Marchas: #AMLOVETEYA
La sociedad a la que llámanos sociedad de la Edad Moderna, está determinada, al menos en Occidente, por un grado muy elevado de organización monopolista. Se arrebata a los individuos aislados la libre disposición sobre los medios militares que se reserva al poder central. (Elias, N., & Cotarelo, R. G. (2015) p. 344)
El sábado 30 y domingo 31 de mayo de 2020 en diferentes ciudades del territorio mexicano se replicaron en las calles caravanas de automovilistas convocados mediante redes sociales para manifestar su enojo, inconformidad y deseos (muchos de ellos frustraciones), en contra del ahora sí presidente Constitucional de México Andrés Manuel López Obrador.
Desde su inicio los organizadores convocaron a los opositores de AMLO para salir a las calles utilizando su automóvil particular recorriendo las calles, incluyendo para ello cartulinas, mantas y pintas en vehículos con la leyenda principal #AMLOVETEYA. En voz de sus convocantes la protesta fue organizada y realizada en automóviles para “evitar violaciones a los protocolos de SUSANA DISTANCIA”.
Esta actividad fue convocada por varios grupos como el llamado Frente Nacional Ciudadano, el Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA) y el Congreso Nacional Ciudadano, quienes exigen la renuncia de mandatario por su supuesta incompetencia para gobernar y aseguran que ha puesto en riesgo la soberanía, integridad e independencia del país. (Ver: Animal Político)
Efectivamente la convocatoria fue desigual en el número de participantes.
En el caso de Aguascalientes al toparme con la caravana alrededor de las 17:00 horas, del sábado 30 de mayo de 2020 por primer anillo llegue a contar no más de 20 unidades automotoras. La cifra es muy pobre comparada con los números reporrados de otras ciudades; como por ejemplo en Guadalajara en la que se pudieron contabilizar más de mil 500 vehículos participantes.
En los carros como ya se dijo se repetían los mensajes que se pueden reducir a #AMLOVETEYA. Igualmente se podía observar que viajaban en su interior un promedio de dos personas por carro, los cuales, por su ropa y el modelo de su automóvil denotaba signos de distinción. Recordando a Pierre Bourdieu poseían marcas distintivas que permiten agrupar a esta población por su capital económico traducido en bienes de consumo dentro de la clase media. En ningún momento se ha dado a conocer que a la marcha acudieran miembros de la clase alta o burguesía si lo prefieren poner en términos marxista.
Es decir: marcharon algunos integrantes del proletariado mejor favorecido que la mayoría de la población, los cuales reaccionan ante la actual administración federal con un miedo, en mucho irracional y alentado más por creencias que por razones. Ven a AMLO como un peligro que puede en cualquier momento cambiar la estructura y organización social de la economía basada en la propiedad privada. Pero este grupo del proletariado, agrupado o clasificado como clase media, no alcanza a ver que la 4T en ningún momento ha propuesto un cambio del modo de producción, a lo más que llega es a vendernos la ilusión de que es otro grupo político y oligarquía, la cual gobierna en discurso de forma diferente comparado con el PRIAN, cuando en realidad se sustenta la 4T en los valores políticos del PRI histórico de la década de 1970, la cual se confunde con izquierda cuando en realidad es totalitarismo, al que se le han sumado extraños compañeros de viaje que muchos defensores de AMLO en otros momentos denunciaban y rechazaban.
Regresando a la caravana VS AMLO, hay que recordar que ya el pasado 30 de junio de 2019, como antecedente protestaron sin vehículos una población que en Aguascalientes logró sumar una cantidad importante de ciudadanos, que incluso llegó a permitir ver llena la Plaza de Armas en Aguascalientes, así mismo por las mismas fechas en otras ciudades, antes del COVID-19 las protestas sumaban importante número de ciudadanos.
Por lo que esta caravana no es más que la continuación de un malestar que subsiste y no se atiende. Al contrario el mismo AMLO y la mayoría de sus seguidores han preferido ridiculizar y minimizar la situación, mangoneando y causando de fantasías conspiratorias de «más si osare enemigos» con intereses más oscuros que líder sindical de la educación.
Para Karl Marx todo el devenir de la sociedad humana, hasta el día de hoy: es una historia de la lucha de clases. La sociedad moderna occidental que vivimos, es más compleja en su configuración de clases sociales que la simple antagónica de dos grupos en disputa. La clase media no es la burguesía, es en mucho representante y parte del proletariado que por alguna razón logró un ascenso social en sus percepciones, bienes materiales y económicos; ellos dicen esfuerzo y trabajo, aunque hay que suman mucha suerte y otros factores.
El malestar en contra de AMLO subsiste y no debiera ser reducido a un simple problema de antagonismos de la lucha de clases y menos aún satanizar a la oposición. No es un problema entre burguesía y proletariado. Es una situación que va más allá de la simple lucha de clases, se origina en las estructuras del capitalismo que permite y fomenta la acumulación de la riqueza en unas cuantas manos, empobrecido al resto de la población y restando oportunidades de crecimiento para la inmensa mayoría que es sujetada a sus condiciones de pobreza tanto material e ideológico ante la complicidad de las leyes del estado.
AMLO y muchos de sus defensores en conjunto con los críticos de la opulencia, no se han cansado en denigrar a los participantes de la marcha como “fifis”; radicalizando su discurso y críticas de las marchas y caravanas con sentencias bufonescas que minimizan la situación sin tratar de analizar y mediar entre su discurso de panfleto de origen de clase con las motivaciones del otro y sus contradicciones de pensamiento.
Es decir, la situación que se viene arrastrando más la crisis sin comparación que iniciamos en el mundo por el COVID-19, se suma a un malestar social al que AMLO no ha sabido comprender, y como caudillo exige fe ciega sin ver el problema que tiene enfrente porque él “tiene otros datos” (los tiranos comienzan imponiendo su visión como la única realidad que debe ser adoptado como fe ciega. ¿No les recuerda a malestares sociales denunciados en la ideología alemana?).
AMLO prefiere ridiculizar en forma de bufón a sus detractores en lugar de encabezar un cambio social que permita reestructurar el tejido social y generar oportunidades de desarrollo, se concentra en denunciar grandes corrupciones pero sin encontrar culpables, anunciar grandes planes de infraestructura sin convencer por los beneficios que estas obras pueden realmente traer. No muestra pena en demostrar su antipatía ante la alteridad. Como ya lo dijo Donald Trump: AMLO es su versión latina (Ver: Aristegui y El Universal)
La actitud tomada por el mandatario y defensores no se concentran en el análisis de las causas, prefieren la burla y la ironía antes que el análisis. Es decir, lo que no se ha hecho es buscar puntos de de coyuntura que pudieran generar acuerdos y diálogo para resolver el conflicto, dejando con ello que las pasiones se polarizan poniendo en peligro aún más el tejido social de México, debilitado por muchos factores en los que no se alcanzan a generar propuestas para crear condiciones sociales desde el poder del Estado para que se puedan verdaderamente encabezar una transformación que genere oportunidades de ascenso social y movilidad entre las clases sociales.
Parafraseando a José Ortega y Gasset y a Daniel Goleman: ambos grupos polarizados en sus acciones y dichos, han demostrando su incapacidad de diálogo por la ausencia de procesos de razonamiento lógico para manejar competentemente sus emociones y visión del mundo, ya que para lo que les alcanza a los actores enfrentados es de tratar de imponer su percepción de “CREENCIAS” Y NO DE RAZONES al otro mediante el uso de la fuerza y la ironía. Unos manifestantes que por su posición económica reaccionan con miedo y una horda feroz de desposeídos no organizados que ante su origen de clase como fanáticos desposeídos que buscan venganza se encuentran listos para defender a su icono cultural respondiendo igualmente con miedo, justificando la ausencia de diálogo con el fanatismo; sin reparar en las implicaciones sociales que este tipo de protestas y manifestaciones culturales de intolerancia traen como consecuencia a un resquebrajado tejido social que desde hace varios sexenios, perdió la capacidad de movilidad positiva de los individuos entre las clases sociales y privilegió la creación de oligarquías que transitan sin ningún reparo ideológico entre los partidos políticos en disputa.
Parafraseando a Karl Marx: son las clases medias en la historia de los estados los que han aportado a los ideólogos de las transformaciones. Este malestar puede convertirse en algo más qué caravanas y marchas. (Espero poder tener tiempo para retomar el tema incluyendo más información de las hermanas Etzioni entre otros).
Bien hace con señalar el sociólogo Norbert Elias que los estados modernos están basados y sustentados en el poder central del “leviatán”: el cual para ejercer su poder controla y minimiza a los individuos y las diferencias con diferentes mecanismos de coerción y ejercicio de poder. Hemos pasado del estado autoritario al estado “democrático de un caudillo” (mejor dicho regresado), el cual ha demostrado que utiliza en diferentes ocasiones la estrategia de ridiculizar a sus críticos y opositores, fomentando entre sus seguidores el acoso social basado en fanatismos y creencias provenientes de un origen de clase que minimizan y ridiculizan a todo aquel individuo o grupo que piense, sienta o crea en diferencias con la ideología reinante de la 4T. En esto si le doy la razón a los que se manifestaron en sus carros, ya que la historia tiene muchos ejemplo de líderes caudillos que con la estrategia de AMLO han hecho más mal que bien, pero seguramente a los defensores de AMLO y críticos de la caravana que seguramente “tienen otros datos”, se les olvidan los contenidos discursivos de personajes históricos como Adolf Hitler, Benito Mussolini, Josif Stalin o Kim Jong-un (el amado líder), representantes de formas de gobierno y de quehaceres políticos que terminaron en dictaduras asesinas que eran justificadas ante la idea de progreso y justicia para los desposeídos y vencidos, privilegiando a una oligarquía. No buscaban crear condiciones de reproducción social racional, sino que en general explotaron el odio, violencia y venganza, produciendo una sociedad aún más fragmentada y pobre, a la que se le pide a cambio de la promesa de tierra y riquezas fe ciega en torno a la figura narcisista del caudillo.
A los críticos de la marcha se les olvida que los valores que deben ser preponderantes en los regímenes democráticos son el diálogo con ideas, no con creencias, la pluralidad y respeto a la diferencia, mediación y conciliación para la resolución de conflictos y para nada actuar con revanchismos de clase. Así mismo se les pasó desapercibido que el propio AMLO llegó a organizar marchas con individuos a pie y en carro, en estas últimas llegaron a participar integrantes de Antorcha Campesina como comerciantes y pequeños propietarios, que se sumaron con otras organizaciones que buscaban la legalización de vehículos extranjeros en suelo mexicano en su amado Tabasco, entre otras demandas sociales. Quemar pozos petroleros y dañar en sus marchas otros bienes de la nación y particulares, es cosa que ya no recuerdan hoy sus defensores que hiciera el autor del himno del PRI en otros años, cuando encabezaba plantones, huelgas de hambre y protestas contra el gobierno estatal y federal.
Los datos de INEGI publicados en este portal, dan muestra de la situación emergente en economía que señalan disminuciones importantes en ingresos y crecimiento económico antes de la crisis generada por el COVID-19; y que al contrario fenómenos como la violencia y la inseguridad crecen como ejemplos de una fallida estrategia de seguridad pública. Un colapsado sistema de salud, si bien heredado así por la negligencia de administraciones pasadas no se observan reformas o estrategias que reviertan la paupérrima situación de dependencias como el IMSS. Un sistema de educación que desde el beneplácito de quien ahora despacha en Palacio Nacional le regresó su control a las mafias de los sindicatos de la educación donde importa más el clientelismo político de los docentes que los contenidos y competencias que deben adquirir los alumnos para poder ser absorbidos por el mundo laboral con oportunidades de crecimiento y dinámica social en ascenso.
Tampoco creo sea el momento para que AMLO renuncie: se requiere mayor participación social para exigir transparencia e información real de las condiciones por las que pasa la nación, sin propaganda ideológica, pero si con razones convencernos de las necesidades de cambio e implementación de estrategias y no chistes fáciles que denigran y motivan más violencia social.
Donald Trump es un exponente político de la estrategia política de ridiculizar y minimizar a la oposición, hay que ver como está ahora en estos momentos Estados Unidos, por esa estrategia de gobierno basada en el chiste y menosprecio de las diferencias, que además explotan el racismo y el odio.
México se encuentra enfrentado sin un proyecto de nación que unifique. La anomia social se apodera del país. Ridiculizando a la oposición en lugar de generar ideas y estrategias claras de gobierno, con chistes fáciles y una que otra frase ingeniosa para denigrar a la oposición, crean el camino pavimentado para la creación de un dictador tirano, que podrá vencer a sus opositores pero no convencer, disminuyendo las ventanas de oportunidad de cambio pacífico y facilitando la vía de la violencia.
Referencias
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“En Caravanas De Autos, Ciudadanos Protestan Contra AMLO.” Animal Político, 31 May 2020, www.animalpolitico.com/2020/05/caravanas-de-autos-ciudadanos-protestan-contra-amlo/.
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