“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”
“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”
-Joseph de Maistre-
No, la respuesta sería no ante tal afirmación del finado en 1821, sin embargo, si ponemos a México como pueblo de referencia, quizás muchos nos vayamos con la finta en la consecuencia de la falta de responsabilidad a la hora de elegir a nuestros gobernantes.
Hoy el país enfrenta una de las crisis políticas más complejas en su historia, si somos sinceros pareciera que aquel partido hegemónico durante 7 décadas sembró las bases para la transmutación del actual partido gobernante, entendiendo la transmutación la utilizada por Webester como “cambiar de sustancia y de forma, convirtiéndose en otra cosa” siendo en este caso un cambio “corregido y aumentado” de las viejas prácticas, dando como resultado el producto final nominado MORENA.
Ahora bien, esto no es más que parte de la falta de capacidad de contrarrestar por parte de la oposición, es decir, si bien existirán distintas opiniones respecto de la forma en que gobierna MORENA, lo cierto es que nadie puede negar ni la popularidad, ni la tendencia creciente en sus números.
En la lucha adversarial, la oposición sigue queriendo imitar en lugar de ofrecer una alternativa, se sustentan en encuestas de satisfacción que avalan ellos mismos, y se apartan de las verdaderas necesidades humanas por la simple vanidad de no querer reinventar sus formas de operar y hacer política.
El francés André Malraux, modificó nuestra frase de inicio y dijo años más tarde que: «…no es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen».
Esta es la parte que no ha permeado aún en las dirigencias de oposición, se trata de una falta de entendimiento de la población, el país cambió, la sociedad cambió y la oposición se estancó; así de simple.
Lo anterior espero no denote una afinidad hacia las formas del actual partido en gobierno por el que suscribe, si no por contrario sea traducido en la preocupación por la falta de creatividad y propuesta en la alternativa política.
En este sentido, es hora de buscar y cuestionar la posibilidad de nuevas formas de hacer política, abrirnos a la posibilidad de explorar nuevos modelos de acercamiento hacia la inclusión, diversidad y una auténtica participación ciudadana.
Todo es cambio, todo está obligado a renovarse o desaparecer en algún momento, aún hay tiempo para que las opciones democráticas ofrezcan más que un gobierno sin limitación, sin contraposición y excluyente, esa será, en síntesis; la única posibilidad de supervivencia o la confirmación de la extinción.
