“WINNIE POOH: MIEL Y SANGRE”(“WINNIE THE POOH: BLOOD AND HONEY”)

“WINNIE POOH: MIEL Y SANGRE”(“WINNIE THE POOH: BLOOD AND HONEY”)

Prueba de que cualquier idea, incluso una tan estúpida como ésta, puede materializarse en forma de película: Resulta que Christopher Robin (el torpísimo Nikolai Leon), aquel personaje humano que se amigaba con una manada de animales antropomorfos en el Bosque de los 100 Acres de acuerdo a las novelas infantiles de A. A. Milne, ha crecido y abandona a sus grandes amigos Winnie Pooh, Piglet y el resto a su suerte para estudiar en una universidad.

Esto lleva al oso aficionado a la miel y a su amigo porcino a buscar nuevas alternativas alimenticias una vez que la soledad los trastorna un poco, por lo que deciden asesinar al pesimista borrico Igor y devorarlo. Esto los conduce a un estado de locura permanente que los impele a matar indiscriminadamente a cualquiera que ose ingresar a su bosque.

Mientras tanto, Christopher Robin regresa a aquél hábitat para reencontrarse con Pooh y los demás sólo para ser atacado, capturado y torturado por él.

Análogamente un grupo de chicas decide pasar un fin de semana en una cabaña aledaña a ese bosque para que una de ellas logre superar una pérdida personal y, por supuesto, terminarán siendo perseguidas por Winnie Pooh y Piglet en la mejor tradición de los slashers ochenteros donde ellas tomarán las decisiones más absurdas en el proceso así como escenas gratuitas de desnudos y muchos gritos.

La realidad es que el director y guionista Rhys Frake-Waterfield posee cierto ojo para la construcción de atmósferas y maneja su relato desde un punto de vista meramente visual con amplios guiños al gore de antaño pero todo remojado en la más absoluta mediocridad, subrayando lo ridículo de la premisa con una ejecución que busca desesperadamente el culto pero todo termina como un chiste malísimo que supuestamente debería encontrar soporte en la descabellada idea de un Winnie Pooh sanguinario a modo de ¿Sátira? ¿Alegato posmoderno? ¿Ironía cultural? Quién sabe, pues toda pretensión o posibilidad de entretenimiento guarro se pierde con la abominable apariencia de ésas botargas con forma de oso y cerdo mal hechas y la participación de un montón de atarantados que quieren pasar por actores que colman nuestra paciencia con su patético desempeño histriónico.

La completa falta de honestidad detrás del proceso creativo y su empeño por generar impacto en base a la premisa y las tropelías del Winnie contra las féminas que tomaron la desafortunada decisión de participar en éste bodriazo hacen que ésta cinta pase a los anales de lo más execrable en la historia del cine, superando en incompetencia e inutilidad a otras basuritas del género como “Vacaciones del Terror” o cualquier otra película del género estelarizada por Pedrito Fernández.

Juan Pablo Martínez Zúñiga
Juan Pablo Martínez Zúñiga

Juan Pablo Martínez Zúñiga

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!