BUENAS NOTICIAS PARA CERRAR EL AÑO

BUENAS NOTICIAS PARA CERRAR EL AÑO

Durante ya dos años, ésta columna de opinión enfocada en “la protección animal” ha demostrado que el tema es muy amplio y se presta a debate de acuerdo a las diferentes posturas a analizar y a la variedad de actores involucrados, además de señalar reiteradamente cómo demasiado antropocéntrico pensar que hablar de animales, carece de importancia en nuestros días.

En naciones “desarrolladas”, donde se podría decir que las condiciones de vida de los humanos son en su mayoría satisfechas, se ha abierto un espacio en la agenda política a otras especies. La realidad que presentan las sociedades desarrolladas, dejan claro, que tanto seres humanos como animales pueden coexistir y convivir en ambientes sanos en donde cada especie ocupa un lugar importante a nivel biológico.

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Estas sociedades cuentan con instrumentos que garantizan el bienestar de los animales como: un marco legal que otorga derechos a los animales y obligaciones a los seres humanos, organizaciones gubernamentales que vigilan el cumplimiento de las leyes y en su caso coercionan el no cumplimiento de las mismas; además cuentan con organizaciones de la sociedad civil especialistas en el problema, así como normas y valores sociales que se han institucionalizado y que se enfocan a la protección y el respeto de todos los seres vivos.

Lamentablemente en México (donde la tasa de castigo para el maltrato animal del país es apenas del 0.01%), como en muchos países latinoamericanos, la realidad es otra. El contexto social refleja muchas carencias y desigualdades así como condiciones de vida que no son dignas en un alto número de familias; la inseguridad relacionada al crimen organizado es también parte de la realidad mexicana por lo que existe una fuerte inestabilidad económica y social, no es de sorprenderse que la mayoría de las agendas locales y la nacional estén saturadas de problemas de ésta índole, por lo que la atención a temas medio ambientales y de bienestar animal ocupan espacios de importancia inferiores, pero esto no quiere decir que no deban ser atendidos, o que sean menos importantes.

De esto da cuenta la reciente reforma aprobada por el Senado de la República que eleva a rango constitucional la protección y bienestar animal, estableciendo nuevas disposiciones legales para prevenir el maltrato y promover su cuidado. En ésta se prohíbe expresamente el maltrato animal, y se reconoce como responsabilidad del Estado Mexicano garantizar: Protección, Conservación, Cuidado y trato adecuado de los animales

Se reformó el artículo 73 de la Constitución, facultando al Congreso de la Unión a emitir leyes que regulen: Cuidado y protección de los animales, así como “Prohibición del maltrato en la crianza, aprovechamiento y sacrificio de animales de consumo humano y uso en espectáculos”.

Con la modificación al artículo tercero constitucional, se obliga al Estado a desarrollar planes y programas educativos para fomentar: El respeto hacia los animales y la promoción de su cuidado y bienestar desde las aulas.

Los legisladores opinan que el proceso de pacificación del país tiene que ver con la educación respecto a los animales, pues no se puede aspirar a tener un país sin violencia si no se cumple con la erradicación de la violencia a los animales. El senador Donaldo Colosio señaló que esta reforma representa «un avance decisivo» para la vida en comunidad, ya que al incorporar la protección y el bienestar animal en la Constitución se fomenta la empatía y fortalece los valores éticos”.

Apenas la reforma a favor de los animales pasó a los congresos locales para su aval, ya que es necesario el voto a favor de al menos 17 estados para que se declare su constitucionalidad. Ojalá el nuestro la apoye.

La pregunta es ¿Cómo se llegó a éste logro? Por supuesto que hubo que hacer muchas manifestaciones y uso de las redes en contra del maltrato, del abuso y la tortura que todos los días los humanos comenten en perjuicio de otras especies.

Pasar de una situación que anteriormente no tenía importancia, a convertirse en un problema de índole social logrando ingresar a la agenda pública para que los gobiernos presten atención y busquen disminuirlo o solucionarlo a través del trabajo, ha sido labor del conjunto de asociaciones protectoras de animales y rescatistas independientes junto con otros actores tanto públicos como privados tales como instituciones gubernamentales, la sociedad civil organizada, instituciones educativas, el sector veterinario, los comerciantes de animales y los tutores o responsables de los animales.

Todo esto deriva en la inminente necesidad de creación de políticas públicas lo que a su vez ha sido una conquista ciudadana que se ha redefinido con el transcurso de los años y que está respaldada por un proceso democrático.

Además, hablar de políticas públicas de protección animal, es hablar de un tema integral donde las acciones buscan mejorar las condiciones de salud pública, las medioambientales y las culturales en torno a la relación humano-animal como medio para disminuir la violencia social a través de la difusión del respeto y el cuidado.

Por otro lado, es sabido que las políticas enfrentan limitaciones y desafíos tales como:

  • Aplicación desigual: Pues algunas leyes se implementan de manera inconsistente en diferentes estados.
  • Falta de recursos: Muchos municipios e instancias responsables carecen de fondos para operar de manera eficiente.
  • Educación insuficiente: A pesar de las campañas, todavía hay falta de conciencia sobre la importancia del bienestar animal.
  • Corrupción y falta de seguimiento: Algunas acciones quedan truncadas por la falta de supervisión o interés político.

Aunque en México existen instancias gubernamentales que tienen la facultad de realizar acciones que beneficien tanto a seres humanos como a los animales, entre ellas se encuentran la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la de Salud (SSa) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

Sin embargo, su labor ha sido cuestionada por todo aquellos que denuncian el recurrente maltrato animal, una triste realidad muy común en el país y poco regulada, de ahí que la sociedad civil, haya tenido que desempeñar una ardua labor para defender a los animales subsanando la carencia dejada por las instancias gubernamentales que deberían hacerlo.

Todo esto requiere de un gran esfuerzo por parte de la ciudadanía, aunque todavía el peso recae sólo en los actores interesados e involucrados quienes en conjunto intentan y logran a veces conciliar intereses a fin de maximizar el beneficio de las políticas o programas públicos.

Ante éste panorama, sería ideal crear una instancia creíble y eficiente cuyos objetivos fueran generar estudios y evaluaciones permanentes sobre las políticas públicas en materia de atención animal además de conformar un Consejo de Atención Animal.

La creación de un instituto formal a nivel nacional, con el objetivo de centralizar y coordinar las acciones de protección animal en México, ha sido una propuesta recurrente de activistas y legisladores. Un organismo así podría:

  • Supervisar el cumplimiento de leyes de bienestar animal en todo el país.
  • Coordinar campañas masivas de esterilización
  • Educación y concienciación.
  • Administrar santuarios nacionales para fauna silvestre rescatada.
  • Garantizar recursos suficientes para inspecciones y rescates en zoológicos, criaderos, mercados clandestinos
  • Promoción de políticas públicas y seguimiento estadístico.

Amén de lograr superar las limitaciones y desafíos que observan las políticas públicas mencionadas en párrafos anteriores.

Por ahora, las pocas estadísticas sobre el maltrato animal en Latinoamérica, reflejan desafíos en materia de protección. Ha habido avances en legislaciones específicas contra el maltrato, incluso prohibiendo espectáculos como las corridas de toros en algunas regiones, sin embargo, estas leyes son desiguales entre países y suelen centrarse más en animales domésticos que en especies de granja o silvestres.

Sólo por poner un ejemplo, en Aguascalientes según el atlas de maltrato animal, nuestra legislación dista mucho en abarcar todas las especies de las cuales los humanos abusamos y explotamos. Aunado a esto, se observa en la imagen con puntos rojos, los faltantes a desarrollar.

En cuanto a la “Consulta Ciudadana Plan de Desarrollo Municipal (PDM) 2024-2027” https://www.implanags.gob.mx/maqueta_ags_implan/modules/proyectos/encuestas.html convocada por el Instituto Municipal de Planeación y Evaluación de Aguascalientes, el tema animal es abordado muy superficialmente. Por ejemplo en la mesa 10, tan sólo pregunta sobre: 1) Control de enfermedades zoonóticas ¿Cómo se están gestionando las condiciones sanitarias en los rastros y la atención a los animales callejeros para prevenir enfermedades que puedan transmitirse a los humanos?. 2) Atención a mascotas. ¿Qué programas existen para la atención y cuidado de mascotas, así como para promover la adopción responsable?. 3) Educación sobre salud pública ¿Cómo se está educando a la comunidad sobre prácticas de salud pública, higiene y cuidado de animales?.

Omitiendo por supuesto a todos los animales silvestres enjaulados, animales de laboratorio, animales de consumo, animales utilizados en entretenimiento (toros, charrería, pelea de gallos y perros etc), animales de carga, animales de peletería, rescate de animales silvestres, cacería, entre muchos otros.

E increíblemente apenas esboza la pregunta: ¿Qué mecanismos existen para que la población participe en la creación de políticas públicas relacionadas?

En definitiva, las políticas públicas deberán crearse e implementarse dando un seguimiento mediante indicadores de cambio relacionados con el maltrato animal, evaluando al menos las categorías: culturales, legales, sociales y de comportamiento, entre otras. Algunos indicadores claves serían:

  1. Indicadores Culturales y Sociales
    • Sensibilización en la población
    • Cambios de actitudes
    • Participación ciudadana
  2. Indicadores Legales
    • Aprobación de leyes y normativas e Implementación
    • Incremento de niveles de cumplimiento
    • Creación y Desarrollo de políticas públicas
  3. Indicadores de Comportamiento
    • Reducción en casos reportados
    • Mejora en el trato con los animales
    • Incremento Cuidado veterinario
  4. Indicadores Institucionales
    • Organizaciones activas: Crecimiento
    • Colaboraciones interinstitucionales: Alcalde y ciudadanía
  5. Indicadores educativos
    • Incorporación en programas escolares: Presencia
    • Talleres y capacitaciones: Incremento

Lo importante de todo esto es que la presencia del maltrato animal ha ido permeando en la sociedad lográndose poco a poco una concienciación pública visibilizando las problemáticas antes invisibles. Algunos factores de éxito han sido: La participación ciudadana activa, la colaboración entre organizaciones civiles, gubernamentales y privadas, legislaciones más estrictas para sancionar el maltrato animal y el incremento en la educación sobre bienestar animal.

Habrá que hacer esfuerzos locales para ir más allá de sólo pensar en mascotas, crear dueños responsables, vacunación antirrábica y esterilización canina y felina sin costo alguno, así como la instalación de contenedores y bolsas plásticas para recoger los deshechos de las mascotas. Hay un sinfín de animales desprotegidos que requieren protección ahora.

Diseñar políticas públicas es sólo el primer paso. No cabe duda de que se ha dado un paso gigante desde el momento en que la problemática de maltrato animal llegó a la agenda pública, pero hacer realidad los objetivos es una cuestión que todavía está por definirse, así como la eficacia de los actores y la funcionalidad de las instituciones que se verán reflejadas en resultados tangibles.

Esperemos el próximo 2025 sea un año con mayores éxitos para todos, incluyendo a todos los animales no humanos.

Ana Romo jaulericavida1@outlook.es

Ana Romo G
Ana Romo G

Médica veterinaria y zootecnista, académica, escritora y bioeticista.

Ana Romo G

Médica veterinaria y zootecnista, académica, escritora y bioeticista.

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