Recuperar el tiempo perdido
Más que un cambio de nombres necesitamos una transición verdadera, para pensar entonces en serio en el cómo se podría restaurar en el futuro un orden capaz de darnos calidad de vida. Para ello es necesario que el gobierno estatal que en unos días tomas las riendas se imponga como imprescindible el avanzar logrando los acuerdos que hagan posible una mejor expectativa para todos y todas. Vivimos tiempos de auténtico desafío, de inmensas tareas, aquí, en México y en el mundo entero.
Hemos pasado los últimos seis años acumulando rezagos, y padeciendo un gobierno probadamente ineficaz en varios temas sensibles donde estamos ya en puntos de alarma. La realidad es contundente: nos siguen cercando los graves desajuste económicos, la injusta distribución de la riqueza, el crimen organizado y, de manera crucial, el cambio climático que en Aguascalientes vuelve dramático el agotamiento del acuífero.
No se puede afirmar que gozamos de una buena calidad de vida si los más carecen de ella, si los empleos no bastan para cumplir unas expectativas de bienestar dignas, si la seguridad pública es deficiente, no cumple y por el contrario los sobresaltos acechan.
En el tema central, el agua aquí es ya un tema de sobrevivencia. Es escasa su dotación y las fuentes están lejos de las ciudades. El agua desempeña un papel vital en la salud pública, el crecimiento económico y la sostenibilidad del medio ambiente. Es necesario ahí tomar decisiones, las mejores para todos.
La vida cotidiana
Para botón de muestra, Aguascalientes es hoy el único estado de México que padece de una total dependencia a las aguas subterráneas. Esto es que ni las presas ni los ríos son una fuente importante para abastecernos. Dependemos por completo de lo que hay en el subsuelo, y y los efectos de esta dependencia se padecen día a día. Los 5 acuíferos que se encuentran dentro de los límites de la entidad están sobreexplotados, de acuerdo a un estudio de la investigadora Dulce María Rodríguez y publicada por la Universidad Iberoamericana y de otro reportes rigurosos de diversos expertos.
Ante ello, y en eso coinciden expertos y científicos, la respuesta debe ser integral, sin medias tintas. Se requiere una recuperación y manejo adecuado de las áreas de conservación; el uso de tecnologías para aprovechar las aguas residuales; impulsar proyectos de captación de agua de lluvia en la ciudad; atacar el tema del agua y convocar a más y más ciudadanos a organizarse para detener con múltiples acciones la crisis climática; mejorar la gestión del agua en coordinación con estados vecinos y reducir la inequidad social, la pobreza y la desigualdad en cada ciudad y en cada región.
El acuífero del Valle de Aguascalientes, que abastece a la ciudad principalmente, está dentro de los 10 más explotados del país, incluso por encima del que abastece a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México
De acuerdo al Foro Económico Mundial hace México se encuentra en el quinto lugar entre los países que tiene el más alto consumo del vital líquido. Algunos expertos afirman que se desperdicia el 40 por ciento del agua, por el descuido del gobierno en renovar las tuberías y también por el dispendio de la población. Por lo demás, nuestra legislación deja mucho que desear, y al margen de ella campea la corrupción. En las actuales circunstancias nos quedarían unos 10 años. No más de eso. Si seguimos con este ritmo, se desprende del análisis experto. Es un tema que debe formar parte de la agenda prioritaria de los aguascalentenses, de gobiernos y de ciudadanos. Porque lo más grave no son los cortes de agua, o los tandeos. Es el tiempo que queda.
La sobrevivencia, no menos.
Se perfora ya a entre 600 a 800 metros, y el problema de estar escarbando a profundidades tan grandes, es que estamos liberando vetas de arsénico, de mercurio.
Es nuestro gran problema, la sobrevivencia de la ciudad que nos alberga y no hasta hoy no parece que estemos reparados para acometer el dramático escenario. Si echamos la vista al planeta, entenderemos que muchas regiones del mundo se encuentran en lo que se denomina “estrés hídrico”, debido al crecimiento demográfico. Casi en el fono del torbellino causado por el sistema financierista de expolio y especulación, la economía del desperdicio y el cambio climático. Por otra parte, la demanda de agua crece irracionalmente y el consumo excesivo es la norma
Otros temas sensibles también esperan soluciones urgentes y eficaces, en particular el combate al crimen organizado y su secuela de duelo y destrucción. Mucho por hacer.
La administración que en unos días tomará la gobernadora electa tiene la palabra. Es urgente abrir las políticas y entramados sectoriales a la participación de los ciudadanos y, específicamente, ofrecer vías de intervención e influencia especialmente idóneas para movimientos alternativos y agentes liberadores que apuestan por una transformación más profunda del sistema social. No podemos perder más tiempo.
Publicado en “Hidrocálido”. 28.09.2022