Apuntes antropológicos y sociológicos sobre el suicidio

Apuntes antropológicos y sociológicos sobre el suicidio

El suicidio en Aguascalientes es una enfermedad o anomia social, que durante años ha asolado a la entidad.

La pobreza, la soledad, el alcoholismo y la drogadicción son los factores principales que aumentan el riesgo para algunos tipos de suicidios, sin embargo, muchas veces estos son la consecuencia de diversos precedentes. Además, las cifras muestran una fuerte relación estadística de que príncipes de la política, funcionarios públicos estresados, hijos de profesionistas destacados, herederos de grandes capitales, obreros calificados, terratenientes y vástagos de pequeños comerciantes; al no cumplir con las expectativas de crecimiento económico o reconocimiento público, que ellos creen merecer o el honor familiar impone, hace que en un estado históricamente depresivo, narrativamente melodramático y proclive a ciertas manías, individuos decidan suicidarse o como algunos medios locales califican poéticamente: salir por la puerta falsa.

Tanto hombres como mujeres, según las estadísticas, optan por intentar el suicidio en igual cantidad. Por el momento, son los varones quienes con mayor frecuencia lo logran gracias a los métodos que ellos suelen usarse en cada sexo. Lo que se explica también por una educación basada en la fuerte división binaria mediante una división social orgánica en instituciones públicas y privadas que fue disminuyendo a fines del siglo pasado, con lo cual se establecieron patrones culturales y roles sociales expuestos en otros lugares con similares circunstancias.

Visto desde la perspectiva antropológica y sociológica en la que estamos inmersos, tenemos muchas condiciones sociales que facilitan la reproducción de patrones y conductas suicidas (espero poder abonar más al respecto en otros textos).

No se cuentan aun datos que pudieran validar la cantidad real de personas que solicitan ayuda para evitar el suicidio con la ayuda de profesionales para evitar estos desenlaces que provocan importantes lesiones psicológicas en los deudos que por anomía, avaricia, desconocimiento, desdén, etiqueta, fe, miedo, neurosis, orgullo y/o revancha; se niegan a disuadir oportunamente ante las señales que demuestran los potenciales suicidas. Está comprobado que la intervención de expertos en el caso, ayuda momentáneamente a disminuir el riesgo y una terapia a largo plazo puede resolverlo.

Si comparamos los datos que nos muestra el INEGI durante varios lustros, la región comprendida por el corredor industrial de Guanajuato y Aguascalientes hacen de estas entidades la zona de México que porcentualmente es recurrentemente de las más castigadas por esta pandemia de suicidios, junto a los estados de Chihuahua, Sonora Campeche, Jalisco, Yucatán y Quintana Roo.

A propósito del tema: Pronto se estará publicando en esté medio entrevistas con médicos que laboran en Aguascalientes, un especial que rescata el parecer y sentir de varios galenos además que se integran como parte de un diagnóstico del estado que guarda el rubro de salud en la entidad y el reconocimiento de su labor como parte de las celebraciones por el próximo día del médico a celebrarse en el mes de octubre. En estas entrevistas realizadas por Joahana Bolaños Dávila y su servidor, entre otros problemas de salud, se encontró la constante de la presencia de enfermedades psicológicas como la fuente de diferentes síntomas biológicos en los individuos.

En la experiencia de los médicos entrevistados, dependiendo la especialidad, trastornos como ansiedad, cirrosis hepática, colitis nerviosa, depresión, disfunciones sexuales, gastritis y otros síndromes en la población atendida por ellos, generan entre el 60 al 80% de los problemas de salud en su práctica.

Definitivamente el problema del suicidio, solo es la punta del iceberg.

Siguiendo a Émile Durkheim en su obra clásica El Suicidio: se puede afirmar que toda sociedad genera su propia tasa de suicidio y sus propias anomías, estos hechos sociales vistos como enfermedades sociales pueden identificarse en su origen también en motivaciones relacionadas en su origen con la organización social y la organización económica.

Bajo la óptica de Émile Durkheim se han hecho múltiples estudios que demuestran la relación de altos índices de suicidio en sociedades industriales; principalmente aquellas entidades en donde la industria pesada de la fundición de metales y la automotriz están presentes.

No debe resultar extraño que en México estados como Aguascalientes, Guanajuato y Jalisco (que en conjunto conforman la región Bajío) muestran insistentemente tasas elevadas de suicidios; pues a nombre del progreso se ha dejado asentar una industria que, por su exigencia laboral además del desarrollo económico como bondad, atrae sus propias enfermedades sociales y los tres comparten elementos culturales e históricos que también ayudara a explicar el fenómeno.

La presencia de enfermedades de origen psicoemocional no se contemplaron al tomar la determinación por parte de las autoridades locales en Aguascalientes de atraer y facilitar el asentamiento de industrias pesadas como la metalúrgica y ferroviaria desde el siglo XIX hasta el XXI con la demandante producción metalmecánica masiva y las crecientes tecnologías de la información. Como referente pasó algo similar en la ciudad de Seattle durante los años ochentas y noventas que también desató una oleada de suicidios y ameritó acciones inmediatas por parte del gobierno en turno (Suicide Washington y About Suicide in Washington State, 6 units)

Por lo mismo, no hay una eficiente política pública para atender la situación y menos aún comprender la necesidad de establecer la atención del suicidio desde diferentes esferas sociales donde se originan las enfermedades psicoemocionales y el suicidio es la consecuencia.

No es con elotes como se soluciona el problema.

Una Ley de salud en Aguascalientes con un programa corto de miras, ocurrencias relevadas, modas basadas en corrientes psicológicas y magros alcances en la atención del suicidio montados en meras medidas paliativas; no son acciones suficientes para atender esta grave emergencia de salud que lleva varias décadas. Como lo afirmé anteriormente, la ayuda psicológica es importante pero tampoco se está atendiendo el origen ni hay protocolos que sirvan como factores disuasivos.

Con lo anterior no se pide que se prohíban las fábricas automotrices, no quisiera ser tomado por un neoludista en plena cuarta revolución industrial, al contrario, hay que seguir alentando la inversión y el aumento de la producción al tiempo que se realicen estudios sociales que permitan crear políticas públicas para la atención de las anomias sociales, que se manifiestan en diferentes formas en la población y se apliquen en diversos ámbitos de desarrollo, ya sea en el educativo, familiar, laboral, lúdico, religioso; con la finalidad principal de convertirnos en una sociedad comprensiva y generar individuos capaces de detectar oportunamente en sí mismos o en sus cercanos los síntomas recurrentes del cáncer que es ya el suicidio, pero sobre todo, tener los protocolos necesarios para actuar ante esta crisis.

De este tema y otros sobre la salud, estaremos hablando pronto en Diálogos en Pluralidad.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

Diego de Alba Casillas

Dr. en Ciencias Antropológicas por la UAM-I. Sociólogo de profesión por la UAA. Aprendiz de reportero.

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