OTRA MÁS DEL SENADOR
Está claro que no tiene solución la ligereza e irresponsabilidad con la que declara el Senador panista Antonio Martín del Campo. Espero que sean pocos los que le crean a sus desinformaciones, datos sin sustento en una postura no solo política sino contestataria. O no tiene nada que hacer o hace las cosas a la manera de Eróstrato, solo por trascenderaunque sea de manera equivocada.
Ahora se atrevió a señalar que, “existe un total riesgo de que personas afines con las organizaciones criminales lleguen a ocupar los puestos de jueces y magistrados”. No se quedó ahí, además subrayó que “quienes se encargarán de la elección son un grupo reducido que resolverá quienes saldrán electos; “por supuesto que esto está amañado, tiempo al tiempo”.
Para un villamelón y/o comentarista de café (con todo el respeto que me merecen quienes somos asiduos a tomar café, como lo hacía casi todos los días con Desiderio Macías Silva, el Ginger y Armando Alonso en el Excélsior), se vale la ligereza en los dichos, aunque muchas veces no lo eran así, pero no tiene ninguna justificación un legislador, sea del partido que sea y más quien pretende ser gobernador del Estado.
Su dicho del presunto involucramiento del crimen organizado en el proceso electivo de los juzgadores, es como aquel clasemediero conservador, que despotricó durante la campaña electoral pasada que, no había que votar por la actual presidenta, porque les quitarían sus casas. Y cuando se refiere a los pasos a dar en las elecciones de juzgadores, demuestra que no lee nada de nada y seguramente tiene muy deficientes asesores parlamentarios.
Evidencia que no obstante su ubicación parlamentaria, no leyó la iniciativa de reforma constitucional, que bien pudo consultar en la Gaceta Parlamentaria del 16 de agosto del presente año. Tampoco revisó la Convocatoria que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 15 de octubre pasado.
Soy de quienes he seguido de cerca este proceso, por las condiciones de singularidad. Recordemos que en el mundo hay pocos países que tienen experiencias al respecto, como Bolivia, Australia, Japón y Estados Unidos. Pero ninguno en las condiciones en que se pretende implementar en nuestro país. De ahí la necesidad de seguirlo estrechamente.
Esto no quiere decir que todo esté determinado ya, incluso que sea fácil, presentándose muchos escollos y faltantes que seguramente quienes los atenderán y resolverán es el Instituto Nacional Electoral, organismo que constitucionalmente está responsabilizado de estructurar y llevar a cabo el proceso que tiene un punto álgido el primero de junio próximo. Recordemos un dicho popular muy sabio. Dice: “más ayuda el que no estorba”.
Antonio Martín del Campo es un reflejo fiel de la famélica oposición carente de propuesta política y capital político para realmente ser contrapeso del actual régimen. El Senador panista tiene derecho a pensar como quiera y en este caso, a oponerse a la reforma al Poder Judicial, pero sus dichos y apreciaciones tienen que estar debidamente fundadas, soportados con datos corroborables, pero también con presentar alternativas.