LAS ALIANZAS PARA EL 2022
Recientemente los partidos que conforman Frente Va por México, dígase PAN, PRI y PRD han anunciado que concretarán alianzas electorales en aquellos estados donde el año entrante habrá elecciones y renovarán el Ejecutivo estatal. La pretensión es ser más competitivos con respecto a Morena, que por lo menos en cinco de los seis, se perfila hasta ahora como triunfador.
Cuando surgió la información, el Presidente de la República reaccionó señalando que con ello demuestran que son los mismo, que ya no son noticia, pero que están en su derecho de hacerlo. En lo personal no creo adecuadas las declaraciones de López Obrador, pues aunque sea cierto que él mantiene un alto rango de popularidad, también es cierto que no se debe perder de vista la estrategia seguida por dicho bloque opositor en la Ciudad de México en las pasadas elecciones federales y locales en la entidad señalada.
No se puede lanzar campanas al vuelo, pues confiarse podría ser fatal y sentar las bases para lo que se podría hacer en el proceso del 2024. Nadie puede concluir que las cosas están seguras para asegurar el relevo y la continuidad del proyecto denominado de la 4T. La Ciudad de México no registró disminución de votos de Morena, pero si con la suma de fuerzas contendientes, se pudo asegurar revertir la fuerza del partido de López Obrador. Y si eso pasó en la Ciudad de México, podría ser más sencillo que fuera así.
El desdén de arriba, de la cúpula del actual gobierno, bajo la presunta seguridad de una fuerza influyente en el sector mayoritario del electorado, debemos de desmenuzarla en su análisis, para poder atender los sectores más vulnerables, además de dúctiles para poder ser influenciados, pues así lo ha estado haciendo el conservadurismo.
Incluso así podría hacerse al revés, pongo el ejemplo de Aguascalientes, donde el propio dirigente nacional panista dijera en alguna ocasión hace algunas semanas que, esta entidad pudiese ser la única que ganaría Acción Nacional, lo cual se ha evidenciado en las más recientes encuestas sobre preferencias electorales, con casi veinte puntos de diferencia de su siguiente contendiente, que es Morena.
Pero también es sabido que el PAN está fisurado en la entidad, con desavenencias entre el gobernador del Estado y el presidente nacional de ese partido, que conforme se desarrolle el proceso de selección de candidato (a), pudiese tener repercusiones con la pérdida de capital electoral. Y aquí es donde pudiese incidir Morena, si sabe jugarla bien.
En este sentido, es fundamental la política de alianzas a seguir, lo que no quiere decir que se a toda costa, aunque sea antinátura, por el mero fin del pragmatismo y lograr un triunfo a costa de lo que sea. Los electores han empezado a tomar en cuenta esto, pues no les gusta ni los chapulines ni las alianzas convertidas en adefesios electorales.
Son importantes entonces las alianzas, pero más lo son la propuesta política y programática, pues en ella se expresa la propuesta del estado que se quiere construir y las políticas que se seguirían en caso de llegar a gobernar. Implica además un parámetro a seguir a fin de valorar como se gobierna y si se está cumpliendo con las promesas hechas en campaña.
Las alianzas también implican precisar los puntos de coincidencia y tendría que estar mucho más allá del objetivo de derrotar a algún contendiente, como pareciera la razón de ser de Va por México, lo cual abarata el intento, pervierte la validez de este recurso.
Las alianzas si implican suma, pero de iguales o es entonces integración a o entorno a alguien o a algún partido, pues de hacerse así, se ve más como un mecanismo mercantil, yo te doy esto y tu me das aquello. Pero eso nada tiene que ver con la cesión de algo por un bien común. Por ejemplo, aquí se explica el esquema de aceptación por parte del PRD, el cual, en varios estados ha perdido su registro legal y lo requiere recuperar como sea y al costo que sea.
El partido del sol azteca ha perdido tanto en los últimos años, incluida la fuerza, influencia, respeto y dignidad, que está dispuesto a hacer cualquier cosa, aún deslavar aún más su imagen y postura ideológica, como se ha evidenciado en su reciente congreso nacional.
El PRI no canta mal las rancheras, en aras de concretar una alianza que no le asegura volver al pasado ni por sus viejos fueros, aunque ellos piensen que si, puede en los hechos sufrir una regresión política al momento de las definiciones, como es el caso del debate sobre la iniciativa de reforma eléctrica.
De todos ellos, el único ganón pudiese ser Acción Nacional, pues sería el que pudiese avanzar más en mantener posiciones incluso políticas, que de entrada, no necesariamente van a ser competitivas en lo inmediato con respecto a Morena, salvo en algunas entidades, donde han podido mantener su visión conservadora como predominante.
Por su parte, Morena no puede apostarle a mantener las cosas alrededor de la personalidad de López Obrador o del PT y del pragmático PVEM. Tampoco alianza no es suma en torno suyo. Al respecto a desdeñado a un sin número de organizaciones políticas de izquierda que operan sin partido y sin registro, pero que inciden en el movimiento social y de masas. De no tomarlos en cuenta, en un futuro podían perder una posibilidad de apoyo militante y actuante. La soberbia no puede convertirse en su premisa de actuación.
Falta poco para que sepamos que alianza prevalecerán en el espectro político mexicano y que resultados traerá.
