LECTURAS POLÍTICAS DEL COVID-19 II
Cerrar filas en torno al combate a la pandemia debiera ser la alternativa hoy (ya lo habíamos señalado la entrega pasada), más allá de lo que podamos pensar cada uno de nosotros. Se vienen meses muy difíciles por los efectos económicos, ahora si habrá recesión y todo lo que ello implica. Pero la oposición trae su propio juego, está claro que por sobre todo prioriza sus intereses particulares y no la debacle en la que podríamos caer si no hacemos algo todos juntos.
Por ello no veo nada bien la conducta protagónica que ha adoptado el Gobernador del Estado de Jalisco, Enrique Alfaro, que pareciera que le interesa más ponerse por delante de lo que haga o dicte el gobierno federal, cuando lo fundamental está mucho más allá de su cuestionable postura. Al tiempo los mexicanos podrán a cada quien en el lugar que le corresponde.
Lo anterior nos deja entrever la imposibilidad de un cierre de filas, por lo que, habrá que esperar que en cuanto a las acciones implementadas, todas confluyan por lo menos a un punto común, que correspondería a la superación de la crisis pandémica con el menor costo, pero también del deterioro económico, que podría ser de perjuicios mayores y de más duración en cuánto su superación.
López Obrador ha subrayado la temporalidad de esta crisis (pandémica-económica), pero no ha señalado los posibles escenarios a futuro, bajo el argumento de las condiciones en que se presentó ésta. Con esto, no ha planteado que con las nuevas condiciones, cambiará lo proyectado desde inicio de su gestión, que seguramente así sucederá, de cumplimiento de objetivos por lo menos en tiempo.
Insisto, que tendríamos que esperar lo que se diga el próximo domingo cinco de abril, aunque ya habría adelantado algunos aspectos, como es el caso de la propuesta de solicitar la condonación de la deuda externa por parte de los acreedores internacionales, tal como lo planteó el diputado de Morena, Mario Delgado. Igual situación sucede con la propuesta de moratoria a la deuda, que ha sido una vieja demanda de la izquierda mexicana. Si en cambio, abrió la posibilidad, pero no para ya, sino proyectada para después de junio, recurrir por primera vez a nuevos empréstitos y a la revisión de la política fiscal.
Hasta ahora conocemos medidas parciales, pero no un plan integral, sobre el cual deberíamos analizar y opinar, pero sobre todo valorar qué podríamos hacer desde el ámbito particular. Lo mismo tendríamos que considerar en la revisión de propuestas similares de otros gobiernos y su confrontación con los compromisos asumidos por la reciente reunión del Grupo de los 20.
Al respecto, es interesante leer la declaración del Partido Comunista Español, quien señala que, es necesario impulsar “un nuevo internacionalismo económico, social e institucional de carácter solidario para una seguridad humana compartida, integral y sostenible”, además de exigir que terminase el bloqueo a Cuba, Venezuela y Siria.
Lo anterior implica no valorar la actual situación, sobre todo la pandémica, de manera aislada, sino entender su correlación con la predominancia (aún en su fase crítica) del capitalismo, en estos casi cuarenta años de característica neoliberal. La visión crítica y clasista de lo que ahora vivimos, nos ha ayudado a fortalecer la alternativa que levantamos desde la izquierda, pero también comprender deterioros institucionales provocados por el neoliberalismo.
Por lo menos en México pongo dos ejemplos, aunque no sean privativos de nuestro país. Primero, está el deterioro en todos los sentidos del sistema de Salud, que también tendía a la privatización, si no llega al triunfo presidencial de López Obrador. Los gobiernos anteriores del PRIAN dejaron casi en ruinas a las instituciones de Salud. La implementación de medidas por parte del gobierno federal de rescate del sector, expresada en la transformación del Seguro Popular; la reanudación de por lo menos varias decenas de rehabilitaciones y construcción de hospitales de distinto nivel y el incremento en el presupuesto de este rubro, sirvieron como una base para reformular las necesidades de atención hospitalaria de los pacientes de Convid-19.
Segundo, se evidenció el verdadero papel mercenario y de cero humanidad y solidaridad de la industria farmacéutica. Como bien se publicó hace unos días en la prensa nacional, las empresas del ramo demostraron su abdicación “de toda actividad de investigación y desarrollo de nuevos antibióticos y antivirales”.
Los dos, son pendientes que tenemos que darles el cauce que corresponda, por ahora, revertir todos juntos este momento de crisis sanitaria y económica.
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