Manuel Valdez, la locura está de luto

Manuel Valdez, la locura está de luto

MANUEL VALDEZ 

Hace muchos años, en casa había un disco de aquellas colecciones del Reader Diges’t, parte de un álbum de música para fiestas. Este disco se llamaba: “Que empiece el humor”, y ahí entre chistes y la rutina del merolico de Sergio Corona, oí cantar por primera vez al Loco Valdez; “El médico brujo” y “Pichicuás”. 

[bctt tweet=»Las últimas incursiones de Manuel “El Loco” Valdez en el cine fueron en el llamado cine de ficheras, y son para el olvido. » username=»crisolhoy»]

Ya con más edad, supe de la enorme capacidad histriónica de este personaje que además de actor y bailarín, era poseedor de una capacidad de improvisación inigualable.

Fernando Manuel Alfonso Gómez-Valdez Castillo, vino al mundo en Ciudad Juárez, Chih., el 29 de enero de 1931, y fue el penúltimo de 8 hermanos, de los cuales la mitad serían conocidos en el mundo artístico, todos básicamente en la comedia: Germán, Ramón, Antonio y el propio Manuel.

Los primeros pasos en el cine los dio como extra en películas de su hermano Germán, conocido como Tin Tán, y fue en la película “Músico, poeta y loco” donde pisaría por vez primera un foro cinematográfico en 1948, vendrían después “Calabacitas tiernas” y “No me defiendas, compadre”. En todas ellas aparece sin crédito, pero pronto comenzó a brillar con luz propia, al grado de compartir créditos con su famoso hermano, ya no como extra, sino como coestelar en las películas “Dos fantasmas y una muchacha” de 1959, y “Los fantasmas burlones” de 1965. 

Además compartió créditos con otros cómicos de la época como Clavillazo, Viruta y Capulina, Resortes y Mauricio Garcés, entre otros. Además en 3 ocasiones se le “vio” en la botarga del Lobo Feroz.

En televisión fueron memorables sus programas: “La hora del Loco”, “Variedades de Mediodía” y, por supuesto, “Ensalada de locos” junto a Héctor Lechuga y Alejandro Suárez.

Contaba él mismo que en una ocasión, fue a pedirle algo poco común a Emilio Azcárraga, y éste le dijo:

–¿Está loco, Valdez?

–¡Sí, sí, soy el loco Valdez!

Así habría nacido el mote con que se le conoció el resto de su vida en el espectáculo.

Actuó en varias obras de teatro, siendo la última de ellas “Aeroplanos”, que pusieron en escena él e Ignacio López Tarso, misma que fue interrumpida cuando el actor tuvo que ser tratado de un tumor canceroso en la frente. El tratamiento se suponía sencillo y en poco tiempo saldría como nuevo, pero fueron sumándose más y más complicaciones y además la edad del actor no era un factor a desdeñar. Quizá algo que mermó su ya precaria salud, fue que en dos años murieron su esposa y uno de sus hijos. Aunque se habría supuesto que ambas noticias las enfrentó con entereza, lo cierto es que a la postre pesaron bastante en el ánimo del Loco, quien este 28 de agosto, poco antes de las 4 de la mañana, perdió la vida a los 89 años.

Fue, como todos los Valdez Castillo, un hombre muy enamorado, y producto de esos amoríos fueron los muchos hijos que tuvo, entre ellos el que tuvo con Verónica Castro.

Las últimas incursiones de Manuel “El Loco” Valdez en el cine fueron en el llamado cine de ficheras, y son para el olvido.

Lo que no puede olvidarse es la enorme simpatía y talento que desbordó el Loco Valdez en todos los escenarios que fueron testigos de su paso por el mundo de la farándula mexicana.

Le sobreviven hijos y nietos, quienes desde antes de su muerte ya se hacen pedazos por las memorias de nuestro personaje.

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

Jesús Consuelo Tamayo

Estudió la carrera de música en el Conservatorio Las Rosas, en Morelia. Ejerce la docencia desde 1980 Dirigió el Coro de Cámara Aguascalientes desde 1982, hasta su disolución, el año 2003. Fue Coordinador de la Escuela Profesional Vespertina, del Centro de Estudios musicales Manuel M. Ponce de 1988 a 1990. Ha compuesto piezas musicales, y realizado innumerables arreglos corales e instrumentales. Ha escrito los siguientes libros: Reflejos, poesía (2000); Poesía Concertante, (2001); Guillotinas, poesía (2002); A lápiz, poesía (2004); Renuevos de sombra, poesía (inédito); Detective por error y otro cuentos (2005); Más cuentos (inédito); Bernardo a través del espejo, teatro (2006); Tarde de toros, poesía (2013).

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