Por posible violencia y discriminación de genero sancionan a periodista
«Dice Jaime Durán que si le deja la pluri a su esposa no pasa nada porque es una cuarta posición, no pasa nada, si él no renuncia como titular, pero si renuncia si, la hereda a su mujer, …». Fragmento de Comentario publicado en perfil de Facebook del periodista Raúl Cobos Ramírez.
El anterior es un comentario publicado por Raúl Cobos Ramírez en su perfil de Facebook el pasado 24 de abril de 2018. Donde claramente hace alusión a una relación de favores políticos en base a una alianza matrimonial existente mucho antes de la toma de decisión por parte del partido Movimiento Ciudadano para definir el registro de sus candidatos plurinominales.
Es un hecho innegable que todos los partidos políticos pretenden establecer lo que Robert Michels llamó: “La ley de hierro de las Oligarquías”, expuesta en su libro “Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de las democracias modernas”.
En este sentido lo que Raúl Cobos denunció, no era más que lo que ya se ha discutido ampliamente, y ésta era una muestra más de las manchas del tigre que nadie hubiera notado si no es por la segunda parte del mensaje publicado en Facebook, que es la que causó enojo a la parte ofendida Adriana Bernal González al hacerse una clara alusión al débito carnal que la ahora candidata sostiene con su marido, por lo que ella presentó denuncia contra el periodista por “discriminación y violencia de género” en el Instituto Electoral del Estado de Aguascalientes (IEE)
EL IEE Aguascalientes el día 28 de mayo de 2018 en reunión de consejo hizo pública la queja y su resolución en contra de Raúl Cobos, dictando dentro del Procedimiento Especial Sancionador con número IEE/PES/007/2018 ordenando al periodista eliminar de su cuenta en Facebook el comentario que causó el encono, ya que a juicio del Consejo General del IEE la denuncia de la candidata tenía razón al causarle daño a su imagen.
Nos gustaría saber cómo es que el IEE puede medir el daño a la imagen de un candidato, las leyes electorales no pueden demostrar cómo la influencia del poder ejecutivo en una elección puede intervenir en la decisión del ciudadano al momento de emitir su preferencia (cuando el voto es una manifestación de emoción, pero con amplios campos semánticos que no permiten medir las motivaciones en el proceso de significación de la decisión emocional del voto), pero este último será un tema pendiente a tratarse en otra oportunidad.
La situación es que, si bien el periodista denuncio algo que sabemos ocurre, lo que no quedo bien fue la segunda parte de su comentario, ya que no le consta y no posee pruebas para demostrar su afirmación, pero al mismo tiempo ¿en que le afectó a la candidata? ¿Alguien puede medirlo eficientemente y traducido en votos? para saber el nivel de afectación.
Yo supongo que ahora más personas saben de la existencia de Adriana Bernal González, gracias a un comentario desafortunado y que coincidimos se encuentra fuera de lugar. Pero no deja de existir el riesgo, como en la novela Fahrenheit 451, los extremistas del lenguaje políticamente correcto se doten a sí mismos de propiedades y facultades legislativas y persigan A NOMBRE DE LA DIVERSIDAD Y PLURALIDAD, TODO AQUELLO QUE SEA DIFERENTE A LO QUE ELLOS CONSIDERAN, tratando de proteger la diversidad estos discursos de lo políticamente correcto, hacen correr el riesgo de que se establezcan regímenes totalitarios que restrinjan las libertades del sujeto y homogeneice las diferencias hasta su extinción.
Como apunta Juan de Mairena cuando define lo politicamente correcto: mojigatería del demócrata y consiste en estirar lo sensato hasta la estupidez».
La verdad es que se debiera realmente hacer un análisis más a fondo de la situación cultural y el contexto sobre este tipo de “memes culturales” y buscar medir su impacto real, y en caso de prohibirlos, establecer qué formas de resistencias y diversidades se están perdiendo.
Definitivamente los medios tienen una responsabilidad en cuanto al manejo de su información y opinión que debiera ser apegada a la verdad pues ella “nos hará libres” (Juan 8, 31-42), denunciar los hechos y de ser posible tratar de desentrañar las razones del mismo para informar, evitando los ataques personales y carentes de relación sintagmática en el mismo plano de la expresión de las ideas y el contenido, evitando las metáforas de ofensas personales y denigrantes contra la persona, respetar los derechos fundamentales de la persona y los derechos humanos.
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