Buena Vista Social Club (1999)
El trabajo entre Win Wenders y el músico Ry Cooder se remonta a 1985 cuando el compositor creó la banda sonora de, Paris, Texas. (De las bandas sonoras más emotivas del cine) Gran maestría para llenar esos silencios entre cuadro y cuadro característico en cada uno de los films ( incluyendo temas instrumentales mexicanos).
Después de diez años coinciden para colaborar de nuevo en El fin de la violencia, en 1997. Un año antes, Wenders había seguido a Cooder cuando el músico viajó por Cuba para conocer de primera mano a los artistas que habían grabado el disco Buena Vista Social Club.
El lanzamiento del álbum fue seguido por una breve gira de conciertos en Ámsterdam y el Carnegie Hall de Nueva York en 1998. Imágenes de estas fechas, junto con las sesiones de grabación en La Habana, se mostraron en el documental lanzado en 1999.
Win Wenders acompañó a Cooder y a los músicos cubanos (como Ibrahim Ferrer, Compay Segundo…) por La Habana, en sus casas, en los clubs, creando un material que se introduce de lleno en esas colaboraciones, para abordándolos en tanto a su condición de músicos (sobre todo) como de habitantes de la isla.
Después, marchan a Europa y a Estados Unidos de gira y Wenders, a través de un trabajo objetivo retrata esos momentos en el documental tan vivo y honesto lleno momentos emotivos, hablando con imágenes , colores y sonidos ese aire que flota en una Cuba donde “la revolución es eterna”.. se alcanza a leer en una de las calles.
Wenders con un oído tan afinado, tan sensible cautiva al espectador al crear usa amalgama música/imagen la cual hace viajar a lo más profundo del sentimiento.
Cómo tal el documental cumple con la función de crear enseñanza musical( la historia del Laúd cubano por citar un ejemplo )de rebuscar en ese legado musical isleño la lírica, la cotidianidad y su forma de integrarse a la cultura.
En su búsqueda El cineasta alemán saca de la ficción a esos músicos y cantantes olvidados, los trae de vuelta reabre un capítulo nuevo en sus vidas, sin pretender regresa a la memoria esa fantástica travesía de “ los pasos perdidos” de Alejo Carpentier gran escritor cubano.