Taxistas chocan con la modernidad: Protesta contra plataformas digitales
Convocados a una movilización que se suscitó en varias ciudades de la república, taxistas o mejor dicho “trabajadores del volante”, salieron a la calle para realizar actos de protesta en contra de lo que ellos llaman “aplicaciones piratas”.
El descontento de los trabajadores del volante así como concesionarios se encuentra motivado en lo que para ellos es una afectación directa a su forma de vida, al verse fustigados sus bolsillos y oportunidades de negocios. Aunque no deja de ser paradójico, que para su organización y comunicación entre las familias de taxistas y trabajadores del volante, ellos utilizaran aplicaciones digitales para organizarse. Es decir en otras palabras, si están de acuerdo en la modernización, pero que ella no permita terminar con el sistema de concesiones que tienen como transportistas, prestadores de un servicio en monopolio.
¿A quien le gusta perder el monopolio de su negocio?. La verdad a nadie. Guardando proporciones, como hecho social, se observa parafraseando a Samuel P. Huntington[1], “un choque de civilizaciones”, en el que estamos viendo cómo la sociedad occidental, bajo la influencia de las mismas fuerzas del capitalismo se encuentra en pugna, enfrentando y desplazando en esta ocasión, un modelo de corporativismo clientelar que fue creado y originado como un sistema de premios, estímulos y castigos, que funcionó para agrupar ciudadanos bajo esquemas de “concesiones únicas”, para realizar el servicio de transporte público.
Siento informarles a los taxistas y sus familias que bajo el esquema capitalista que vivimos, lo que para ellos es una forma de vida; se encuentra en un proceso de transformación. Sus reacciones son propias del “miedo al cambio”, cuyos efectos y manifestaciones sociales son explicadas por el sociólogo norteamericano Alvin Toffler[2] en varias oportunidades dentro de su obra. Su lucha no es la única en el mundo occidental que es muestra de como una forma de organización económica se ve afectada en los mecanismos de reproducción social, donde el capitalismo con estados nación “porosos” en el mejor de los casos, no encuentran a pesar de sus esfuerzos como parar los efectos de la injerencia y transformación de las sociedad en los asuntos públicos. Al final del día, si seguimos viviendo en el sistema capitalista, este se impondrá y reducirá los espacios en la vida pública de las formas de organización monopólicas del estado.
El capitalismo actual en esta oportunidad, toma la cara de varias organizaciones lucrativas que utilizan como sistema de reproducción social plataformas digitales para la promoción y contratación de servicios de transporte. Dicho sea de paso; un servicio que el capital no ofrecería si el sistema de organización por concesiones como unidad económica fuera eficiente; además de contradictorio para la forma de organización de libre empresa que postula el capitalismo como modelo organizacional.
Por todos es conocido que el sistema de concesiones de taxis se encuentra continuamente en entredicho. Su utilización por parte de quien ostenta el poder civil, quien ha manejado sistemáticamente el sistema de concesiones con poca claridad y menor transparencia, respondiendo continuamente no a la demanda de consumidores ni mucho menos a las familias que dependen del producto del trabajo como chóferes, si no que se responde a la lógica de un régimen de concesiones a particulares que subrogan y alquilan licencias, además de que monopolizan las licencias, que el estado como poder ha otorgado como dádiva al corporativismo clientelar.
Aunado a ello, no es desconocido la inexistente legislación para garantizar las prestaciones sociales que pudieran tener los choferes de Taxi, los cuales como trabajadores debieran tener como garantías a su labor. Pero al hablar de concesiones de taxis y de transporte, las autoridades eluden el problema sistemáticamente para no regular esta situación. Curioso es que bajo la presión de la base clientelar que han creado y reproducido, si intentan generar mecanismos que tratan de inhibir la creación de nuevas formas de organización que pudieran establecer nuevos estándares de servicios con el fin de tratar de conservar su mecanismo de control político.
Las manifestaciones de ayer (30/06/19), es esa lucha de la base clientelar, sustentada en una organización de choque, que le reclama al estado su falta de atención y protección para conservar sus viejas prácticas anti liberales, ofertando el estado no muchas opciones para mejorar realmente las condiciones sociales de un sector desprotegido y carente de prestaciones sociales, y menos atender la demanda que como consumidores merecemos.
Las plataformas como mecanismos de organización económica, ganan terreno por muchas razones, más allá de la fuerza del capital. Insisto, esta oferta de servicios no existiría si el servicio de transporte fuera eficiente, limpia y principalmente que el costo fuera equitativo para el usuario como para el chófer.
Uber, DiDi, Google Driver más la que se acumule en la semana, como las plataformas digitales para contratar servicios de transporte no van a desaparecer; y menos lo harán mientras los taxistas no cambien sus costumbres erróneas que realizan durante el desempeño de sus labores, por ejemplo: unidades viejas y en dudoso estado mecánico, no hay un eficiente sistema de identificación de quien es el prestador del servicio y su relación real con el vehículo, no existe un sistema eficiente de facturación, taxímetros y tacómetros modificados que afectan el costo del servicio, no respetar las rutas indicadas, poco conocimiento de la ciudad y sus zonas, aunado a ello el clásico “yo no voy para allá joven”, “ya tengo que entregar la unidad”, “ya termino mi turno”, las descortesías al momento del servicio, pararse en zonas peligrosas para recoger pasaje, conducción riesgosa, no respetar señalamientos de tránsito y menos los límites de velocidad, son faltas poco sancionadas porque la policía municipal les tienen miedo de cuestionar para no enfrentarse a una organización clientelar.
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El sistema de concesiones está en crisis por culpa del deplorable servicio que los trabajadores del volante han realizado sistemáticamente abusando de las concesiones, el capital no vería una oportunidad de negocios si no fuera deficiente dicho servicio. Por las fuerzas del capital las concesiones serán reducidas y “la mano invisible del capital” se impondrá.
- (n.d.). Samuel P. Huntington – Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado el junio 4, 2019, de https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_P._Huntington ↑
- (n.d.). Alvin Toffler – Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado el junio 4, 2019, de https://es.wikipedia.org/wiki/Alvin_Toffler ↑