Las encuestas parejeras
En lo últimos días, justo cuando transcurre el periodo considerado como de intercampaña, han empezado a aparecer algunas encuestas parejeras, que presuntamente están midiendo las preferencias electorales presidenciales, si hoy fueran las elecciones. En ellas ya se ha cerrado los espacios diferenciales entre los tres candidatos, ubicándose prácticamente en lo que sería empate técnico.
De repente la evidente diferencia de López Obrador se perdió, para que Anaya y Meade, avanzaran en varios puntos, hasta ubicarse en un escenario de los tres tercios, en la clara intención de alimentar una percepción de que, por lo menos por ahora nadie tiene un horizonte ganador seguro y que, cualquier cosa puede pasar de aquí hasta el 1 de julio.
Esto último es cierto sin duda, otra cosa es creerles a estas empresas encuestadoras, pues los resultados siempre van unidos a determinadas acciones, declaraciones o situaciones políticas y sociales, que avalarían o explicarían los resultados y aquí, no encontramos ningún factor que hubiese incidido en el cambio de los resultados con respecto a prácticamente todas las encuestas de principios de febrero.
Diría que al contrario. Como se dieron las cosas en la precampaña expresan los resultados de las encuestas. De esto mucho se podría señalar. Primero, la actividad desplegada por el candidato del frente que encabeza el Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Meade, no ha prendido hasta el momento. Sus eventos (aún as formalidades legales), siguieron siendo de autoconsumo, bajo la vieja práctica del partido en el gobierno, de obligar la asistencia a los actos, en electores que votarán por otro lado. Además de que sin carisma y personalidad apocada, no ha podido tocar las cuerdas sensibles de los mexicanos. Y si a eso le sumamos su pobre discurso y propuesta, qué razones habría para concluir que tuvo un repentino despegue.
Situación similar sucede con Ricardo Anaya, el cual, si bien se ubica por encima del candidato del PRI, no ha podido revertir la visión de fractura provocada en su partido, prefiriendo esa situación antes de poner en entredicho su candidatura presidencial, pero también, sus dudosas prácticas empresariales, de las cuales, más allá del resultado de las investigaciones abiertas en la PGR, se abre la duda sobre el buen uso de la función pública en negocios donde predomina el interés particular, más en una persona que aspira al principal cargo de este país.
Esto ha incidido sin duda en un sector del electorado, para no inclinarse por la opción que encabeza Ricardo Anaya, por lo que, al igual que Meade, ante una limitada propuesta programática, no explicaría por qué se tendría que registrar una súbita subida en sus niveles de aceptación entre los electores, como para justificar la disminución del puntero hasta llegar a un presunto alcance en las preferencias.
Lo único que pudiese explicar las cosas es el despliegue de otra fase de la estrategia implementada por el gobierno federal y su instrumento electoral, para alimentar al electorado con una percepción, aunque esta no corresponda a la realidad, bajo la máxima goebeliana de que hay que repetir mil veces una mentira para convertirla en verdad.
No es nuevo esto, de tal manera que no debiéramos espantarnos de que ocurra y se siga con esta mala práctica, lo importante ahora es seguir contrarrestándola con información más precisa y objetiva, seguir utilizando las redes sociales y reiterando que no todo lo que nos presentan corresponde a la realidad.
También debiéramos ser más críticos con las encuestas, no aceptarlas porque si o porque a veces presentan el resultado que nosotros quisiéramos escuchar, debiéramos checar más la metodología y universo encuestado, cruzándolo con el momento y entorno político y social, como para que podamos saber si está soportado debidamente o no y así, si sus resultados son fiables o no.
Presentada así las cosas, en lo personal no creo en los resultados de estas encuestas parejeras, no hay razón ante la persistencia de un clima de enojo e indignación de la gente, además de que, no creo que esta pueda ser tan tonta, que siga apoyando a quienes lo han hundido en la situación tan deprorable que priva en el país.