ENTRE APARIENCIAS Y REALIDADES, CASO EMILIO LOZOYA AUSTIN
A lo mejor el fin está justificando los medios. No lo se. Pero se está viendo mal la forma como se está procesando el caso de Emilio Lozoya Austin, generando una percepción de trato especial muy cercano a la impunidad. Por lo menos a esa conclusión se llega, desde que el exfuncionario de Pemex fue extraditado e ingresado a territorio nacional.
Nunca pisó el Reclusorio Norte, en cuyo juzgado se iba a iniciar el procedimiento legal. No había el antecedente español de un estado de salud vulnerable, pero cuando fue revisado se concluyó que tenía anemia, hernia hiatal y mal estado general, lo cual se pudo haber resuelto clínicamente en menos tiempo del que tiene actualmente internado. Fue llevado a un hospital privado, no público, sin clarificarse si el pago era a cargo de él o del erario público.
[bctt tweet=»Va a ser importante que Emilio Lozoya Austin señale a los personajes implicados, pero no los de abajo» username=»crisolhoy»]
Hasta el 28 de julio, fecha en que se lleva a cabo la presentación ante el juez, en sesión virtual, Emilio Lozoya es vinculado a proceso, en ese caso por el uso de recursos de procedencia ilícita. Al día siguiente ocurre lo mismo, pero ahora por presuntos ilícitos relacionados con el escándalo de Odebrecht. Sin embargo se determina que no pisara la cárcel, sino sería recluido en un domicilio particular, colocándole un brazalete electrónico de seguridad (ese si pagado por él) y retirándole el pasaporte, para que no se le ocurra huir.
Por donde se le vea corresponde a un trato especial, que no es aplicado a un imputado común y corriente. Tampoco en este caso se dice porqué se está procediendo de esa manera y si eso está relacionado con la disposición de Lozoya Austin para colaborar plenamente con las autoridades mexicanas, abriendo la cloaca y señalando a los involucrados, sobre todo de su mismo nivel o arriba de él.
Esas son las expectativas que se esperan se den, aunque las primeras manifestaciones del imputado resulten increíbles. Este dice que, “fue sistemáticamente intimidado, presionado, instrumentalizado para realizar la compra de la empresa Agronitrogenados”. No le queda la victimización, nadie le creemos, quién podría irse con la finta de que fue utilizado y servido sólo como instrumento, su puesto en Pemex no era menor y además, al final, recursos asociados a sobornos y cohechos no menores terminaron en cuestas correlacionadas con él.
Eso no amainaría su responsabilidad, tampoco debiera servir para atenuar las medidas aplicadas, como el arresto domiciliario. Otra cosa es el posible acuerdo con la Fiscalía General de la República para colaborar en el esclarecimiento pleno de los casos, señalando y presentando pruebas contra los posibles responsables y/o participantes en los ilícitos.
Pero hasta ahora no ha pasado nada, se ha limitado a decir que, “denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano”. Sin embargo no ha dicho un solo nombre, que al final eso es lo que se espera, más cuando los beneficios para él son ya evidentes.
Va a ser importante que Lozoya Austin señale a los personajes implicados, pero no los de abajo, lo cual va a ser importante, pero no lo que le interesa a la gente. La mira popular está más arriba, concretamente en Luis Videgaray y/o en Enrique Peña Nieto. El exdirector de Pemex no podía haber actuado y tomado decisiones como las que adoptó, sin que los aludidos hayan sabido y dado su anuencia o la directriz.
No es suficiente entonces que haya señalado en el segundo día ante el juez que, se le habría ofrecido a Odebrecht un alto puesto en Pemex, si el PRI ganase las elecciones. Tampoco puede ir dosificando sus dichos, determinando los tiempos para hacerlo, pues parecería que quien lleva la dinámica política del proceso es él y no la Fiscalía. Con franqueza debiera ser al revés, ésta dictar los tiempos y poner las condiciones a alguien que no tiene otra salida más que cooperar, más cuando ya vio que sus antiguos correligionarios lo dejaron solo.
Al respecto no hay que olvidar que Lozoya Austin mencionó durante la primera audiencia que presentaría datos y elementos probatorios, después de que la Fiscalía General de la República presente las pruebas en su contra, lo cual no denota un acuerdo entre ambas partes.
Lo percibido hasta ahora del caso, no abona en la consideración de un proceso emblemático en la lucha contra la corrupción y la impunidad en México. Espero que el tiempo desdiga lo que afirmo.