarios fue de 6.2 ,1.3 puntos abajo de un servicio regular.
Se les solicitó a las personas encuestadas que resumieran en una sola palabra su opinión sobre el servicio de transporte colectivo. A partir de las respuestas con mayor frecuencia se construyó la siguiente nube de palabras:
Como se puede ver, los conceptos que tuvieron mayor peso a la hora de definir el servicio de transporte colectivo fueron Malo, Deficiente, Regular y Pésimo.
Asimismo, se le pidió a las personas encuestadas que propusieran ideas para mejorar el transporte público en Aguascalientes. La siguiente nube de palabras muestra las propuestas que tuvieron mayor frecuencia entre las opiniones registradas:
El aumento en la frecuencia de los autobuses, codificado como “más rutas” fue la propuesta que tuvo mayor frecuencia, seguida de mejoras en el cobro, mejorar las unidades y las condiciones laborales de los choferes.
Conclusiones
En general, la población encuestada no percibe que el modelo YOVOY haya significado todavía una mejoría notable en el servicio de transporte público. Siguen prevaleciendo conductas de riesgo por parte de choferes, las unidades se perciben con poco mantenimiento, los tiempos de espera son altos y la mayoría de las paradas no tienen los elementos básicos para prestar un servicio adecuado a la población. El transporte público fue catalogado de regular a pésimo por las personas que respondieron a la encuesta. Además de un nulo equipamiento para personas de grupos vulnerables.