EL ODIO MATA
La mañana del día lunes 13 de octubre quedé estupefacto al enterarme del fallecimiento de Ociel Baena, mejor conocido como el “magistrade”.
Ociel se identificaba como persona “no binaria” y abiertamente gay. Al momento no sabemos si se trató de un crimen de odio, como muchos pensaron al enterarse, o si se trató de un crimen pasional, como apunta la principal línea de investigación seguida por la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes.
Lo más impresionante no fue el fallecimiento de Ociel ni las extrañas condiciones en las que sucedió, fueron los inhumanos comentarios de tantas personas. Gente que se alegraba y regocijaba en la pérdida de una vida, por el único hecho de no estar de acuerdo con su orientación sexual y la forma en que la expresaba.
El odio mata, por eso el Magistrade contaba con escolta, pues independientemente del origen de su homicidio, ya había recibido múltiples amenazas a su vida, pues hay personas que creen que pueden dictarle a otra cómo debe comportarse o vestirse y que incluso se sienten con la facultad de disponer de las vidas ajenas si éstas no se ajustan a los cánones pre establecidos. Piense en ello la próxima vez que escuche o piense que no hay por qué marchar, que no hay por qué hacer tanto ruido si la comunidad LGBT+ “ya tienen los mismos derechos”.
En el papel, sí, pero socialmente aún hay una brecha enorme qué romper. Sólo pregúntese si sabe de alguien que haya perdido su trabajo, haya sido amenazado, golpeado, hostigado o asesinado por el sólo hecho de ser heterosexual.
¿verdad que no son los mismos derechos?