El ocaso de AMLO
El sexenio del presidente López Obrador se encuentra en su ocaso. A menos que ocurra otra cosa, en los meses que están por venir, la conversión pública girará en torno a las campañas. Pocos se preguntarán, qué México deja Andrés Manuel y cuánto de lo prometido en 2018, cumplió a cabalidad.
Y aunque en administración hay logros tangibles, lo cierto es que tras dejar la silla presidencial, el país seguirá con lastres que arrastra desde hace décadas.
Datos oficiales, de la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, por ejemplo, revelan que tan solo en 2023 han ocurrido más de 20 mil ejecuciones, un promedio de 83 cada día. Y si hablamos de la ingobernabilidad que se vive en diferentes regiones del país, la historia es igual o incluso más trágica.
Esa pacificación de la que AMLO hablaba siendo candidato, terminará siendo una quimera. Ello a pesar de que, con la voluntad de las fuerzas políticas de oposición, se le dio la Guardia Nacional que pidió y que muchos nos preguntamos ¿para qué ha servido?
Sin embargo, también es justo decir que, como lo prometió en campaña, su gobierno ha logrado reducir la pobreza, reduciendo algunas brechas de desigualdad. De acuerdo con el CONEVAL, 8.9 millones de personas han salido de las filas de la pobreza en estos últimos 5 años. Que hoy esa cantidad de personas vivan en mejores condiciones, es un logro indiscutible.
Por otro lado, el México que deja AMLO en materia de salud, seguirá careciendo del sistema parecido al de los países nórdicos, “mejor que el Dinamarca”, como alguna vez lo aseveró. Lejos de calidad prometida, las clínicas y hospitales del sector público de salud adolecen de profundas carencias en detrimento de la población.
Y ni hablar de la mala broma del INSABI, que vino a “sustituir” al Seguro Popular. Un fracaso que terminó siendo absorbido por el IMSS, con una reforma a la ley, apoyada incluso por los Diputados Federales de Morena.
Contrario a lo que sostienen algunos simpatizantes del lopezobradorismo, el manejo de la pandemia de SARS Cov2, sin lugar a dudas, es un fracaso absoluto que le costó la vida a más de 300 mil mexicanos.
Basta recordar que, contradiciendo a los organismos internacionales de salud, el presidente y su responsable en el terreno, Hugo López Gatell, promovieron abiertamente que la población no usará cubrebocas, ampliando exponencialmente el número de contagios y por ende, de decesos.
Finalmente, en otro ámbito de la vida pública, López Obrador deja tras de sí logros importantes en materia laboral. El histórico aumento al salario mínimo y la reforma en materia de pensiones son dos de los más destacables; que por cierto fueron posibles gracias al apoyo de la clase empresarial y de diversas organizaciones sindicales.
Punto aparte es la desarticulación de las reformas estructurales aprobadas en el marco del Pacto por México. Y es que yo me pregunto, ¿de qué ha servido una contra reforma en materia educativa?, o ¿qué beneficios ha dejado para las familias mexicanas echar abajo la reforma energética, por la llamada soberanía nacional?
Probablemente y desde la perspectiva de la que hablemos, hay argumentos a favor y en contra.
El ocaso de AMLO está en marcha. Cuando se vaya, México, sus instituciones, su historia y sociedad seguirán ahí; en medio de un contexto internacional lleno de profundos y vertiginosos cambios, y de retos globales rumbo a las próximas décadas.
Veremos, por lo pronto, cuál es el corte de caja que hacen los aspirantes a la Presidencia de la República, en los meses de campaña que están por venir.